Capítulo 12

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–No entiendo ¿vamos a dormir en esta posición?

–Esto no es dormir, es el arte de meditar, para canalizar todas las malas energías y veo que tienes muchas –Perfuma permaneció con los ojos cerrados.

–Oh, entiendo –Catra la imitó.

Empezaron con la meditación, que duró como cinco segundos.

–¿Cuándo empieza hacer efecto? –Catra preguntó con los ojos cerrados.

–Tienes que entrar en un estado de paz y serenidad –Perfuma explicó.

–Captado.

Volvieron a meditar, esta vez por 10 segundos.

–¿Cuando termina esto? –Catra murmuró con los ojos.

–¡Sólo cierra los ojos y cállate! –Perfuma gritó, haciendo las manos puños, para después tocer y recuperar la compostura–, esto no es inmediato, así que se paciente, ¿entendido?

Catra asintió y tomó un poco más de distancia de Perfuma, esta vez meditaron como 15 minutos, o eso pensaba Perfuma, hasta que escuchó a Catra roncar, cosa que la sacó de quicio.

–Bueno, terminamos por hoy –Perfuma aplaudió, haciendo a Catra despertar.

–Asombroso –Catra bostezó–, me siento más relajada.

–Después de meditar, suelo tomar una taza de té, permíteme voy por unas tazas –Perfuma se retiró.

Perfuma volvió con el té, tomaron de los tés, Catra sentía el efecto de la meditación y el té, se sentía más relajada de lo común, a diferencia de Perfuma que no paraba de sentir un poco de ansiedad.

–¿Hay algo más que pueda hacer por ti? ya tengo que ir a la universidad –Perfuma dijo con una sonrisa forzada.

–De hecho sí, ¿podría ver tu armario? me gustaría agregar tu estilo a mi colección.

Eso le emocionó a Perfuma, la llevó hasta su cuarto que estaba aún más lleno de flores y cosas Hippies según Catra. Abrió su armario, camisas holgadas y jeans fotos, eso fue lo primero que vio, dejando de lado los montones de vestidos.

–Espero que sean de ayuda –Perfuma

–Esto es grandioso, gracias –Catra agradeció sin despegar si mirada de la ropa.

Después de haber inspeccionado su armario, finalmente salieron y Perfuma se adelantó a ir a la universidad, Catra antes de poder salir de los dormitorios, fue abrazada por atrás y levantada al aire.

–¡Hola Catra!, es bueno verte –Scorpia la abrazó más fuerte.

–No... respiro... –Catra casi no podía respirar.

–Oh, lo siento –Scorpia la bajó y sonrió.

Catra estaba apunto de regañarla y decirle que no volviera a haver eso, pero en su lugar solo suspiró y sonrió forzado.

–Hola Scorpia, ¿cómo has estado? –Catra sonrió.

–¡Qué te sucede! ¡Que alguien llame a una ambulancia!

Catra cubrió su boca con ambas manos y la arrastró fuera.

–Una Catra falsa me está secuestrando, ¿qué será de mí? –Scorpia lloriqueó.

–Deja de exagerar –Catra gruñó.

–¡Catra! ¡volviste! –Scorpia le dio un fuerte abrazo.

–¡Scoropia! ¡ya sueltame! –Catra la empujó.

–No tienes idea de cómo te extrañé, ¿por qué estabas actuando tan extraño?

La chica que quiere - CatradoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora