Capítulo 1x02: Odio a Marcos.

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Capítulo 1x02: Odio a Marcos.

Los tres nos quedamos en un incomodo silencio. Yo esperaba que fuese Sam el primero en abrir la boca, pero este parecía estar haciéndole señas a Marcos para que se comportara.

- Marcos, te presento a Anne. – se decidió a decir.

Y si al principio me pareció incluso más atractivo que Sam, su encanto fue perdiendo por mementos. Me echó una mirada envenenada y algo lasciva, pero en cuanto abrió la boca, toda la hermosura pareció caérsele de golpe.

- Veo que tenemos a una llorona en casa. – me limpié corriendo las lágrimas que habían quedado en mi mejilla y le miré de forma desafiante. Él levantó una ceja y sonrió de manera malvada. – Solo espero que llores bajito, princesita.

Marcos se dio media vuelta y se metió en la habitación que tenía una M en la puerta y mis manos empezaron a temblar de pura rabia. ¿Qué se había creído el niñato este? ¿Acaso me conoce de algo para hablar así? Miraba la puerta de su habitación como si fuese a atravesarla con la mirada, ojalá tuviera rayos en los ojos para hacerla volar por los aires.

El recuerdo de sus ojos canela asesinándome con la mirada no se me iba de la cabeza. Sentía algo de miedo, pero sobretodo era odio, ni siquiera le conocía y ya odiaba a Marcos.

- Relájate “princesita” – me dijo Sam con tono burlón, imitando la palabra que había dicho el cretino de su amigo. Le fulminé con la mirada. – Te aceptará, es buen tío, solo que cree que te aprovechas de mí.

Eso me sorprendió y me relajó. Marcos no me había parecido una buena persona, pero si realmente era eso lo que le preocupaba, es que no me podía fiar de mis primeras impresiones. Le daría una oportunidad al cretino.

- Ves, pues en eso ya coincidimos. Yo también creo que me aprovecho de ti. – le dije ahora con algo de timidez.

No era broma, él era demasiado generoso y aunque sabía que solo quería lo mejor para mí, no podía dejar de sentirme como una gorrona que se aprovecha de su amigo rico. Él ignoró mi comentario y me llevó hasta la cocina, empezó a explicarme donde podía encontrar cada cosa y las comidas que más le gustaban, cosa que dijo por si me animaba a cocinar.

Me fui quedando con casi todo lo que me decía, tenía memoria fotográfica y él abría todos los muebles para mostrarme donde estaban las cosas, eso me ayudaba a recordar. Cuando pasamos al salón, era imposible no fijarse en la televisión de cincuenta pulgadas que ocupaba todo un mueble. Me enseñó a usar los canales de pago y donde guardaban las películas en DVD.

Una de las paredes del salón-cocina-casa, tenía una cristalera que daba a la calle donde había una estrecha pero larga terraza. Salimos a ver las vistas y en lo primero que me fijé fue en el Empire State iluminado de verde, según había leído cambiaban el color de la iluminación en función de algún acontecimiento tanto nacional como mundial.

- Sin King Kong no es lo mismo… - dijo Sam mientras se reía de mi cara de alucinada.

Una vez concluyó la visita turística en lo que ahora sería mi nuevo hogar, me dejó a solas en mi habitación para que me asentara. Deshice la maleta y coloqué toda la ropa en el armario, no era excesivamente ordenada, así que lo fui metiendo todo a bulto. Una vez terminado, coloqué las cosas del baño, era la primera vez que entraba en él y parecía estar hecho para mí, las toallas de color azul, como a mi me gustaban, decorados naranjas y una gran bañera donde poder bañarme.

No lo pensé más, después de un viaje de ocho horas, era lo que más me apetecía. Así que llené la bañera de agua caliente y de espuma, puse música Jazz y me di un largo baño. No sé cuanto tiempo pasó, estaba sumamente relajada, con los ojos cerrados y pensando en el día que me esperaba mañana, pero el ruido de un chorro cayendo me sacó de mi ensoñación.

En Busca de la FelicidadWhere stories live. Discover now