Capítulo 2x06: Enfadarse porque el jefe te de vacaciones, algo lógico.

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Capítulo 2x06: Enfadarse porque el jefe te de vacaciones, algo lógico.

Cuando tu mente se enfrenta a cosas que no entiendes o bien no quieres entender, tiende a refugiarse en las cosas más mundanas, obligando al cuerpo a trabajar en esas cosas como si fuesen las más importantes de tu vida. Pero, ¿qué pasa cuando te das cuenta de este hecho? o peor aún, ¿qué pasa cuando llega alguien que no es muy importante en tu vida y te hace abrir los ojos?

Pues es fácil, tu mente ya no sabe como actuar…

  

Durante la semana siguiente, mi actitud fue pasando por varias etapas. La primera fue la pena que sentí al leer ese mensaje, la cual me duró toda la noche siguiente e incluso un poco por la mañana. Pero al final acabé comprendiendo algo, yo no podía pensar en él porque quería a Sam, y él no quería sentir nada por mí, porque también quería a Sam. En realidad, esto era lo más lógico que podía pasar.

Cuando comprendí eso, ya solo me quedaba centrarme en lo más importante, mi música y mi novio, el cual aún no me había dicho nada de su encuentro con Marcos. Sentía algo de enfado porque me lo ocultara, sabía que si Marcos había decidido retirarse, era porque había estado con Sam, ninguna otra cosa explica el cambio entre la conversación del parque y su mensaje.

Y a pesar de que en el fondo estaba enfadada con Sam por no contármelo, en realidad no quería que lo hiciera, no sabía como iba a reaccionar si nos poníamos a hablar de él o de si me mencionaba que había vuelto a la ciudad. Así que nuestra relación fue mejorando día a día, incluso se quedaba a dormir casi todas las noches.

El trabajo en el bar me hacía no pensar en nada que no debiera, pero lo que más despejaba mi mente, eran las clases de piano y las que daba a los niños de español. Al principio me costaba controlarlos, pero una vez que conseguía llamar su atención, iban aprendiendo bastante.

Ahora estaba en el trabajo, servía las mesas como si mi vida dependiera de ello ya que la rapidez me ayudaba a despejarme más, acabaría convirtiéndome en la empleada del mes a este paso, pero me daba igual, lo necesitaba.

- Anne, la mesa ocho ha dejado diez dólares de propina. – dijo el encargado con el billete en la mano.

- Si tu no lo quieres, ya me lo quedo yo. – contesté mientras colocaba todas las copas en la bandeja y me largaba a servirlas.

Cuando volví hacia la barra, la bandeja volvía a estar llena de vasos vacíos, había recogido incluso las mesas que no eran de mi zona.

- Anne, acompáñame al despacho, por favor. – volvió a hablar el encargado.

- Pero… el grupo va a salir en unos minutos. – dije con algo de miedo en la voz.

Lo del grupo era verdad, iba a salir en unos cinco minutos y entonces será mucho más difícil servir las copas, ya que las luces se bajaran y todos estarán concentrados en la música. Pero sobre todo, la excusa había sido para no parar de trabajar, no quería estar quieta y mucho menos encerrada en el despacho con el jefe, ¿habría hecho algo malo?

- A mi despacho ¡ya! – dijo sin dar pie a una discusión. 

Dejé la bandeja en la barra para que la camarera recogiera los vasos y le seguí con la cabeza gacha.

No podía despedirme, necesitaba el trabajo para pagar la escuela de música y aportar algo por el alquiler de Jake, aunque sabía que eso no era necesario, yo sí necesitaba hacerlo.

- ¿Qué pasa Edmun? ¿He hecho algo mal?

Edmun solía ser un tipo poco comunicativo, era más bien de los que observaban y callaban, pero hoy parecía haber cambiado de forma de ser.

En Busca de la FelicidadWhere stories live. Discover now