Ambos merecemos carbon en navidad

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Kokichi Ouma

No importaba cuanto enfocara su vista en el pedazo de papel que tenía en sus manos, ni siquiera el poco mana que tenía en sus reservas lograba tan siquiera cambiar una letra. Himiko opto por dar un profundo suspiro de derrota mientras pegaba su frente contra su pequeño escritorio en el salón de clase, algo muy malo debió haber hecho para merecer este mal karma. Para aclarar la situación, permítame explicarles.

Este es el penúltimo día de clases antes de las vacaciones invernales, ya todos sus compañeros tenían las maletas listas para viajar a casa, desde Angie a su isla cerca de Okinawa, hasta Rantaro que se reuniría con algunas de sus hermanas en Hokkaido, todos se iban salvo Kirumi quien es de Tokio, Himiko ya extrañaba su cálida cama en casa en las afueras de Osaka, pero regresemos al tema. Chisa Yukizome convenció de alguna forma al director Kirigiri para hacer que todos los salones hicieran un intercambio navideño, conocido coloquialmente como santa secreto con sus típicas reglas.

Esta mañana la misma Chisa vino a hacer el sorteo para darle validez en persona, no es que no confiara en el profesor Koichi para hacer este simple proceso, pues todo sería electrónico, sin embargo da fe en como la bebida lo dejaba algo...distraído, y no quería que algo saliera mal conociendo lo especial que son la mayoría de los estudiantes.

Ahora aquí estaba sola en el salón pues ya todos habían salido, tal vez algunos para de una vez comprar el regalo a su respectivo compañero secreto. Sinceramente, hace un mes simplemente le hubiera comprado una caja de pantas de uva y asunto resulto, siendo lo único que está completamente segura que a Kokichi le gusta, pero le debía algo después del incidente del paraguas.

"¿Estas bien Yumeno-san?" corrección, no estaba sola, pocas veces lo podría estar con Tenko a su lado como perro guardián, es su mejor amiga pero reconoce que en ocasiones puede llegar a ser un poco asfixiante.

"Si...sólo que esto del intercambio es un lata" respondió la pequeña maga, levantando la mirada para ver a su mejor amiga.

"¿Quién te toco en el intercambio?" pregunto la maestra del neo-akido con evidente curiosidad.

"No te lo voy a decir"

"¿¡Por qué no?!"

"Porque no quiero que ocurra otra desgracia"

Himiko recordaba como Teruteru, mejor conocido como el chico más pervertido de toda la academia le intento regalar un chocolate en el día de san Valentín, una insolencia que Tenko no dejo pasar y término con el cocinero definitivo con una contusión tras tremenda lanzada. Sabía que Teruteru es un masoquista con tal de ser lastimado por chicas y en ciertas ocasiones deseaba verlo arder en el infierno, pero nadie merecer tal castigo, suerte que Tenko sólo recibió una advertencia y pedirle disculpas a la madre del cocinero por lo hecho a su hijo.

Tenko es lo suficientemente inteligente para entender que a su adorada Himiko le toco un hombre, no podía hacer mucho en su situación actual, sin embargo jamás sería impedimento para protegerla en caso de una emergencia.

"Además te recuerdo que tienes la libertad de decirme Himiko, no sólo por ser mi amiga sino por aquel pacto que Kaede nos forzó a hacer en medio semestre"

El pacto al que se refiere fue cuando de la nada, la presidenta del salón y pianista definitiva, Kaede Akamatsu salió de la nada a sugerir que entre todos deberían llamarse por su primera nombre, por eso de la amistad y la esperanza, por un momento pensó que se infectó del virus de Nagito Komaeda. A pesar de las negativas de algunos al inicio, el paso del tiempo combinado con la terquedad de Kaede logro el objetivo.

"L-lo se Yu...Himiko, me cuesta quitarme la costumbre" Tenko sonrió apenada, observando como Himiko se levantaba mientras colocaba la correa de su mochila en su hombro izquierdo.

Oumeno week 2019Where stories live. Discover now