Capítulo 23

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Su día había transcurrido como cualquier otro. Había hecho su turno en el hospital como siempre, había pasado la tarde junto al Equipo 7, observándolos limpiar un río de la aldea, y durante la noche se tomó el tiempo para cenar con Emiko mientras la escuchaba hablar entre bocados sobre su última misión. No puedo evitar notar cuánto se parecía Emiko a ella cuando era una niña.

En su infancia, Hikaru solía soñar despierta. Era conocida por ser fantasiosa y tener la cabeza en cualquier lado, muy parecida a como es Emiko ahora. La kunoichi solía fantasear con viajes a tierras desconocidas, descubrir criaturas mágicas o hacerse una reputación como una de las mejores shinobis que jamás haya pisado la Tierra. A medida que fue creciendo, se convirtió en una mujer más práctica y estructurada, dejando sus sueños atrás. Aprendió que el mundo no era tan maravilloso como los libros que amaba de niña le habían enseñado. La vida era igual de dolorosa en cualquier lugar, conocido o no. No había criaturas mágicas por descubrir, eran o un simple invento o habían sido extinguidas por el hombre hacia ya muchos años. Lo único que sí había conseguido era hacerse una reputación en el mundo shinobi pero eso solo hizo que la gente le temiera.

Durante la cena, mientras notaba el entusiasmo en la voz de su hija, se preguntó cómo serían las cosas si no fuesen solo ellas dos en la mesa. En su cabeza, pintó una imagen distinta, una que le traía paz y miseria al mismo tiempo. Igual que ahora, Emiko estaba sentada frente a ella, contando su día con lujo de detalle mientras le decía lo deliciosa que estaba la comida, pero Hikaru no era la única a la que Emiko se dirigía. En algún punto durante su ensueño, la niña voltearía a la izquierda y hablaría a la persona sentada en la punta de la mesa. Itachi estaba ahí, escuchando con suma atención lo que Emiko estaba contando, tenía esa estúpida sonrisa en su rostro que hacía imposible que pudiera odiarlo.

No era la primera vez que esa imagen se abría lugar en su cabeza. La escena continuaba con Itachi dándole una mirada furtiva, lo suficientemente larga para demostrarle lo mucho que la amaba y lo suficientemente corta para evitar un regaño de parte de la niña. Hikaru intentaba tomar su mano sobre la mesa. Entonces, la imagen desaparecía por completo. Nunca llegaba a alcanzarlo.

Una vez que volvía a la realidad, lo único que le quedaba era una sensación agridulce. La vida que había soñado tener con Itachi ahora no era más que un fantasma visitándola cuando menos lo esperaba para recordarle lo que pudo haber sido. Era entonces cuando Hikaru tenía que hacer acoplo de toda su fuerza y concentrarse en lo que sí tenía. Tal vez no era como ella quería, pero tenía a Emiko y a Itachi y debía enfocarse en protegerlos.

Con esa idea en mente, procedió de la forma en que lo había planeado durante las últimas dos semanas. Arropó a Emiko y se quedó junto a la cama de su hija durante el resto de la noche.





Miró la luna. Supuso que Emiko estaría cenando en este momento. Hikaru sonrió al pensar en su hija tratando de hablar sin escupir la comida que le llenaba la boca. Estaba parada en la rama de un árbol a unos metros de la casa de su objetivo. Una parte de ella deseó no estar allí, deseó poder estar con Emiko de verdad, no a través de una copia realista de sí misma.

Sabía que el clon de sombras era un precaución innecesaria, nadie iba a seguirla esa noche. Danzö se había asegurado de ello. Pero, solo por si acaso, decidió dejar un clon con Emiko, así podría cuidar a su hija y tener una coartada. Dos pájaros de un tiro.

Su mirada se dirigió hacia la casa que había estado vigilando las últimas dos semanas. Una mujer rubia y embarazada acababa de cruzar la puerta de entrada. Hikaru la siguió con la vista hasta que la vio doblar en una esquina y desaparecer.

Hora del show.





El hombre entró a su casa con el alivio usual de haber terminado un día de trabajo, completamente ajeno a lo que le esperaba. Agradecía el silencio de su hogar en estos momentos, su esposa se había ido a cenar con sus padres lo que le proporcionaba un par de horas para relajarse.

Back To You |Kakashi Hatake| (KakashixOc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora