7. Tatuaje (ll)

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Una gran ola de aplausos dieron a sus ojos la señal suficiente para soltar un par de lágrimas en el momento en el cual Tzuyu pasó por su premio. Había ganado el primer lugar y estaba feliz de saber que el premio era suyo, de saber que su esfuerzo había valido de algo y que, sin duda, podría brindar la ayuda que deseaba a su madre ahí en su casa.

La lluvia de fuera no había sido impedimento para poder celebrar a gusto por unos minutos después de haber salido del auditorio escolar. Sus compañeros de aula se habían agrupado a su salida para recibirla con aún más aplausos y gritos de felicidad. El beneficio de su reconocimiento le hacía reír y su rostro daba a entender con un suave sonrojo que estaba agradecida.

Desde la lejanía, bajo la parada de autobuses que había al otro lado de la carretera, un pequeño niño de apariencia un poco mayor a la de Tzuyu sonreía con ternura mientras observaba en dirección a donde la multitud abrazaba y felicitaba a Tzuyu. Tao no podía estar más orgulloso ni más feliz de lo que estaba. Pero no podía acercarse en ese estado y saludarle como si nada.
Con la ropa mojada y un poco enlodada, suspiró y se dió la vuelta para volver a casa antes que la pequeña llegara.

La ciudad apenas estaba en su gran auge de la mañana. A poco antes de ser las doce del medio día, se pintaban alegres personas haciendo sus tareas temprano antes que nadie. Por lo lejos veía vendedores en sus puesto, niños jugando por el parque en donde alguna vez había ido junto a su dueña. Pero Tao tuvo que desviar su camino y, tras haberse transformado con un poco de esfuerzo, devolvió -Como pudo- La ropa del tendedero de donde en primer lugar la había robado. Su tarea estaba hecha.
La verdad es que su noción del tiempo estaba algo desequilibrada en su forma felina, por lo que rara vez podía concentrarse en su camino. Un par de niños le alimentaron, una ardilla retó su capacidad de atraparle, y una amable señora quiso adueñarse de él. Con tanto lío, recordó por qué evitaba salir de su casa sin Tzuyu. Era un tanto molesto y cansado tener que lidiar con tanta gente en una sola caminata.

A medida que se acercaba a su destino, se hacía y sentía un poco más seguro. Veía al policía de dos cuadras a su casa que siempre monitoreaba el tráfico hablando con un compañero a un lado de la calle. Era la primera vez que pasaba ésto. Y no tardó mucho tiempo para poder ver a otro, y otro más. Mientras más cercano estaba a su hogar, más gente y oficiales caminaban e impedían su paso.

-¡Tao! -Escuchó una quebrada voz que le llamaba y era la única que logró reconocer entre tantas personas. Tzuyu.

Con un peinado alborotado y el rostro cubierto de lágrimas, la niña se separó de dos oficiales que le hablaban con cuaderno en mano para ir a donde su gato. Le abrazó, lloró con un poco de más fuerza y volvió a hablarle.

-Creí que también te habrías ido.-

También. Esa palabra tardó un poco en procesarse en su pequeña mente, pero no pudo entender sino hasta que el policía con el cuaderno se acercó a Tzuyu una vez más. Entonces le comenzó a hacer preguntas respecto a su casa, su madre, la hora en que había salido y si había alguien ajeno a ellos que supiese entrar a su hogar. Y mientras Tzuyu lloraba entre sus palabras, a Tao le llamó la atención algo que vió desde el hombro de su dueña.

Un gato color naranja se lamía una pata frente a la ventana rota de la cocina.

😿

Los sucesos transcurrieron entre las ocho y once de la mañana, cuando Chou Tzuyu, estudiante de la academia ChangMin para jóvenes talentosos partió a un evento organizado por el prestigioso plantel. Al llegar, la pequeña se percató de la ausencia de su madre y tras cerciorarse de su completa inasistencia, alarmó a sus vecinos quienes llamaron a la policía. Chou Yen Ling lleva desaparecida desde entonces, y tras una semana de haber comenzado su búsqueda, no se sabe nada de su paradero.

I Found A Cat [HunHan] Where stories live. Discover now