𝒑𝒂𝒓𝒕𝒆 𝒄𝒊𝒏𝒄𝒐

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𝑺𝒖𝒆 𝑴𝒆-𝑺𝒂𝒃𝒓𝒊𝒏𝒂 𝑪𝒂𝒓𝒑𝒆𝒏𝒕𝒆𝒓

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𝑺𝒖𝒆 𝑴𝒆-𝑺𝒂𝒃𝒓𝒊𝒏𝒂 𝑪𝒂𝒓𝒑𝒆𝒏𝒕𝒆𝒓

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El silencio entre Renata y Valerio después del beso era casi palpable, pero ninguno de los dos sintió la necesidad de llenarlo con palabras. Había algo implícito en ese momento, algo que ambos comprendían pero no querían nombrar. Mientras transcurrían las clases, Valerio permaneció cerca de Renata, sin ser invasivo, pero asegurándose de que no estuviera sola. Renata, a pesar de todo, agradeció su presencia. No estaba lista para procesar lo que sentía, pero el simple hecho de tenerlo cerca le proporcionaba un extraño consuelo.

Sin embargo, la preocupación por Polo seguía siendo una sombra constante en su mente. Al recibir el mensaje de su madre, Renata supo que no podía ignorarlo más. Sabía que Polo estaba pasando por algo oscuro, y aunque no sabía cómo ayudarlo, sentía la necesidad de estar allí para él.

Al llegar a su casa, todo se sentía como una cápsula del tiempo. Los recuerdos de su infancia compartida con Polo se manifestaban en cada rincón. Su habitación, igual que siempre, era un reflejo de los momentos más inocentes de sus vidas, antes de que todo se complicara. Al verlo recostado, cubierto por las mantas, Renata sintió una mezcla de ternura y tristeza. Polo parecía tan vulnerable, tan lejos de la persona que solía ser.

—Polo —lo llamó suavemente, intentando no invadir su espacio.

Cuando él solo la miró, sin decir nada, Renata entendió que el peso que cargaba era demasiado grande para expresarlo en palabras. Decidió intentar algo diferente y le entregó la caja que había traído.

—Te he traído algo —le dijo, extendiéndole la caja, intentando hacer de ese gesto algo más que un simple objeto. Polo la tomó, y al abrirla, sus ojos se encontraron con la foto de su infancia, la foto en la que todos aparecían felices, antes de que el mundo se les viniera abajo.

Quería recordarle los buenos momentos, los días en los que todo parecía más sencillo. Su corazón se iluminó brevemente al verlo sonreír mientras abría el regalo, pero esa chispa se apagó rápidamente al ver su expresión cambiar.

—¿Qué pasa? —preguntó confundida, su corazón apretándose al ver el cambio en su amigo.

—Es solo que... Marina —dijo Polo, su voz teñida de un dolor que Renata conocía demasiado bien.

En ese instante, ella sintió que su intento por ayudar había fallado. La culpa se apoderó de ella mientras intentaba explicarse. Pero Polo, con un gesto inesperado, puso su mano sobre la de ella. Ese simple contacto habló más que cualquier palabra. Era un gesto de consuelo, pero también de conexión. Renata lo miró a los ojos, y en ese momento, todo pareció detenerse.

Polo comenzó a acercarse, y Renata sintió su respiración acelerarse. Su mente estaba inundada de recuerdos, de sentimientos que había intentado enterrar, de todo lo que Polo significaba para ella. Pero justo cuando sus rostros estaban a punto de encontrarse, el sonido de la puerta los hizo retroceder.

La entrada de Cayetana rompió la tensión, y Renata se levantó rápidamente, sintiendo que el momento había sido un error.

—Espero que te mejores —le dijo a Polo antes de salir, su voz un susurro cargado de emociones.

Mientras caminaba hacia la salida, su mente era un torbellino. El encuentro con Valerio la había dejado confundida, pero este momento con Polo era diferente. Había una conexión con Polo que no podía ignorar, una historia compartida que los unía de una manera que no podía explicar. Sin embargo, los sentimientos hacia Valerio eran un recordatorio de que quizás estaba comenzando a dejar atrás esa etapa de su vida.

Por su parte, Polo permaneció en su habitación, sosteniendo el marco en sus manos. Miró la foto, recordando los días en los que todo parecía perfecto. Pero esos días habían quedado atrás, y el peso de sus acciones lo hacía sentir indigno de cualquier felicidad, especialmente de Renata. Sabía que ella lo quería, pero la culpa por lo que había hecho a Marina y a su familia lo consumía.

Ambos estaban atrapados en un mar de emociones contradictorias, incapaces de navegarlo con claridad. Renata sabía que tenía que resolver lo que sentía, tanto por Polo como por Valerio, pero en ese momento, todo lo que podía hacer era dejarse llevar por las olas de su propia confusión.

RED BLOOD★彡𝚟𝚊𝚕𝚎𝚛𝚒𝚘 𝚎𝚕𝚒𝚝𝚎★彡Where stories live. Discover now