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-¡Smo-yan, el prisionero ya ha despertado!

Sin ni siquiera llamar en la cabina del vicealmirante, un marine entró corriendo para darle las noticias al cazador blanco, quién estaba sentado en su despacho mientras fumaba tres puros a la vez. Fujitora, quien estaba sentado en una de las sillas de la habitación, no dijo absolutamente nada, dándole permiso a Smoker a hacer lo que le complaciera. Este, al oír lo que su subordinario acababa de decir, se levantó de inmediato de su cómoda silla y se dirigió hacia la presión que tenían en el interior del bunque para criminales. Aunque solo era una habitación de piedra y con puerta de kairouseki, era imposible que alguien escapase. No tenía ninguna ventana e incluso la cama era echa de hierro. Personalmente, al vicealmirante no le gustaba ir a ese lugar. Olía a ratas y era donde había llevado a más de un asesino en nombrosas ocasiones durante sus misiones como marine, pero el deber era el deber.

Habían encerrado al cocinero de los Mugiwara allí dentro, no sin antes encadenar sus piernas y manos en las paredes con fuertes cadenas de kairouseki de manera que estuviera completamente inmovilizado, claro. Aunque lo que más inquietaba a los marines no era el echo de tener a alguien con un precio de más de cien millones de berries en el barco, sino porque el hombre no había echo ni un solo ruido des de que había abierto los ojos. No había preguntado donde estaba ni había rogado para que lo dejaran salir. Tan solo había vuelto a cerrar los ojos y había recostado su cabeza contra la húmeda pared de piedra tras dejar ir un suspiro.

Él ya sabía que tendría que esperar a que su capitán viniera a ayudarlo, pero si veía alguna oportunidad para escapar, no dudaría en hacerlo. Aunque el echo de haber un almirante y un vicealmirante en el barco, no serían puntos a favor para su huida. Durante unos minutos, la mente calmada del rubio había empezado a idear planes poco arriesgados con tal de poder salir de ese lugar, pero una visita hizo que este desviara su atención hacia delante suyo.

-Abre.-a voz grave de Smoker interrumpió el tranquilo silencio que había permanecido des de que el cocinero había despertado.

-P-pero es peligroso, Smo-yan. ¡Podría romper las cadenas!-otra voz no tan segura trató de hacer cambiar de parecer al vicealmirante.

-Si escapar fuera tan fácil, ya lo habría echo, estúpido.-le respondió este.-Anda y abre de una maldita vez.-el cazador blanco se cruzó de brazos.

¿Acaso sus subordinarios no podían obedecer una orden tan simple como esa?

-¡Sí!-el soldado obedeció sus órdenes y tras unos segundos de mover la llave en el interior de la cerradura, la puerta se abrió con un ruido desagradablemente chirriante.

Sanji tuvo que entrecerrar los ojos ante la súbdita luz que le iluminó la cara, pero se acostumbró a los pocos segundos y levantó el rostro con una sonrisa mofeta.

-Vaya. Cuanto tiempo sin vernos, Smo-yan. Es un honor que un vicealmirante haya querido venir a darme los buenos días.-comentó este, con un tono burlón.

No le tenía miedo al cazador blanco, ya se había encontrado con él en alabasta mientras rescataba a su capitán y sus compañeros de la prisión de Crocodrile. Y si no recordaba mal, Zoro le había salvado la vida siguiendo órdenes de Luffy.

-Tsk, menudo arrogante.- este chasqueó la lengua.-¿No quieres saber qué haremos contigo?-preguntó, mirando con frialdad al pirata encadenado contra la pared.

-Me lleváis a Impel Down.-contestó este, como si estuviera hablando del tiempo.

El subordinario de smoker, quien estaba detrás suyo mirando al prisionero, se sorprendió ante esa respuesta. ¿Cómo podía Kuroashi No Sanji estar tan tranquilo sabiendo lo que le esperaba? ¡Incluso los piratas más temidos le tenían pánico a semejante lugar! El vicealmirante frunció el ceño, se notaba que el cocinero formaba parte de la tripulación de los Mugiwara. Pero él no había venido aquí a charlar, él tenía que sacarle toda la información posible sobre Mokey. D. Luffy a ese maldito pirata, ya que eso es lo que le había encomendado Akainu. Y aunque odiase con toda su alma a ese maldito bastardo de lava, tenía que hacerle caso.

INFILTRADOS [Lawlu]Where stories live. Discover now