Capítulo 1: El Encuentro

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CAPÍTULO 1:

Era lo que me pasaba cuando empezaba a dibujar. Mi mente se iba a otro mundo y solo tenía la atención puesta en la imagen que creaba con mi lápiz en el cuaderno. NO había mundo que me rodeara, no había restaurante, no había las continuas órdenes de mamá, las tonterías de Emilio... Solo estábamos yo y la imagen que creaba... hasta que llegaba mamá y ya estábamos la imagen, yo, mamá y sus ganas de quitarme las ganas de pintar aunque fuera algo que llevaba dentro.

No le gustaba que pintara y la verdad es que se lo había puesto como meta el quitarme las ganas de pintar. Cosa que no iba a conseguir aunque lo intentara toda su vida.

-A ver, Camino, ¿quieres dejar de pintar una vez? Que los invitados están a punto de venir y hay que empezar a preparar las bebidas.

Sin quitar la mirada del papel y terminando las últimas líneas de mi dibujo, resoplo con fuerzas y le respondo:

-Las cervezas las pone Emilio cuando estén aquí los primeros invitados y los refrescos también si no quieres que se les vaya el gas. Además, que ya los vinos los abrí para que vayan tomando su aroma y sabor- y aunque creo que es mi mejor respuesta, mejor que otra que seguramente le pudiera dar y peor; cuando alzo la mirada a mamá, veo que no me da una torta porque le va mucho eso de la imagen ante la gente- Lo siento...

Sin embargo, aunque me "disculpo" la verdad, mamá no queda del todo por la labor de perdonarme. Aunque es suficiente para el momento.

-Guarda eso ahora mismo y prepárate que vienen ya...

-Sí, mamá- era mejor no discutir en ese momento con ella.

Asique, cerrando el cuaderno después de haber terminado, entro en la cocina para subir rápidamente a la zona de arriba del restaurante, donde teníamos la casa, tiro el cuaderno sobre mi cama y salgo al paso con el que me encuentro con Emilio, mi hermano.

-Otra vez te ha pillado pintando, ¿no?- bromea, aunque a mi no me hace gracia alguna.

-Sí, desgraciadamente sí. Le tiene una manía inmensa a eso de que pinte.

-Bueno, manía... manía...- lo observo y con una simple mirada le advierto que como siga con esa frase, cosas malas van a pasar- Me callo mejor.

-Sí, mejor- le digo empujándolo hacia el bar.

Aquella mañana, teníamos una comida encargada por parte de Don Armando, un alto cargo digamos de la zona, para su sobrina. Una tal Maite Zaldúa. Todos peces gordos de Madrid. Asique, iban a estar desde Rosina con su marido, Bellita y José, etc. En fin, que aquel día, todos los señores de etiqueta venían a comer al restaurante y mamá, como no, quería dar buena impresión. Porque para ella que señores, que la mitad eran del barrio a acepto de uno u dos, eran mejor publicidad para el restaurante que cualquier cosa.

Asique, cuando llega la hora, nos preparamos. Emilio se ocupa de la barra, de prepararme las bebidas para que yo vaya repartiéndolas entre los presentes. Mamá se dedica a relaciones públicas de la fiestas, mientras que yo, pues eso, me ocupo que las manos y bocas de los presentes no estén vacías en ningún momento.

Poco a poco, el sitio se empieza a llegar y unas doce personas, pronto ocupan el restaurante para la ocasión. Bellita y José son los primeros en llegar con una pareja más que no sé quienes son. Espero ver a Cinta, pero al parecer, no ha venido con los padres, asique, me toca seguir amargando. Aunque no sé quien de los dos se amarga más, si mi persona o mi hermano, cuando vé que no viene. Para luego me diga que no está colado por ella.

-Madre mía, como tragan los primeros, y eso que no han llegado todos- resoplo cuando a penas había dado un paseo con las primeras cervezas, refrescos y vinos; cuando todo se había acabado.

Amor, Pintura y otras cosas //Maitino Fanfic// Acacias 38 COMPLETADO #Wattys2020Where stories live. Discover now