Capítulo 29

7.6K 841 680
                                    

—¿Por qué le dijiste eso? ¡Le rompiste el corazón! –exclamó Sam.

—¿Y yo qué? ¿Qué me parta un rayo?

—¡Es que fuiste muy dura con él!

Luego de mi encuentro con Alessandro me eché a llorar como una magdalena, me arrepentí de todo lo que le dije, no debí haber sido tan dura.

—¡No lo pensé! ¡Solo estaba tratando de que volviera conmigo!

—Oh si, como si llenándolo de desprecios el volvería contigo.

—Pasa en las películas –escondí mi cara en la almohada.

—¡No puede ser, Artemisa Vitale! ¡estás mal!

—¡Cállate!

—No me voy a callar, esto no es una película, es la vida real.

—Si no me dices, no me doy cuenta –me lanzó un zapato.— ¡oye!

—Y darle el collar –negó.— eso fue algo extremo.

—Ya sé –hice una mueca.— solo quería que viera todo el daño que estaba haciéndome al no estar conmigo, está traumatizado con que si está a mi lado me hará sufrir.

—Pero te hace más daño estando lejos de ti –dijo Sam.

—¡Ya sé! ¡Y se lo dije, pero no hace caso! –Sam suspiró.

—Tú si que tienes una vida complicada, amiga, no desearía ser tú –le lancé el zapato que ella me había lanzado anteriormente.— ¡oye! –le saqué la lengua.

—Eres una infantil –dijo.— pero cambiando de tema, es emocionante que ya te hayas transformado.

—Si –sonreí.— es sumamente increíble.

—Ojalá y pueda estar presente la próxima vez que te transformes –hizo un puchero.

—Claro que si, ¿sabes si Apolo está aquí? –pregunté.

—No sé, dijo que iba a hablar unas cosas con un tal Athan.

—Athan es el hermano de Alessandro –aclaré.

—Como sea, pues Apolo fue a hablar con él, aunque quizás pudo haber llegado, yo tengo que irme, tengo una cita con James –sonrió.

—Hablando de eso, no me has presentado al agraciado.

—Cuando quieras te lo presento, te encantará, es un amor.

—Vale, vale.

—Vendré luego –me abrazó.— te amo.

—Y yo a ti.








(...)









—Hasta que te encuentro, ¿donde has estado?

—Como Alessandro no está, Athan es quien lidera la manada ahora, y me preguntó si quería ayudarlo con eso y pues... soy prácticamente como un beta sustituto —respondió Apolo, feliz.

—Eso es genial. Debo decirte algo.

—¿Qué pasó? ¿Es algo malo?

—¿Por qué tiene que ser algo malo?

—No te ofendas, hermana, pero ahora mismo no estás en la mejor situación –lo miré mal.

—Oh cállate, no es nada de eso, –hice una pausa.— como ya sabes me transformé en loba, pero olvidé mencionarte que mi pelaje era negro, no blanco como el tuyo.

ChalcedonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora