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El apetitoso aroma a almuerzo hacía que el estómago de Sanji rugiera con furia. Había despertado antes de que saliera el sol y, como todo buen cocinero, se había puesto a preparar el almuerzo para sus nakamas después de darse una buena ducha y cambiarse de ropa. Sus ágiles manos cortaban las verduras y preparaban con destreza la comida que, a pesar de que aún no estaba terminada, tenía una pinta deliciosa. 

El rubio, mientras hacía unas tortitas, sonreía inconscientemente a la vez que cantaba por sus adentros una canción. Los recuerdos de la noche anterior regresaban en su mente como si se trataran de un sueño. ¿Porqué había actuado de esa manera? La respuesta era simple, porque le apetecía. Debía admitir que estaba un poco harto de esperar a que el peliverde le dijera algo en relación a sus sentimientos, así que había optado por no reprimir sus ganas de hacer travesuras. De esa manera conseguía dos cosas, satisfacer su hambre y frustrar al marimo. 

-¡Buenos días, Sanji-bro!-Franky fue el primero en despertarse y dirigirse a la cocina. El rubio giró levemente la cabeza y le sonrió.

-Buenos días, Franky. ¿Qué haces despierto tan temprano?

El del pelo azul se sentó en una silla que había por allí y se quitó las gafas protectoras que llevaba puestas. 

-¡Estoy mejorando un poco los cañones del submarino! ¡Para que sea SUPERRR!-contestó, sin ocultar su emoción. 

Sanji rió y siguió preparando el almuerzo, mostrando como estaba de buen humor al seguir cantando su canción. A Franky no le pasó por desapercibido esa sonrisa de felicidad.

-¿Te ha ocurrido algo bueno, Sanji-bro?-cuestionó, mientras se presionaba la nariz para cambiar de peinado. 

-Solo he dormido muy bien, esta noche.-respondió el rubio. Y antes de que el cyborg volviera a decir algo, este le dejó un plato lleno de tortitas con nata y fresas delante de sus narices. 

-¡Qué buena pinta!-exclamó Franky.-¡Qué aproveche!-dijo, y, acto seguido, se puso a comer con ganas. 

-Supongo que hoy será un día tranquilo antes de que Luffy nos lleve hasta la siguiente aventura.-comentó el cocinero, sentándose al lado de su nakama para beber un poco de café que él mismo se había preparado. Por supuesto, el rubio no se olvidó de darle a su amigo dos botellas de refresco bien frías para que las guardara en la pequeña nevera que escondía bajo su torso. 

-Sí, seguramente.-coincidió el cyborg.-Al final, ¿Luffy durmió con Law-bro?

Sanji esbozó una sonrisa.

-Creo que sí. Y también pienso que tendremos que celebrar la bienvenida a un nuevo nakama en esta tripulación de locos.

Franky estalló a reír, disparando trozos de tortitas contra la pared que tenía delante. 

-¡Luffy-bro es SUPERRRRRR alucinante!

-Sin lugar a dudas.-afirmó el rubio. 

La puerta de la cocina se abrió, dejando ver a cierto esqueleto con un afro acompañado por un renito con una sonrisa rebosante de alegrías.

-¡Buenos días a todos, Yohohohohoho! Hoy va ha hacer un día espléndido, lo presiento.-los saludó Brook, sentándose al lado del cocinero. Y, a pesar de que no tenía labios, todos su compañeros sabía que estaba sonriendo. 

-¡Sanji!-lo llamó Chopper.-¿Law ya ha despertado?-preguntó, con estrellas en lugar de ojos.

-Diría que no.-le contestó el rubio.-¿Cómo habéis dormido todos?

INFILTRADOS [Lawlu]Where stories live. Discover now