Sobreviviendo en el harén || SasuHina

❝ CAPÍTULO 03 ❞

Título: Sobreviviendo En El Harén.

Los personajes de Naruto no me pertenecen, son de Masashi K.

— Diálogos —

«Pensamientos»

“Escena del pasado/Narración de un PJ”

(...) cambio de lugar, tiempo o escena.

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Capítulo Tres

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Los labios de Itachi eran delgados y frios, pero la freccion que hizo contra los de la chica provocó que un calor creciera en la habitación.

Poco a poco fue liberando las horquillas y joyas que aforbanan la melena ajena, hasta que cayó como una cascada nocturna. Las finas hebras se escurrieron por los dedos del príncipe, como si fuera tinta.

— Confía en mí. —Murmuró al separarse unos centímetros de la boca adversa. Ella aún temblaba y quería darle cierto confort.

Era la primera vez que una mujer temblaba en sus manos de esa manera. Por lo general el género femenino se moría por tirarse y colarse en su cama, pero la nueva con corte era única y lo mejor de todo es que era suya.

Quiso darle una buena primera experiencia, además de que al analizarla se había dado cuenta de lo necesitada de cariño que se encontraba. A sus ojos era una chica deplorable, por lo que decidió mostrar y entregar un poco de misericordia.

Esa iba a ser una manera más fácil de controlar a la hembra, la cual era como un pequeño animal al cual le ofreces un un trozo de carne y te sigue de por vida.

Las lujosas telas que cubrían ambos cuerpos cayeron como hojas en el piso. El dudou dorado de la doncella afenas si podía cubrir ese par de voluptuosos pechos. El cuerpo femenino tenía forma de calabaza, como una montaña llena de curvas y montes.

Normalmente los cuerpos delgados y lizos son los que un hombre preferiría, ya que se veían puros y celestiales a comparación de uno tan brumoso. Un silueta como la de Hinata era lujuriosa e impudica. Solo las mujeres de los burdeles podrían poseer cuerpos tan pecaminoso. Su forma podía inducir al pecado, pero su rostro contrarestaba cualquier deseo. Su mirada y actitud tan pura era algo que no podía verse en esos días.

Por eso la había deseado.

Probó el sabor de la piel ajena y la dulzura invadió su boca. La suavidad de la misma le inducida a querer morderla y chupar de ella para marcarla.

Itachi intentó ser lo más gentil que pudo. Sus caricias eran suave y sus besos un tanto exigentes. Ella hacía lo más que podía, intentaba corresponder con torpeza, ya que era alguien inexperto. La fina yema de los dedos de la consorte tocaron la dureza de la anatomía masculina. Anteriormente había abrazado a Neji, pero esa acción no se comparaba con lo vivido.

La respiración de ambos se volvió pesada y los suspiros y dulce canto femenil resonó en los oídos del príncipe. Se excitó y ansío el romper la membrana virginal de un solo movimiento, pero se contuvo. Comenzó a penetrarla centímetro a centímetro, tomándose su tiempo. Se detenía cuando las uñas de su mujer se incrustaban en su piel.