Capítulo 11

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Sumergida en las calles de Konoha, se estaba tomando su tiempo para hallar a Emiko. Su anterior encuentro con el Hokage la había alterado demasiado y necesitaba relajarse antes de ver a su hija. Caminar por la aldea siempre había sido una buena forma de lograrlo, excepto durante las semanas previas a su huida. Luego de la masacre del Clan Uchiha, se encontraba con miradas de lástima donde quiera que buscara. Ojos que la miraban con pena al mismo tiempo que agradecían no estar en su situación.

Después, la lástima se transformó en desconfianza, ¿un joven acabando con el poderoso Clan Uchiha? Imposible, incluso siendo el gran niño prodigio Itachi Uchiha, los números no daban. Alguien tuvo que haberlo ayudado. En ese momento, comenzaron a verla con desconfianza. Ojos inquisidores por todas partes porque ¿cómo podía estar comprometida con él y no tener idea de lo que estaba planeando? Para ese entonces, Hikaru ya era una kunoichi reconocida por la aldea. Dos shinobis excepcionales contra todo el clan, los números comenzaban a cerrar. 

Empezó a tener sentido así que debía ser verdad. Era demasiado conveniente para no serlo. Nadie se molestó en preguntarle, si lo que sospechaban era real, entonces confrontarla sería una mala idea. Ambos shinobis eran muy unidos, aún antes de comenzar a salir, y en especial durante los meses que precedieron a la masacre. Cuando la relación entre Itachi y su clan comenzaba a deteriorarse, él se refugiaba en Hikaru, entrenaban juntos, iban a misiones juntos, pasaban la mayor parte de su tiempo libre juntos. Pero había un hecho que era incluso más incriminatorio que todo lo anterior: se amaban. 

Hikaru amaba a Itachi y ese era un pecado imperdonable. Después de la masacre, continuó usando el collar con el símbolo del clan que su prometido le había regalado. Se rehusó a quitárselo así como se rehusó a creer que el joven del que se había enamorado era capaz de semejante atrocidad. Pero su fidelidad a Itachi solo sirvió para hundirla más y más. 

Pronto los  ojos inquisidores se multiplicaron y a Hikaru le sobraban dedos de la mano para contar a aquellos que no creían en los rumores. Kakashi había sido uno de ellos. No estaban en los mejores términos cuando todo había acontecido y respetaba el espacio personal de la kunoichi, entendía su necesidad por soledad y tranquilidad, pero trató de cuidar de ella. En las pocas ocasiones en las que se veía obligada a abandonar su casa (en general para visitar a Naruto), el jönin la seguía para asegurarse que nadie la molestara. Nunca se acercó para avisarle que lo haría o pedirle permiso, pero la kunoichi sabía que lo tenía cerca y lo agradecía. Él nunca había dudado de ella, al menos no hasta esa noche.

Hikaru paró en seco. Tenía los brazos a los costados y se había quedado inmóvil como una estatua en el medio de una calle de Konoha. Sus nudillos se había puesto blancos por la cantidad de fuerza que ejercía con su puño cerrado. No podía controlarlo, el simple recuerdo de esa noche era suficiente para llenarla de una ira que ni los años ni la distancia habían sabido aminorar. Cada detalle había quedado grabado en su memoria como un tatuaje malo del que no podía deshacerse. 

Deja de pensar en eso, pensó Hikaru. Ahora no es momento para tener otra de tus crisis existenciales. Trató de moverse pero sus piernas no parecían querer hacerle caso. Tienes que relajarte, deja de pensar en esa noche. No pienses en Kakashi. No pienses en cómo te traicionó. No pienses en el momento en que supiste que tu vida como la conocías iba a ser destruida. Estaba paralizada por el odio. Mientras más trataba de despejar su mente, más la bombardeaban los recuerdos de esa noche. Concéntrate en otra cosa. Emiko. Sus primeros pasos. La primera vez que dijo tu nombre. La primera vez que te dijo mamá por accidente. Emiko pidiéndote que la entrenes porque quiere ser como tú. Porque te admira. Porque te admira aunque hayas matado a sus padres y le hayas mentido durante toda su vida. Sintió el chakra concentrándose en sus manosNo, no, no, no. Dios, ¿por qué tienes que ser tan masoquista, Hikaru? Vuelve a tu lugar feliz. ¿Qué lugar feliz? ¡No tengo un lugar feliz!

Back To You |Kakashi Hatake| (KakashixOc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora