Capítulo 2

2.5K 110 4
                                    

Isabelle había guardado silencio, al igual que Simon; el único sonido que acompañaba la lluvia eran sus pisadas mezcladas con el poco tráfico de Nueva York.

Hablar con ella es...difícil, se decía Simon.

Hablar con él es doloroso, pensaba Isabelle.

Mientras caminaban, Izzy trataba de no estremecerse al roce de sus brazos mientras recordaba sus brazos alrededor de ella, sus labios besando su coronilla, se sentía furiosa porque Simon la hacía sentir protegida; y luego otro recuerdo... ambos en la cama de invitados de Magnus, a punto de hacerlo pensando qué tal vez eso era lo que Simon quería porque ella quería hacerlo. Resultado: había sido perfecto. Isabelle se había detenido en la mitad del camino, sus pensamientos le ganaron otra vez.

-¿Isabelle?- dijo Simon a un par de pasos adelante, mirándola preocupado - ¿Estás bien? -

Izzy sentía que explotaría en cualquier momento, no quería estar con él ahora, no ahora. Alzó la vista hacia Simon - Estoy bien -

En el departamento de Magnus, Alec traía un par de tazas depositándolas en las manos de Clary y Jace, últimamente repetían esa rutina cuando Magnus hablaba sobre el estado de Simon. Ahora era diferente, todo andaba bien y se podría decir, en un dicho mundano. Tiempo desde el ultimo accidente: 6 meses. Magnus llegó a la sala a sentarse junto a Alec, su camisa azul marino resaltaban los brillos en su cabello que olía a sándalo, sus pantalones negros rozaron los de Alec, este lo miró por un momento tratando de descubrir lo que pasaba por su mente.

-¿Qué sucede?- dijo finalmente el muchacho.

-¿Que tendría que pasar?- dijo Magnus mirando su té verde.

- Te ves más serio que de costumbre, ¿qué es?- susurró Alec.

- No creo que sea buen momento para..- su novio lo interrumpió.

-¿Es sobre Simon?-

Clary alzó la vista y se zafó del agarre de Jace -¿Algo va mal? -

Magnus suspiró y miró a Clary - Mi padre esta mandando demonios aquí. Sabe lo que hice -

Alec y los demás lo miraban estupefactos, enojar a un príncipe demonio es condenarte para siempre y Simon solo los había salvado.

-¿Cómo diablos puedes saber eso?- Dijo Jace esta vez.

- Alguien a intentado entrar a la casa pero las salvaguardar están aquí, las puse hace tres meses - respiró antes de terminar - las dos veces que Simon ha estado aquí he encontrado sangre de demonio -

Clary se enderezó -¿¡Y por qué no dijiste nada!?-

- No pensé que las salvaguardas se gastaran en tan poco tiempo -

La puerta se abrió de golpe haciendo a todos pararse en posición para atacar, Maia y Bath pasaron cerrando la puerta tras ellos con las manos ocupadas por los paquetes de comida, Maia se detuvo mirando a sus amigos con los ojos bien abierto.

- Traje la comida - alzó los paquetes. Clary exhaló cayendo bruscamente al sofá.

La llegada al instituto no había demorado como Simon lo había imaginado, Isabelle había ido directo a su habitación para quedarse allí lo que quedaba de la noche. Él subió hasta la sala de armas para guardar los cuchillos serafines y las espadas, sus pies sonaban contra la alfombra depositando huellas de humedad para dejar los material que utilizó, no es que quisiera molestar a Alec con su irresponsabilidad. No pasó ni un segundo fuera de las puertas cuando escuchó un sonido algo demasiado agudo, tal vez sus oídos habían recordado la intensidad de vampiros.., pero lo sintió diferente.

Dando un paso inclinó la cabeza hacia el pasillo de la izquierda, no había nada fuera de lo común. Cerrando la puerta se dirigió hacia el ascensor, bordeó una esquina del corredor, parte de su entrenamiento le decía que algo andaba mal y fuera de todo era el instituto, nada malo podría pasar. Un aullido estruendoso se oyó haciendo que Simon saltara para atrás mirando al suelo. Había pisado al pobre Iglesia.

- Diablos - masculló el muchacho dándole un leve golpe en la cabeza al gato, este gruñó saltando fuera de su tacto.-¡Lo lamento! No te vi -

Pasó un poco más del área común mientras le mandaba un texto a Clary que decía:"Estoy yendo". Ya todo le resultaba familiar aunque a veces la ausencia de algo se hacia presente en varias ocasiones, pero la presencia de sus amigos lo complementaba. A lo lejos pudo escuchar unas voces por un túnel de puertas que conectaban a una salida de emergencia. Aquellas voces que le resultaban tan familiares, lo llamaban tentativamente, él podía escuchar la voz de su hermana. Simon avanzó despacio sin saber que estaba siendo hipnotizado por alguien, ya estaba tan cerca de aquel lugar y no podía evitarlo.

-¡Simon!- Gritó una voz detrás de el.

Esa voz rompió algo en él, como si hubiese despertado de un sueño, Simon cayó sobre sus rodillas con la frente sudando frío, una mano delgada se apoyo en su hombro dándole protección y al mismo tiempo un pequeño vacío.

- ¿Que fue lo que oíste? - era Isabelle girando y quedando frente a él. Simon balbuceó y ella volteó hacia la puerta trasera en donde los vampiros tenían acceso.

Entonces empezó a correr.

***

Corrección: 1 de Marzo del 2017.

¿Quién era yo? [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora