Miércoles.

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Naruto había escuchado toda la conversación de la azabache, sabía perfectamente que era algo indebido. Que no era problema de el, pero por una parte, quería mucho a Hinata.

Ella había sido la que lo había acorralado a decir la verdad, a confesarle sus sentimientos a Sasuke.

Y aunque el chico lo haya negado, aún seguían manteniendo la comunicación, comportándose más apegado a el.

Tenia que regresarsela. Y sabía que había hecho bien.

. . .

—¿Estás segura de querer hacerlo?— la rubia de ojo azulado se inclinó hacia su amiga, a un costado, queriendo observar sus facciones.

La azabache, asintió decidida. No daría vuelta atrás, lo que había planeado aquellos dos días se llevaría a cabo el día de hoy.

No sabía si su profesor había esperado sus cartas, u olvidado que las recibía. Pero se encontraba ahí, confiada en entregarle aquel último sobre grisáceo, sin remitente.

Su decisión sería basado en dos posibles escenarios: Contaría la verdad y se arrepentiría de lo dicho.

O

Contaría la verdad y se alegraría de haberlo hecho.

Eran dos espadas de filo largo, y una cortaría más que la otra, pero lo había decidido.

Se encontraba a dejar la última carta, en el mismo salón, a la misma hora. Ino, era la que vigilaba de espacio en espacio para verificar que no hubiera nadie que se enterara sobre aquello. Y Temari, entretenía al director como cada día, entregándole un pequeño postre por dedicarse tanto a su trabajo.

Era una coartada perfecta.

Paso. Paso. Paso.

Se sentían cada vez más temblorosos, y los nervios la sucumbieron. Jamás había declarado sus sentimientos, a excepción de Naruto, pero era muy diferente.

Naruto era un compañero de clases, no su profesor, aparte de que, no era más de diez años mayor que ella.

Al llegar a la puerta, asomándose verificando que no estuviera un alma presente, entró.

"Sólo déjalo" pensó. Estrujó el pequeño papel por unos segundos, y lo dejó.

Decidida a salir del lugar, giró sobre sus talones y encontró lo que no creía.

—Parece que la eh descubierto—

Parpadeó, una, dos, tres veces. ¿Cómo podía  encontrarse ahí? A esta hora, se encontraba en la biblioteca, releyendo el mismo libro como hacia cada semana. ¿Porqué se encontraba ahí?

—K-kakashi sensei—

—Hyuga Hinata—

Se mantenían en silencio, debatiendo quién sería el que iniciaría aquella incómoda conversación. Hinata, rehusaba el mirar a su profesor, se sentía totalmente descubierta.

—Y-yo...—

—Léela— cortó.

La azabache se sorprendió, no podía hacer aquello que le pedía. Era mucho la pena que tenía en esos momentos, a tal punto que sus manos se sostenían entre sí cruzando varias veces sus dedos. El dedo anular tenía una dura pelea con el igualitario. Su nerviosismo no le permitió omitir una palabra.

—Lea lo que iba a dejarme—

—N-no puedo—

—Léalo— replicó, pidiendo por terceava vez.

Debatía si tenía que hacerlo o no, se encontraba en una lucha interna si debía que hacer acato a las órdenes aunque, después de todo, el no le impartía ninguna matrícula.

Abrió el dichoso sobre, sacando de este una hoja de papel que ya sabía perfectamente las letras de esta.

Al final, totalmente derrotada, suspiró y rendida, comenzó la lectura.

"Miercoles 21

Me encuentro de nuevo, sosteniendo una pluma y papel, escribiendo a su persona. Los días pasados no había obtenido el valor de mencionarle las cosas que me gustaban de usted, y lo eh pensado mucho. En las noches no puedo conciliar el sueño sin siquiera tener un roce de pensamientos de todo lo acontecido. Y ahora, me encuentro aquí, totalmente segura de lo que escribiré a continuación.

Se que estás últimas dos semanas no soy clara en lo que trato de decir; me gusta. Y me gusta más de lo que pensé. Me gusta verlo. Me gusta escucharlo. Me gusta su pensar. Me gusta su amabilidad. Y es algo loco, que no haya nada que me disguste y a cambio, usted no sepa ni siquiera de mi.

No siento atracción por ser un adulto, ni mucho menos porque tiene una carrera. No me interesa el carro de último año que pueda obtener, ni siquiera los regalos costosos. No me interesa que me acepte, ni mucho menos que le guste. Simplemente me gusta, y es algo que tenía que decir, que mencionar.

Es por eso, que, eh decidido escribirle la verdad. Quisiera que aceptara, antes del aniversario de graduación, que nos veamos. Que sepa quién soy en realidad.

No espero que me acepte, ni mucho menos que yo le agrade. Pero me gustaría, poder tener una plática con usted, no de profesor/alumna, si no de persona a persona.

Si acepta, nos encontraremos el día de hoy en Yukta Coffee partir de las 4.

Bonito día, Kakashi-San.

Anónimo".

Volviendo a suspirar, dejó caer sus brazos de lado a lado, mirando al suelo. Había sido algo totalmente ajeno a ella, ya no tenía remedio.

El peli plateado, duro penas unos segundos y decidido salió por la puerta, dejando a la azabache en la misma posición.

No le entristeció que su profesor no le comentara nada al respecto, ni mucho menos que no le correspondiera.

Le entristecia que la tomaría como una de las otras, igual a las demás.

Sin Remitente || KakaHinaWhere stories live. Discover now