Love Me Or Leave Me

VIII.

Capítulo 8: Mariposas malas en mi pecho

"¿Qué hago cuando te amo y quiero a alguien más? ¿Qué pierdo si no elijo y me lo guardo?" -Camila Cabello

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Los preparativos para el LM5 The Tour estaban en pleno apogeo; después de todo, en casi tres semanas comenzaría.

Confieso que estaba un poco nerviosa. Había dominado toda la coreografía y había intentado y familiarizado con todos los disfraces; pero aun así, siempre había ese escalofrío en mi vientre.

Estaba sentada sola en un café, con cierta tranquilidad después de miles de ensayos, bebiendo chocolate caliente con una pajita y actualizando mi feed de Instagram cuando recibí un mensaje de Jed.

'Estoy en el aeropuerto, pet. Llegaré en la noche.'

Mi corazón latió ligeramente.

Entonces llegó el momento. En el momento en que terminaría las cosas con él de inmediato.

Suspiré fuerte y respondí:

'Te estaré esperando.'

Puse mi teléfono celular en la mesa, recostándome en mi silla. Respiré profundamente, mis ojos se cerraron firmemente.

Dios me ayude.

"Parece que alguien está preocupada" Dijo una voz familiar.

"Y que alguien está muy interesado en la vida de otra persona" Le dije, abriendo los ojos.

Jesy molestando, como siempre.

"¿Me invitarás a sentarme?"

Alcancé la silla frente a la mía.

"Siéntete como en casa."

Jesy se sentó y me miró con ojos de evaluación mientras lo hacía.

"¿Qué haces aquí, Jes?" Pregunté, un poco incómoda bajo su mirada. "Pensé que en algún momento de la mañana estarías pasando el rato debajo de las sábanas con Chris"

"Desearía que lo hiciera, pero tenía una cita" Respondió ella, sonriendo de lado. "Y siempre vengo aquí. Quien no viene eres tú."

"Sí" Dije "Necesitaba respirar aire nuevo"

"¿Vida difícil?" Jesy me miraba como un gato. Incluso actué bajo esa mirada. Sospechaba y quería preguntarme algo, eso era evidente.

"Estresante, diría" Dije. "Todavía hay mucha información para digerir con el recorrido y todo."

"Claro que sí."

Un asistente vino a nuestra mesa y tomó la orden de Jesy: un brownie de estilo americano y un café amargo. Cuando el hombre se fue, ella volvió a mirarme.

"¿Hay algo entre tú y Pezz?" Ella preguntó sin rodeos.

No hizo que el estilo de Jessica Nelson se enrollara.

Mientras digería sus palabras, momentáneamente no respondía.

Saqué el aire de la mañana a mis pulmones vacíos. La tensión se había ondulado por toda mi columna vertebral.

"¿De dónde sacaste esas ideas, Jes?" Le pregunté, tratando de actuar así era una tontería. Incluso me reí al final, pero mi risa salió casi tan nerviosa como el tono de mi voz.