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-¡Ayúdanos a pescar, Zoro!

-¡No seas aburrido, Zoro!

-¡Venga, Zoroooo!

El peliverde frunció el ceño, molesto de que Usopp, Chopper y Brook no lo dejaran hacer una siesta en paz. No había podido dormir muy bien esa noche dado a que sus pensamientos no dejaban de irse hacia cierto rubio de ojos azules. Los acontecimientos de anoche, sin embargo, parecían no haber significado absolutamente nada a Sanji ya que este había actuado como si nada hubiera pasado en el almuerzo. Lo había tratado de la misma manera y no había comentado nada de lo de anoche. Ni siquiera una mísera indirecta. Y eso mosqueaba muchísimo a Zoro. 

Sanji le había hecho una maldita mamada y, ¿ni siquiera le hacía un solo comentario? Además, Usopp casi los veía. Aunque, si ese hubiera sido el caso, el pobre nariz-larga no habría vivido para contarlo. Básicamente porque Zoro lo habría cortado en pedazos.

-¡SANJI, TENEMOS UNO! ¡ES MUY GRANDE!-gritó Chopper, sosteniendo un pez con rayas rojas y moradas. 

El rubio, que hasta entonces había estado fumando tranquilamente al lado de la cabeza del Sunny, se acercó al renito con una sonrisa en los labios. 

-Yo no lo cocinaría, Chopper. Es venenoso y si te lo comes, podrías dejar de respirar al cabo de cinco segundos.-comentó el rubio. 

Al escuchar eso, Usopp se volvió de color azul y le dio una patada al pez para que este saliera volando hasta el infinito y más allá. 

-¡Usopp!-protestó el médico del barco.

-¡Sanji ha dicho que era venenoso!-se defendió este, tratando de que no pareciera que estaba cagado de miedo. 

-¡Pero era muy bonito! ¡Lo podríamos haber dejado en el acuario!-se quejó el reno.

Además, era el primer pez que había conseguido pescar en toda la mañana.

-Eso no es buena idea, Chopper.-le sonrió el cocinero. Zoro no se molestó en ocultar el echo de que lo estaba observando atentamente.-Si lo dejamos en el acuario, puede que los demás peces se contaminen por el veneno que tiene en las escamas. Lo que ha hecho Usopp es lo mejor.

Chopper pareció convencido por el rubio y puso una carita de reno triste que le rompió el corazón a todos los presentes. 

-De acuerdo...-murmuró, apenado. 

-¡Chopper-san, no te preocupes! Seguro que pescamos otro pez.-intentó animarlo Brook. 

-¡Sí, seguro que sí!-Usopp le siguió la corriente.-¡El gran Capitán Usopp pescará el mejor pez de todos los mares para ti!-exclamó, haciendo una pose completamente exagerada. 

Los ojos de Chopper se iluminaron ante la mención del gran "Capitán Usopp" y se olvidó de lo que había sucedido unos segundos atrás. Los dos chicos y el esqueleto siguieron pescando, ahora más animados que antes. Y, en cuanto al cocinero, este se puso las manos en los bolsillos de su pantalón se quedó contemplando el cielo, ignorando por completo la mirada de cierto espadachín. 

Su pelo rubio se movía al compás del viento y relucía con la luz del sol, haciendo que este pareciera de oro puro. Y sus hermosos ojos de color océano brillaban como las estrellas. Zoro incluso se quedó hipnotizado por el humo que salía de sus labios rosados. 

Esos labios que le habían hecho la mejor mamada de su maldita vida. 

El peliverde sacudió su cabeza, alejando esos pensamientos indecentes que no ayudaban absolutamente nada con la meditación. Seguramente el cocinero estaba jugando con él, provocándolo de esa manera y dejándolo totalmente confundido. Aunque, para qué mentir, si ese era el objetivo del rubio, lo estaba logrando. El peliverde ya no sabía como tratar al cocinero ni qué pensar. Era la primera vez que se encontraba en esa situación y llevaba unos días que no conseguía ordenar sus pensamientos. Y eso era muy frustrante. 

INFILTRADOS [Lawlu]Where stories live. Discover now