Back To You |Kakashi Hatake| (KakashixOc)

Capítulo 32

Incluso antes de entrar en su casa, Tadashi sabía que algo estaba mal, pero entró de todos modos, listo para enfrentar lo que fuera que se escondiera dentro. Apenas cerró la puerta tras de sí, sintió el filo de una espada contra su garganta. La reconoció de inmediato, era una de las katanas usadas por los anbu de Konoha. Él nunca había usado una, en raíz utilizaban como espada los tantö, una hoja corta de doble filo y sin punta.

—Espero que tengas un plan, de otra manera, esto no terminará bien para ti, Hikaru. 

—Qué amable de tu parte pero te aconsejaría que comenzaras a preocuparte por tu propio bien, de ahora en más. 

Tadashi rió. 

—Supongo que, después de todo, soy el que tiene la espada al cuello... Aún así, ¿te molestaría si esperamos los resultados del primer examen? Me gustaría saber cómo le fue a los niños.

El shinobi aprovechó para echarle un vistazo a la mujer. Vestía su viejo uniforme anbu, aunque le quedaba más grande de lo que recordaba, y tenía la máscara puesta, por lo cual, no pudo ver la expresión en su rostro.

—Puedes preocuparte por los niños luego. Ten —dijo Hikaru mientras le extendía una bolsa. Tadashi la tomó y, cuando examinó su contenido, se encontró con un uniforme de anbu dentro. 

—¿Esto va a quedarme igual de mal que a ti o al menos acertaste mi talla? —preguntó con sorna.

—Solo póntelo —respondió a secas la kunoichi. 

—¿Déjame adivinar? No vas a voltearte. 

—Sería una idiota si lo hiciera. 

—Serías una idiota si intentaras amenazar a otro shinobi solo porque aún estás dolida por algo que pasó hace años. —Tadashi hablaba con total naturalidad, como si la situación le resultara más divertida que amenazante, la enfurecía hasta el punto en que Hikaru tomó la espada con mayor fuerza, haciéndola temblar en su mano. Esto no pasó desapercibido para el shinobi, quien le sonrió burlonamente—. Pero aquí estás, así que supuse que no te molestaba quedar como una idiota. 

—Puedes insultarme todo lo que quieras, no va a ayudarte. 

—Así como actuar de ruda no va a hacerte menos débil. 

—El uniforme. Ahora —contestó Hikaru, enfatizando la última palabra. 

Sin quitar sus ojos de encima, Tadashi comenzó a desvestirse frente a ella con la misma sonrisa que traía antes. Hikaru requirió todo su autocontrol para no golpearlo en ese preciso instante, la idea de humillarlo mientras llevaba solo su ropa interior fue tentadora para la kunoichi, —más aún cuando recordaba el golpe que el shinobi le había dado años atrás, en aquella maldita sala de interrogación— pero mantuvo la calma, con tiempo y paciencia lograría encargarse de todos sus enemigos. 

Tampoco evadió su mirada, quería que la recordara, que memorizara, centímetro por centímetro, el rostro de la persona que sería su fin. Quería que viera en sus ojos que ella no era alguien con quien pudieras meterte y salirte con la tuya. Iba a hacer que pagara por todas las ofensas que le había hecho y por todo lo que, sospechaba, había hecho con Emiko. 

Una vez hubo terminado de vestirse, Tadashi dijo:

—Ni siquiera una mirada fuera de lugar... Me sentiría ofendido si no fuera porque sé que los prefieres con pelo gris o genocidas. 

—Un chiste sobre la masacre del Clan Uchiha, qué original. 

—Nunca tuve talento para la comedia, pero dime... ¿a qué debo el placer de tu visita? —preguntó con un tono casi entretenido el shinobi. De nuevo, no parecía importarle la presencia de Hikaru ni la katana en su garganta.