Capítulo 5

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Kakashi se había quedado sin palabras, de pronto no estaba seguro de qué decir, lo único que quería hacer era acortar la distancia que había entre ellos y abrazarla. Quería volver a sentir su aroma, sentir la electricidad que recorría su cuerpo cada vez que sus pieles entraban en contacto. Pero sabía que no podía hacerlo. En su lugar, mantuvo una postura relajada y trató de sonar lo más calmado posible:

—No has cambiado mucho.

—Que raro, Iruka acaba de decirme lo contrario. Y mi padre no me reconoció cuando me vio.

—El Hokage pensaba que su hija estaba muerta, no había razón para que creyera que podría estar frente a él. Con respecto a Iruka, él no te conoce como yo —Kakashi dio un paso largo para quedar a medio metro de Hikaru, ésta tuvo que resistir el impulso de dar un paso atrás, no le agradaba tenerlo tan cerca pero no quería demostrarle que tenía algún efecto sobre ella—. Tu aspecto no ha cambiado mucho, si no hubiésemos estado ocupados pensando que estabas muerta, te hubiéramos reconocido. Pero tú, en cambio, sí que has cambiado.

—Sé que eres un idiota pero estoy segura de que ves la contradicción en lo que acabas de decir.

—Y yo estoy seguro de que sabes a lo que me refiero —Kakashi dio un paso adelante haciendo que Hikaru tuviera que alzar su cabeza para poder verlo a la cara, el jönin se dio cuenta que la joven estaba haciendo lo imposible para no verse afectada por la cercanía entre los dos—. No te estoy poniendo nerviosa, ¿no?

—¿Por qué estaría nerviosa?

—Bueno... tal vez porque última vez que estuvimos así terminaste besándome —Kakashi parecía tranquilo, hablaba en un tono sumamente relajado y eso molestaba en sobremanera a la kunoichi. Basta Hikaru, tranquila, solo está jugando contigo. No dejes que se meta en tu cabeza. Él tiene razón, ya no eres la misma niña que conocía, demuéstraselo.

—Si mal no recuerdo, fuiste tú el que se abalanzó a besarme —Kakashi se inclinó para verla más de cerca, entrecerró su ojo como si estuviera pensando en algo.

—Ambos sabemos que tu memoria no es la mejor, tiende a ser muy, ¿cuál es la palabra? —El peliplata se enderezó y llevó la mano a su mentón pretendiendo estar pensando—. Ah sí, selectiva —Hikaru frunció el ceño de inmediato.

—¿Y eso qué se supone que significa? 

—Sigues usando el collar que él te dio —Hikaru desvió la mirada, estaba enojada pero trataba de contenerse, le gustara o no, iba a trabajar con Kakashi y no era buena idea pelearse el primer día—. Nunca lo entenderé, asesino a toda su familia y, aún así, tú sigues siéndole fiel.

Esa fue la gota que rebalsó el vaso. Al diablo con el trabajo en equipo y los buenos modales. Estaba furiosa, quería golpearlo por atreverse hablar sobre su relación con Itachi. Todos sus nervios desaparecieron, ya no le importaba tenerlo cerca, no le importaba aparentar que no le afectaba. La kunoichi se había acercado demasiado y ahora sus cuerpos se rozaban ante el más mínimo movimiento, había apoyado su dedo índice contra el pecho del jönin de manera acusatoria. Kakashi sentía que su corazón estaba a punto de salir de su pecho, sabía que Hikaru tendría un exabrupto luego de lo que dijo y, si bien era cierto lo que le había dicho, estaba esperando generarle eso. Incluso si estaba enojada con él, era reconfortante tenerla así de cerca, tuvo que reprimir el impulso de besarla manteniéndose firme en su lugar. Justo cuando Hikaru estaba a punto de recitarle el diccionario de los insultos, se paró en seco. No puedo andar por ahí gritando como loca cada que alguien mencione a Itachi y, aunque no me guste en lo más mínimo, voy a tener que trabajar con Kakashi. Respiro hondo y dijo:

—Tienes razón. 

—¿Q-qué? —Kakashi se atragantó un poco por la sorpresa, no esperaba su cambio de actitud y mucho menos que estuviera de acuerdo con él—. ¿En serio?

—Sí —Hikaru permanecía inmutable frente a él y cada vez que respiraba, Kakashi era terriblemente consciente de la manera en que su pecho lo rozaba—, me refiero a que... Bueno, nunca lo entenderás, estás en lo correcto en eso, así que no tiene sentido tratar de explicarlo.

La joven le dedicó una ligera sonrisa, Kakashi la observó con el ceño fruncido. Su sonrisa era tan falsa que le dolía. Su corazón se estrujó al verla así, tan carente de...todo. Hubiera preferido que le gritara o lo golpeara, incluso si eso significaba pasar una semana en el hospital recuperándose, cualquier reacción era mejor que la que le había dado. Aún seguía pegada a él pero ahora le molestaba, ya no parecía la pequeña Hikaru que solía ponerse nerviosa ante su presencia, se sentía demasiado agobiado con su cercanía, cada roce lo quemaba, al mismo tiempo un escalofrío recorrió su espalda y tuvo que alejarse de ella, lo cual le ganó una sonrisa burlona de parte de la kunoichi. Sentía como si hubiese estado horas en batalla, su respiración se encontraba algo agitada y su pecho le dolía a montones, quería desaparecer y sacarse la imagen de Hikaru de su cabeza. Durante todos estos años la había extrañado como a nadie y había fantaseado con el día en que la volviera a ver. Ninguna de sus fantasías la incluía a ella sonriéndole así, en todas se había imaginado a la vieja Hikaru, aquella que haría lo imposible para sacarle una sonrisa y que pensaba que no había nada que no pudiera arreglarse con una taza de té y un plato de dangos. 

—¿Te sientes bien? No te ves muy bien que digamos y estás raramente callado. —Tenemos que trabajar juntos pero eso no quiere decir que no pueda divertirme un poco.

Kakashi agradecía que la máscara tapara su rostro impidiendo ver su sonrojo. 

—De acuerdo, has estado callado por al menos dos minutos y ya dejó de ser gracioso. Mi hija me espera afuera, si no hay nada más de lo que quieras hablar, solo dime cuando necesitas que me presente frente al equipo y me iré pitando de aquí. 

—Mañana al mediodía, puedes presentarte luego de la prueba de supervivencia, si es que logran pasarla. —El jönin tuvo que hacer acoplo de toda su fuerza para evitar que su voz sonara temblorosa o entrecortada.

—Nos vemos luego, Kakashi. —La kunoichi estaba a punto de abrir la puerta e irse cuando se detuvo, se dio la vuelta y camino lentamente hasta donde se encontraba el jounin que ahora la miraba confundido. Se puso en puntas de pie y depositó un beso en su mejilla que duró más de lo necesario. Sin decir ni una palabra más, se encaminó hacia la salida pero antes de que pudiera irse el shinobi le dijo:

—¿Fue fácil? —Hikaru se volteó para verlo con una ceja levantada—. Cuando te fuiste, ¿fue fácil?

—¿Por qué? ¿Estás pensando en tomarte unas vacaciones?

—Hablo en serio, Hikaru. Solo... necesito saberlo. —No sabía porqué le había preguntado, estaba seguro que, cualquiera fuera su respuesta, nada lo dejaría satisfecho pero no pudo evitarlo. 

Hikaru estaba a punto de darle la espalda e irse, como había dicho antes, no le debía ninguna explicación. Pero cuando lo vio a los ojos se dio cuenta que frente a ella no estaba el Kakashi que la había lastimado tantos años atrás sino aquel niño que pedía a gritos que alguien lo ayudara a salir de la oscuridad en que se encontraba. No podía darle la espalda a ese niño.

—Fue lo más difícil que tuve que hacer en mi vida pero, con el tiempo, supe que era lo correcto. 


Holaaaaa, sé que la actualización fue más tarde de lo que había dicho pero estuve ocupada con la universidad y cuando estaba editando el capitulo decidí cambiar todo lo que había escrito. Al principio, tenía la idea de que Hikaru se enojara con Kakashi y pelearan pero me di cuenta que sería demasiado cliché y es mejor para lo que tengo planeado si la tensión entre ellos dos sigue creciendo a lo largo de los capítulos, así que... esto es lo que hay, espero les guste :)

Sophie



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