Capítulo 3

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Sus labios besaban mis mejillas húmedas como si lo que hacía significara algo ¿Qué estaba haciendo? Bueno ¿Qué intentaba? porque sé perfectamente que estaba aprovechando la situación. Su mano presionó mi mandíbula entonces, oh no. Lo empujé con ambas manos, o eso intenté porque no hizo ni mínimo caso.

—Harry— susurré, o sollocé en realidad —Harry, por favor— él solo hizo un sonido con la boca y se detuvo, gracias a todo.

—¿Qué?— preguntó, alejándose un poco —¿Qué pasa, nena? ¿No quieres esto? ¿No quieres que seque tus lágrimas?— siguió preguntando frenéticamente, causándome miedo y haciendo volver todo esa inseguridad que él había alejado con ese simple abrazo. Lo dije y lo vuelvo a repetir, no pienso ilusionarme con esto. Pese a estar en un completo estado congelado logré negar con la cabeza.

"No, no quiero nada que venga de ti, maldito animal" Era una de las tantas frases que lograba articular en mi cabeza pero no tenía la valentía para decirla, solo esperaba su respuesta y rezar porque fuese buena. A veces me preguntaba porque estas cosas me pasan a mí, justamente a mí. Pero vamos, hay personas, supongo yo, en peores situaciones.

—¿No quieres?— preguntó elevando la voz y empujándome con fuerza haciendo que mi espalda baja se golpeara con el lavamanos, provocando dolor y con ello chillidos por lo mismo —¿Qué mierda quieres entonces? Odio tener que estar obligándote ¡Pero no lo resisto y que! ¡Sería mejor si pusieras de tu parte! Eh... ¿Qué diablos quieres?—

"Que te alejes para siempre de mi vida" Más palabras que probablemente nunca saldrían de mi boca.

—Por favor— solté en voz baja, apenas se era audible —por favor...—

—Por favor, Por favor— comenzó a imitarme Harry —¡Basta de eso! Solo habla ¿¡Qué diablos quieres!?—

¿Qué diablos quería? ¿Es que no se daba cuenta? De todos modos, que más daba, se había ido dejándome sola nuevamente. Bien, estoy bien.

...

Estaba acostada -si es que así se le podía llamar a la extraña posición que tenía- en la cama, aburrida. No sabía qué hacer con mi tiempo después de que Harry se iba, aun que tenía unas extrañas ganas de salir y disfrutar del aire frió que corría por las calles. En eso, mi celular comenzó a vibrar en la mesita de noche, me levanté gruñendo, tomé el para mi inservible celular y miré la pantalla "Domingo 16.00" podía apreciar la alarma que yo misma había activado, para recordar cuando debía tomar la pastilla anticonceptiva para que surtiera efecto. Bueno, el celular no era tan inservible en realidad, pero de todos modos lo volví a dejar donde mismo.

Caminé hasta el armario y abrí la maleta donde antiguamente guardaba mi equipaje cuando Harry y yo nos íbamos de vacaciones. Suspiré y tomé la caja de toallitas femeninas que no efectivamente contenía toallitas femeninas, era precavida en cuanto a las pastillas, las escondía en su propia caja dentro del paquete femenino, probablemente era el único lugar donde Harry no buscaría algo, además del típico asco y lo incómodos que se ponen algunos hombres con estas cosas. Abrí la caja y saqué el paquete más pequeño de pastillas para dirigirme al baño con él. Saqué un vaso de la estantería donde dejábamos los cepillos de dientes y lo llené de agua, saqué una pastilla de las pocas que quedaban, debía comprar urgente un nuevo frasco. Entonces sonó el teléfono, me apresuré y en un movimiento me había tragado la pastilla acompañada con un poco de agua.

—¿Por qué no contestabas?— Fue lo primero que oí de el otro lado de la línea, rodeé los ojos aprovechando que no podía verme, mientras jugueteaba con un lápiz que estaba en la mesita donde se encontraba el teléfono.

—Estaba en el baño— respondí lentamente. Escuché gruñidos de parte de la otra persona ¿Dudando tal vez?

—Está bien— aceptó lo que decía, soy un ser humano después de todo, debo ir al baño y comer, aunque a veces dudaba si en verdad era una muñeca, una muñeca la cual Harry controlaba —Hoy llegaré temprano... quiero que cuando llegue estés lista para salir—

—¿Sa-salir?— pregunté, un pequeño temblor recorrió mi cuerpo. Era una muñeca, una muñeca extrañamente detestable, horrible y gastada pero que Harry no dejaba ir.

—Sí, no preguntes, adiós—

—Adiós— respondí, y de inmediato colgó la llamada. Me quedé congelada un momento en esa misma posición, cuando uno piensa que las cosas están los suficientemente mal y no pueden pasar cosas peores, llega una sorpresa y da vuelta las cosas —¿Qué trama ahora?— me preguntaba ahora, coloqué el teléfono en su lugar y me di vuelta.

¿Tendré qué cambiarme? ¿Cómo tenía que vestirme? ¿Elegante o casual? Elegante y casual, tal vez. Caminé lentamente y sin apuro al armario y lo abrí de par en par. Mi ropa se podría denominar como gastada y vieja, o eso era lo que se pensaba al abrir el armario aunque no había diferencia cuando las mirabas individualmente, solo tenía dos cosas tal vez juveniles allí dentro, un short de mezclilla y una blusa de tirantes que no me colocaría ni aunque quisiera, he aumentado muchas tallas desde que tenía la edad cuando las usaba, muchas.

Terminé tomando un vestido azul, prácticamente cuadrado, el cual no marcaba ninguna curva, combinado con unos pantalones oscuros y botas. Mire la hora, nunca sabía la hora específica de salida que tenía Harry así que supongo que llegara a las cinco o seis de la tarde y son ya las 16:30 pm así que lo mejor sería apresurarme un poco.

...

17:15 pm estoy completamente lista, me he cambiado de ropa y me he peinado un poco más, ahora espero a que el hombre que tengo como esposo llegue y me lleve a donde sea que quiere llevarme, ¿Hace cuánto no salgo con él? ¿2 años? ¿O son 3? No recuerdo bien, simplemente no salíamos muchos incluso antes de todo esto, preferíamos quedarnos en casa con un paquete de pizza, la televisión encendida y la compañía mutua ¿Cómo ese chico que se reía con caricias en el cuello se había convertido en esto?

Suena un auto en la acera de en frente, camino hasta la ventana del pasillo y miro a través de ella como Styles estaciona el auto junto a la puerta, también veo como sale de este y mira para todos lados, cala por última vez el cigarrillo que trae en su boca para tirarlo y pisarlo. El humo de su boca no alcanza a salir completamente antes de que me de cuenta de que sus ojos verdes se habían posado en mí. Sonrió con esa maldita sonrisa blanca y sacudió la mano al aire, saludándome

Hice una mueca y él entró a casa. Se escucharon sus pisadas en el primer piso, caminé con lentitud hasta la escalera, asomándome un poco para ver si estaba el ahí.

—Hola cariño— saludó desde abajo, tratando de que me asomara completamente —Sé que estás ahí, así que ¿Por qué no me muestras lo que te has puesto para mí esta tarde?— preguntó y negué delicadamente —¿Harás esto más difícil?— volvió a preguntar y solté un suspiro, que más daba, no me veía bien de todas formas.

Él sonrió al verme asomada completamente, un "Baja, cariño" salió de su boca, estirando la mano a mi dirección, me animé un poco y bajé los escalones afirmándome en la baranda con la cara neutra. Cuando solo faltaban cuatro escalones para llegar a abajo tomo mi mano y tiró de esta hacia él. Tropecé y caí en su pecho, nerviosa.

—Hola— volvió a murmurar, mirándome y posando un beso fuerte y malo en mi boca. Me ayudó a pararme bien y me miró de arriba a abajo sin pudor, me hizo dar una vuelta y agregó —Esperaba ver un poco de piernas— golpeó mi trasero, haciéndome chillar —pero supongo que está bien para mí—

Me alejé un poco de él y miré al piso mientras jugueteaba con mis manos. "¿Dónde vamos?" me preguntaba sin valor para decirlo, él se acercó nuevamente a mí y me tomó de lo que podríamos llamar mi cintura.

—Te preguntaras a donde vamos— adivinó mis pensamientos, posó otro beso en mis labios haciendo hacer otra mueca, de todos modos ignoró esto —Pues te llevare a un lugar muy familiar—

—¿Un lugar muy familiar?— pregunté, moviéndome un poco tratando de evitarlo sin éxito. Esto se estaba haciendo molesto.

Beast |h.s|Where stories live. Discover now