Capítulo 15

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Harry

Eran las 2 y media de la mañana, el avión debería haber despegado hacía ya treinta minutos pero nada estaba pasando, los pasajeros, incluyéndome, estábamos afuera esperando a que se dignaran a dar un poco de información, pero nada, simplemente dijeron que el vuelo se atrasaría. Estaba realmente estresado, no había dormido para nada, la siesta solo me hizo salir del hotel con demasiado apuro, incluso podría ser posible que dejara algunas cosa allí y finalmente esto, estallaría si cancelaban mi vuelo o algo así, no podía esperar otro día más.

Mis ganas por ver a mi pequeña Kate no disminuían, era lo contrario, aumentaban, además el aburrimiento que estaba pasando no ayudaba. Estaba seguro de que llegaría a casa a las tres de la tarde, pero ahora era demasiado complicado. Sacudí con la mano mi pelo y seguí esperando con la compañía de los juegos de mi móvil.

—¡Por favor!— una voz algo chillona llamó la atención luego de unos 15 minutos, haciéndome subir la cabeza para mirar de quien podía provenir —Sentimos el retraso del vuelo, pero ahora los problemas están solucionados, pueden pasar en orden— la joven azafata sonreía, dando lado para dejar a la gente pasar. Me escabullí entre la multitud para pasar luego, como si eso cambiase mi puesto o lo que me demoraría, pero no, de todos modos nadie estaba entrando de manera decente o haciéndole caso a la mujer.

Al llegar a mi asiento, me lancé literalmente sobre él. Estaba demasiado cansado como para esperar más de pie, lo último que pude notar con algo de sentido fue a la azafata dar las instrucciones, el avión moverse y la vista desde la pequeña ventana. Adiós Estados Unidos, por ahora.

...

Estaba completamente feliz y emocionado, había recuperado mis energías durmiendo durante la mayoría del viaje y ahora me encontraba dentro de un taxi camino a casa, luego de una gran tiempo, todo para ver a la chica que allí me espera, yo tenía muchas cosas que contarles, incluso estaba tan feliz con esto que el problema de antes de irme se había ido a la mierda, todo podía esperar por Kate. Cuando el auto se detuvo frente a esa conocida cerca, abrí la puerta por acto impulso, saliendo y cargando con la maleta café que pesaba un montón.

—Eh, chico, todavía no pagas— miré en dirección al conductor, el hombre con su bigote me miraba fijamente, esperando. Metí la mano en el bolsillo del abrigo y tomé unos cuantos billetes con rapidez sin siquiera saber cuánto era o si era dinero de aquí y se los pasé sin más, para otra vez me dirigirme hacia mi casa. El conductor luego agregó —Estos jóvenes de hoy en día cada vez más tontos ¿Que será del futuro?— 

Y sin prestarle mayor atención a sus palabras de abuelo saqué las llaves del bolsillo del pantalón, no era muy organizado a veces. Abrí la puerta que daba al patio donde estaba estacionado mi bebé, mi Audi, y lancé una mirada hacia la ventana donde Kate siempre se asomaba cuando sentía que yo llegaba, pero no estaba.

Caminé a paso rápido hacia la puerta de entrada, haciendo sonar las botas contra el piso y las ruedas de la maleta. Todo estaba bastante silencioso por el momento, por eso yo había comprado este lugar desde un principio, estaba cerca de la ciudad pero no lo suficiente como para tener que soportar sus ruidos, era solo un lugar con unas cuantas casas de familias recatadas. Lo que yo siempre quise.

Las llaves tintinearos cuando las introduje en la cerradura, no podía mantener la idea de que yo estaba aquí aún y bueno, terminé de abrir la puerta, entrar y volver a cerrarla.

Esperé una reacción pero el silencio seguía, acomodé la maleta en la pared de al lado de la puerta y caminé con comodidad por la casa, primero por la sala y el comedor, que seguían completamente igual, luego por la cocina donde ella tampoco estaba. Caminé hacia las escaleras y con mucha atención traté de oír algún ruido desde el segundo piso y nada, fui hacia la habitación y ¡vamos! ella tampoco estaba ahí.

Beast |h.s|Where stories live. Discover now