Back To You |Kakashi Hatake| (KakashixOc)

Capítulo 2

Kakashi se quedó congelado. Ahí estaban las palabras que habían rondado el fondo de su cabeza durante tantos años, siempre amenazando con salir para golpearlo de frente en donde más dolía. Era su culpa. Lo sabía. Pero ahí estaba ella, aún más hermosa de lo que recordaba, dejando caer esas palabras como si no significaran nada, como si no le importara lastimarlo. Debería odiarla por haberle mentido, por haberlo dejado, pero ahora estaba frente a él y solo podía sentirse feliz por saber que estaba viva. 

Está viva y devuelta. Su cabello marrón estaba más largo, le llegaba hasta la cintura. No supo decir si estaba más alta o si era una efecto de su delgadez pero se veía más madura, los rasgos de su rostro estaban más marcados y le daban un aspecto más duro. No había ningún cambio drástico en su imagen pero aún así se veía como una persona completamente diferente, si no fuera por la manera en la que habló con el Tercero, Kakashi nunca hubiera creído que la mujer frente  a él era la pequeña niña de la que se había enamorado, de hecho, no guardaba ninguna similitud con la pequeña Hikaru. Cuando eran niños, cada vez que la joven llegaba, el lugar se inundaba de risa, tenía un brillo propio que Kakashi no había visto en nadie más. Ahora, la joven parecía distante, una sombra de lo que solía ser. Pero estaba de regreso y eso era lo único que importaba en este momento.

Se había quedado tildado viéndola y comenzaba a incomodarla. Hikaru quería convencerse de que Kakashi ya no causaba ningún efecto en ella pero del dicho al hecho... Kakashi pareció relajarse de pronto, Hikaru incluso creyó verlo sonreír debajo de su máscara pero no estaba segura y tampoco quería darle mucha vuelta al asunto. Para suerte de ambos, Danzö interrumpió el concurso de miradas:

—Lamento interrumpir su empalagoso reencuentro Hiruzen, pero sería sabio que recordaras las condiciones en las que tu hija abandonó la aldea. —Volteó para ver directamente a Hikaru—. No me malinterpretes, estoy igual de emocionado que todos —La joven rodó los ojos al escucharlo—, pero no puedo evitar preguntarme por qué has vuelto.

—¿Y qué condiciones serían esas Danzö? —Hiruzen había vuelto por completo a su modo Hokage, su voz sonaba calmada pero había una provocación implícita en sus palabras, no dejaría que nadie lo apartara de su princesa de nuevo. 

—Tu hija dejó la aldea luego de ser acusada de traición —Se dirigió a Hikaru—, no sé qué es lo que estás planeando pero vas a necesitar más que un puñado de palabras para tratar de engañarme. 

Antes de que el Hokage pudiera responder Hikaru dijo:

—Siempre me pregunte si tenías miedo de morderte la lengua. Ya sabes, por el veneno. Pero supongo que eres inmune —Hikaru se paró y miró a Danzö—. Solo un tonto intentaría engañarte, no puedo vencerte en tu propio juego así que pensé en cambiar las reglas por una vez. Eso lo aprendí de un viejo amigo. También me enseño otra cosa: a veces la gente llega a odiar a los shinobi, es muy lógico.

Danzö reconoció la frase de inmediato, había escuchado a Itachi Uchiha decirla cuando aun era un shinobi de Konoha. No es posible, no hay manera de que esta mocosa sepa lo que sucedió esa noche. Itachi era demasiado leal a la aldea, incluso si la amaba, sería incapaz de confesarle la verdad detrás de la masacre. 

—¿Acaso el gato te comió la lengua? —Aunque en el exterior Danzö permanecía imperturbable, Hikaru sabía que su cabeza estaba a mil por hora tratando de adivinar el verdadero significado tras sus palabras, lo había tomado por sorpresa y se sentía orgullosa por ello—. Creo que conoces a mi amigo y también creo que no es la primera vez que escuchas esa frase así que aquí están las nuevas reglas: tengo información sobre Orochimaru que podría interesarle a la aldea, tómala o déjala, no podría importarme menos, pero verás, el punto es que voy a proporcionar esta información a cambio de que me dejen volver y no vas a oponerte porque lo sé... Eso que piensas que es imposible que sepa, lo sé. —Se detuvo para observar la reacción de Danzö quien parecía molesto por las palabras de la kunoichi—. Ese es el trato, ¿lo tomas o lo dejas?