Parte 42

30.6K 1.5K 188
                                    

Nuevamente Camila no respondió a eso, simplemente buscó algunas cosas que tenía en su carpeta y sacó varios folios, en los que estaban las fotos de los cuerpos de los policías a los que, supuestamente, había matado Lauren y otro con la foto del arma blanca.

-Tus huellas estaban en el cuchillo –Dijo simplemente la pequeña, mientras Lauren observaba las fotos- Los mataste, me mentiste.

-Yo no los maté –Dijo muy despacio, tratando de que eso bastara para convencerla.

-¡Estaban tus huellas ahí Lauren, por Dios! –Alzó la voz, ya nerviosa.

-Negó con la cabeza, sonriendo de forma irónica, aunque con los ojos húmedos- Sigues sin creerme.

-Te dije que si encontraba pruebas iba a ir por ti...

-¡Unas huellas no son pruebas de nada! –Dijo levantándose, nerviosa- Pero, ¿sabes qué? Ni si quiera me voy a molestar en explicártelo. Haz y piensa lo que te dé la gana –Camila solo la miró- ¿Tanta desconfianza me tienes que hasta tengo que estar esposada? –Preguntó, mostrándole sus muñecas esposadas.

Camila se levantó, sacó una llave de su bolsillo y le quitó las esposas, volviendo a tomar asiento y observando cómo Lauren se restregaba las manos.

-¿Por qué lo hiciste? –Preguntó Lauren.

-Ya te dije que...

-¡Sí, dijiste que irías por mí, pero no mintiendo y jugando conmigo de esa forma! –Dijo en un grito, sin dejarla hablar.

-¡Sólo hice lo que tú hiciste conmigo! –Respondió en otro grito- Jugaste conmigo, me enamoraste, me... te acostaste conmigo y ya está, conseguiste lo que querías, ¿verdad? –Dijo algo dolida.

-Negando con la cabeza- Piensa lo que te dé la gana, no voy a pedirte más veces que confíes en mí ni voy a decirte más veces lo que siento por ti. Si quieres creerme, créeme y si no vete a la mierda con los imbéciles de tus amigos.

-Dame una prueba de que eres inocente Lauren, sólo dame una prueba –Pidió.

-¡Es que no las tengo, Camila! No las tengo, lo único que tengo es... mi palabra.

-Entonces, por lo menos, explícame qué fue lo que, según tú, pasó –Pidió de nuevo.

-Negó nuevamente con la cabeza- No voy a perder el tiempo en eso. No me vas a creer, como siempre –Volviendo a sentarse.

-Te creí al principio, lo hice, confíe en ti, pero es que ahora no...

-¡Nunca lo hiciste, no seas mentirosa! –Gritó, nuevamente sin dejarla hablar- Siempre desconfiaste, de una manera u otra, pero desconfiaste –Camila guardó silencio, dándole toda la razón- Confíe en ti Mila... te conté lo de mis papás, te... te dije lo que sentía, me entregué como jamás lo había hecho con nadie y tú... me... me usaste, jugaste conmigo –Dijo Lauren, con la voz entre cortada y los ojos húmedos, intentando no llorar.

-No, eso no es así –Dijo rápidamente- Todo lo que yo te dije también era cierto, todo, absolutamente todo, era cierto...

-¡Pero lo usaste para hacerme esto! –Respondió en un grito y Camila sólo pudo guardar silencio, pues nuevamente tenía la absoluta razón- Joe tenía toda la razón... eres una... -Respiró hondo y volvió a levantarse, dándose la vuelta, tratando de tranquilizarse- Jamás pensé que fueras así.

-Tienes que comprender que es mi trabajo, Lauren.

-¡Y mi trabajo es matar gente y no te he matado a ti, Camila, joder! –Gritó fuertemente, de los nervios, secándose una lágrima que había salido de sus ojos.

-Tardé o temprano lo ibas a hacer –Dijo, fríamente.

-¿Qué? –Realmente se sorprendió con eso- ¿Enserio me crees capaz de eso?–Camila no respondió, sólo la miró- ¡Te prometí que jamás te haría daño y es totalmente cierto, nunca en mi vida seré capaz de ponerte una mano encima!

Camila simplemente se tapó la cara y respiró hondo, sin poder evitar que varias lágrimas salieran.

-No puedo creerte Lauren, no puedo –Dijo la pequeña, con la voz entre cortada- No me confundas más, por favor.

-Camila... -Intentó hablar.

-La miró- Esto es lo que tenía que hacer y punto.  ¡Tú mataste a esa gente, eres una asesina, nunca me has querido, jugaste conmigo y mi trabajo es detenerte! –Concluyó ella sola, llorando.

-Estás completamente equivocada...

-¡No estoy equivocada en nada! –Ahora fue ella la que se levantó, gritando- ¡Te odio Lauren, te odio!

.................................................
Pido perdón por el retardo, pero estaba con los preparativos de mi graduación. El lunes fue mi graduación, oficialmente soy una Contadora Pública. 

Enemigas intimas CAMRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora