Capítulo 7

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No estaba muy segura del tiempo, pero era extraño que él no hubiese despertado aún. Incluso, dos veces uno de sus súbditos había entrado en la habitación, para verlo.

Alessia se giró en la cama, ya sin poder dormir más, y lo observó. Él estaba con los ojos cerrados, y en algún momento, se había girado hacia ella.

Aún llevaba ese horrible cráneo en la cabeza, que le impedía mirar su rostro, o poder observar su cabello negro.

—Melok, despierta —pronunció bajo—. Creo... Qué Deik necesita hablar contigo.

Pero fue inútil, él siguió en la misma posición, con la respiración calma. La jovencita suspiró y se acostó boca arriba, mirando el techo.

Terminaría dormida una vez más, pero por aburrimiento.

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—Hoy dormiste quince horas, Melok, y de la última vez, a hoy, aumentó mucho el tiempo.

—Sí, creo que por eso me siento tan agotado —pronunció bajo—. Tendrán que buscar a alguien pronto, porque a éste ritmo, no sé cuánto tiempo más pueda permanecer despierto.

—Debes elegirlo tú, y eso tiene que ser antes de que te quedes completamente dormido.

Respiró profundo, sintiendo un horrible dolor de cabeza.

—Sí, evalúa a los posibles candidatos, y cuando los tengas, iré a verlos.

—No te duermas, no lo sé, camina por el reino, pero no te duermas.

—No lo haré.

—De acuerdo, intentaré buscar cuánto antes a tu sucesor.

Cuando Deik se fue, abrió la puerta para entrar a la habitación nuevamente, encontrando a Alessia del otro lado.

—¿Qué quiso decir él con eso? ¿De qué no te duermas? ¿Qué ocurrirá si te duermes? Él... Él se veía muy preocupado, muchas veces entró aquí para ver si habías despertado —le dijo con miedo.

Melok la miró, y luego se dirigió a tomar su armadura.

—Por favor, al menos dime qué pasará conmigo si no despiertas.

—Le diré a Deik que te deje en tu reino si eso ocurre.

—¿E-En serio?

—Sí.

Una pequeña esperanza brilló en ella al escuchar aquello, volvería a su hogar, con su familia. Finalmente podría ver luz, animales, otras personas normales.

—Melok... ¿Por qué no puedes dormir? —volvió a preguntar.

—Puedo dormir, el problema no es dormir, es no despertar.

—¿Y por qué no lo harías?

—Porque ya no queda luz en mí, me estoy apagando.

—¿Luz?

—Cuando te vayas de aquí, y el rey te vea nuevamente, tú me traicionarás, nos traicionarás a todos, y es por eso, que no puedes saber nada. Porque tu lealtad es con los humanos, no con los monstruos. Pero verás, y lo comprobarás también, que la seguridad que tuviste aquí adentro, no la tendrás con nadie más.

Ella lo miró confundida, y antes de poder decir algo, él se fue de la habitación.

¿Pero qué podría decirle al rey que él ya no supiera? Se sabía que comían a los jóvenes, que los torturaban, que él se alimentaba de eso. Principal motivo por el que Alessia no comía carne de ese lugar.

''•''•''•''

—Bebe un poco de esto, quizás te ayude a mantenerte despierto —le dijo Deik, dándole una copa con un líquido viscoso en su interior.

—Ya estoy en mis últimas instancias, tal vez, pueda despertar una vez más luego de esta.

—¿Y si no es así? ¿Y si ya no despiertas? Debes elegir a tu sucesor antes.

—Podría elegirte a ti.

—Yo no puedo crear, y lo sabes. Hemos encontrado a posibles sucesores, pero no todos están seguros de ellos.

—Yo me siento muy cansado, Deik, no podré estar mucho tiempo de este modo.

—Tu tiempo se acortó cuando llegó la humana —le dijo serio—. Tú sólo dormías seis horas al día, y en menos de ocho meses, has pasado a quince, cuando te habías mantenido en seis durante décadas.

Melok lo miró y luego desvió la mirada. Tal vez tenía razón.

—Me llevaré a la humana.

—¿A dónde?

—Fuera de aquí, tal vez puedas mantenerte en quince horas hasta que encontremos un sucesor adecuado para ocupar tu lugar.

—¿Y si ella no es la causante?

—Ella lo es, tú cambiaste desde que ella llegó, tus horas de sueño, tus hábitos, todo. El rey la envió para destruirte, para destruirnos a todos.

—Está bien —pronunció bajo.

—Le diré a los oficiales que se la lleven cuando su cielo oscurezca.

—Que la lleven a su aldea.

—Melok, no arriesgaré a nuestros oficiales por una humana, la dejarán en el bosque.

—Pero ella no puede ver de noche, y hay animales salvajes en el bosque, que la lleven hasta su aldea, o cerca de la misma.

—Podrían encontrarlos los caballeros del rey.

—Denle una lámpara entonces.

—¿Para qué la use en contra nuestro? No, la dejaremos en el bosque —sentenció serio.

Y Melok no se encontraba en condiciones de discutir nada, sus energías estaban muy bajas ya.

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Ofrenda a la bestiaWhere stories live. Discover now