Parte 31

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La castaña solo sonrió y volvió a recostar a Camila en la cama, posicionándose nuevamente encima de ella, besándola. Entre beso y beso, esta vez Lauren, fue la que llevó sus manos al broche del sujetador de Camila, parándose también, pidiéndole permiso. Como antes, Camila sonrió y besó a Lauren en señal de que sí lo hiciera, incluso ayudándola y llevando su mano atrás para poner de su parte en la acción de quitarse el sujetador. Esta vez fue Lauren quien se quedó hipnotizada con ese paisaje, provocando una cierta timidez en Camila.

- Tú sí que eres hermosa... preciosa, bellísima –Decía Lauren, anonadada con esa imagen.

Camila sólo sonrió tímidamente y la abrazó, cerrando los ojos, respirando el aroma de la mujer que tenía encima suya. Lauren correspondió al abrazo y aprovechó ese momento para acariciar la espalda desnuda de Camila, bajando, sin poner frenos a sus manos, cubriendo con suavidad el trasero de la pequeña. Al sentir eso Camila rompió el abrazo y miró a Lauren con una sonrisa, agarrándola del cuello y haciendo un rápido movimiento, dejándola ahora abajo y posicionándose ella encima. Sin decir ni una sola palabra y aún sintiendo las manos de Lauren en su trasero, Camila atrapó en un loco beso a la castaña, mientras daba total libertad a sus manos de pasearse por el cuerpo de Lauren, acariciándolo, comenzando por sus muslos aún cubiertos por un pantalón, siguiendo por su abdomen desnudo y llegando al pecho derecho, cubriéndolo con su mano, deteniéndose unos segundos ahí, provocando que Lauren suspirara durante el beso y volviendo a subir, llegando hasta su mejilla y parándose ahí.

Ahora fue Lauren la que hizo un rápido movimiento y dejó a Camila abajo, repitiendo cada uno de los movimientos anteriores de la pequeña, excepto que esta vez la castaña llevó sus labios al pecho izquierdo de Camila, comenzando a besar y morderlos, jugando con su pezón, mientras con su mano libre le acariciaba el pecho derecho, causando que el calor y los suspiros en Camila aumentaran. Lauren, aún besando el pezón de Camila, dejó que su mano bajara lentamente, acariciando suavemente y por encima del pantalón la intimidad de Camila, provocando con ese simple gesto que Camila diera un suave gemido. Ese gritito fue algo que a Lauren le encantó escuchar y, lentamente, llevó sus manos al pantalón de Camila, quitándoselo con su ayuda, dejando más partes de su cuerpo a simple vista. Sin decir ni una sola palabra, la castaña volvió a besarla, bajando sus besos y recorriendo, nuevamente, todo el cuerpo de la pequeña con sus labios, llegando a su intimidad. Dejó ahí varios besos y volviendo a subir para encontrarse cara a cara con Camila, pero dejando que su mano bajase y se adentrara en las braguitas de la pequeña, provocando que Camila sintiera como un enorme escalofrío recorría todo su cuerpo y un nuevo gritito saliera de su boca.

-Sonriendo, acercando sus labios al oído de Camila- Me encantan tus grititos –Dijo la castaña con un tono de voz bastante cachondo, besándole excitantemente el lóbulo de la oreja-

Ese susurro sólo sirvió para que el calor de Camila aumentara y su corazón se acelera todavía más, haciéndola sentir que en cualquier momento se le podría salir del pecho.

-¿Estás bien? ¿No voy muy rápido? –Preguntó Lauren, manteniendo ahí su mano.

Camila no podía hablar, sabía que si lo hacía no le saldría nada entendible, así que simplemente asintió con la cabeza en señal de que todo estaba bien. Ese simple gesto sirvió para que Lauren se convenciera y comenzara a mover su mano, sólo acariciando un poco la zona, haciendo estremecer a Camila sólo con ese contacto. Al darse cuenta de que la pequeña necesitaba más, buscó con sus dedos el clítoris de Camila y comenzó a jugar con él, moviendo sus dedos, estimulándolo, provocando que los grititos de Camila dejaran de ser suaves y se transformaran en largos y fuertes gemidos.

Lentamente Lauren aumentó la rapidez de sus movimientos y, en un rápido gesto, bajó un poco más sus dedos y entró en Camila, causando que, ahora sí, un un fuerte grito saliera de Camila. La pequeña llevó sus manos a la espalda de Lauren y se aferró a ella, aún gritando, pegándose contra su cuerpo, preparándose para lo que sabía que estaba a punto de llegar.

Lauren continuó con sus rápidos movimientos, entrando y saliendo de Camila, alternando sus movimientos en círculos y escuchando un fuerte grito de Camila que fue acompañado de las uñas de la pequeña clavándose en su espalda, dándole la noticia de que había llegado al orgasmo.

-¿Estás bien? –Volvió a preguntar Lauren, sintiendo la respiración totalmente acelerada de Camila.

-Dios... -Fue lo único que pudo decir Camila, casi sin aire, sintiendo como Lauren sacaba la mano de sus braguitas y se quitaba de encima suya, acostándose a su lado, mirándola- Fue... fue... eres... oh dios mío... -Era lo único que podía decir la pequeña, con los ojos entre abiertos mirando el techo, respirando agitadamente.

Lauren sólo la miraba sin poder evitar sonreír, apreciando cada detalle de su cara y recordando cada grito que había dado Camila hacía tan sólo unos minutos.

-¿Qué tal? –Preguntó por fin la castaña.

-La miró y sonrió ampliamente- No tengo palabras–Dijo soltando una carcajada, ya con la respiración más tranquila, abrazándose a ella.

-¿Qué sentiste?–Preguntó, pasando mano alrededor de la espalda de Camila, acariciándola.

-¿Que qué sentí? –Tomando una bocanada de aire, sin saber cómo describirlo- Fue... fue mágico... sentí... tantas cosas... ¿Recuerdas lo que me dijiste antes de que me acostaba con un hombre y no me llenaba? –Lauren asintió con la cabeza mientras sonreía, acariciándole el cabello- Pues tú... tú conseguiste lo que jamás nadie había conseguido... Me llenaste, me hiciste temblar, me hiciste gritar, me hiciste sentir... Perfecto, simplemente perfecto. –Lauren sólo sonrió y le dio varios besos en la mejilla- Tenías razón –Dijo de súbito, algo que a Lauren sorprendió- Lo de que con una mujer es distinto, tenías razón –Concretó- Es... completamente distinto, mucho más... más tranquilo, más amoroso, sin tanta brusquedad... más suave... no sé... me encantó.

-Sonrió ampliamente- Me alegro de que te haya gustado.

-Gracias.

-Negó con la cabeza- Gracias a ti.

-Agarrando sus mejillas y besándola, cortamente- Te amo Lolo...

-Y yo a ti Mila... no sabes cuánto...

Después de escuchar esas palabras, Camila volvió a recostarse en el pecho de Lauren y cerró los ojos, sólo quería permanecer allí, abrazada a ella, disfrutar de ese momento antes de que acabara, porque sabía perfectamente de que, tarde o temprano, iba a acabar.

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A partir de aquí me odiaran, yo lo se 

Enemigas intimas CAMRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora