¿Quien era yo? XXII

916 33 1
                                    

Había un momento en el que los automóviles hacían caso a las señalizaciones o daban paso a las personas de mayor edad priorizandolas de los demás, o si veían que alguien estaba en apuros, esto no aplicaba en Simon que llevaba un glamour. Mientras esperaba a que la luz cambiara, un gato cruzó a gran velocidad de la acera de al frente hacia él, cuando este agarró impulso y saltó antes de que un camión lo convirtiera en desechos, cayó encima de Simon. Las personas que esperaban cruzar la avenida se quedaron atonitas mirando como el gato se había topado con alguna invisible pared, uno de ellos se acercó a tomar al gato y la luz cambió dandole a Simon la oportunidad de esquivar al sujeto que se aproximaba a él. Mientras trataba de esquivar las calles concurridas, se desvió por los callejones que se encontraban desnudos. Pasaron dos años desde que vió a su familia, dos años sin ver a Rebecca. Ella le había escrito una carta que decía "Felicidades Soldado" como despedida, mientras que él le dio un fuerte abrazo y la dejó ir.

Nunca más supieron nada de él.

Sus pies de por sí, se movían por inercia recorriendo de memoria el camino a su casa, había recordado un arbusto al frente de su casa ya que ahora lo reemplazaba un árbol enderezandose para llegar mas alto. Se volvió y caminó hasta las pequeñas escaleras y se desplomó al lado de la puerta. Ahora no podía tocar y decir «¡Hola, ya regresé! ¿Me extrañaron?» probablemente lo primero que haría su madre sería barrerlo a golpes y luego de echarlo, abriría la puerta y se lanzaría a los brazos de su hijo. Simon reprimió mas pensamientos sobre ello, logrando escuchar una conversación adentro de la casa.

- Creeme, tal vez sea ahora...pero me arrepiento que permitirle ir -

- Está haciendo algo mejor ahora, si no ha llegado ninguna carta es porque no puede enviarlas -

- Siento que algo malo ha pasado Rebecca, dime ¿Quién me saca este dolor?-

- Estás siendo nuy dramatica acerca de esto, verás que pronto sabremos de él -

-¿Y que hay de los sueños?-

- Apareceran si crees aún en ellos -

Simon sabía que Rebecca no tenía una gran relación con su madre, al parecer su ida había logrado un poco de acercamiento entre ambas. Él se levantó cuando escuchó pisadas acercarsr hasta la puerta de la entrada.

-¿A donde vas?- la voz angustiada de su madre se escuchó.

- A tomar un poco de aire, quedé con unos amigos en vernos en el parque -

- Bien...no demores mucho -

Rebecca soltó un suspiro - De acuerdo. Nos vemos luego -

La puerta se abrió y se cerró.

Simon se quedó petrificado, Rebecca no había cambiado mucho, solo su estilo. Llevaba unos vaqueros basicos con botas marrones y un sueter negro con rayas delgadas blancas comenzando de la mitad de su pecho para abajo, su cabello estaba atado en un moño simple y un poco desordenado. Está hermosa, se dijo Simon sonriendo.

Rebecca siguió su camino hacia el parque ya que no había necesidad de pedir un taxi, porque le encantaba caminar. Simon iba caminando a su lado mientras ella iba con los audífonos susurrando las letras en melodías, su hermano sabía que la costumbre de advertirle «Creeran que estás loca» se le había quedado.

Cuando Rebecca llegó, abrió su paso por el camino de piedras para sentarse en un banca solitaria, de su bolso extrajo un libro y abrió una página marcada y empezó a leer. Simon estaba en la banca de al frente con las rodillas en su pecho mirándola como si fuese algo hipnotizante. Había cambiado tanto, su cabello se aclaro apenas un poco y el lo podía notar, las bolsas debajo de sus ojos estaban ahí por la universidad o por él. Simon le apostaba más a la segunda opción.

¿Quién era yo? [Editando]Where stories live. Discover now