Parte 32

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A la mañana siguiente Camila se despertó, algo aturdida, pues no recordaba haberse dormido. Observando el techo recordó lo que había pasado el día anterior. Recordó como tocó el cielo, como Lauren la subió hasta lo más alto y la hizo tocar las estrellas, como gritó hasta quedarse ronca. Moría de ganas por verla de nuevo, quería ver esa sonrisa de nuevo, así que miró al otro lado de la cama para buscar a la castaña, pero no la encontró. Cogió su bata, se la puso y salió en busca de Lauren, pensando que podría estar fuera, pero no fue así, no había ni rastro de ella, cosa que no le gustaba nada. Regresó a su cuarto y miró el reloj, dándose cuenta de que eran las 10 de la mañana y ya había llegado tarde a la comisaría. Cogió su móvil y vio cinco llamadas perdidas de Normani y otras cinco de Austin.

-Jo*der.... Me van a matar –Decía nerviosa Camila, vistiéndose.

Mientras se vestía su móvil volvió a sonar.

-¿Sí? –Respondió la pequeña a la llamada.

-¡Por fin! ¡Te hemos llamado miles de veces! –Era Austin, notablemente enfadado- ¿Dónde estás?

-En mi casa, me quedé dormida –Explicaba, mientras se vestía con mucha rapidez.

-Suspiró- Bueno... te esperamos aquí, no tares, tenemos que darte noticias.

-Vale, vale, llego en quince minutos –Colgó, ya vestida.

Camila se peinó, cogió sus cosas y salió casi corriendo. Veinte minutos después, más tarde de lo que había dicho, llegó a la comisaría, encontrándose a Austin y Normani con una muy mala cara, estaba bastante claro su enfado.

-Lo siento... -Fue lo primero que dijo la pequeña, dirigiéndose a su mesa.

-¿Por qué te quedaste dormida? Sueles despertarte temprano y nunca llegas tarde –Dijo Austin, mirando a su compañera y amiga muy seriamente.

-Pues... anoche me acosté tarde y... y esta mañana se me olvidó poner el despertador –Mintió Camila, sin saber qué otra cosa decir.

-¿Dónde estuviste anoche? –Preguntó ahora Normani, sin darle nada de importancia al hecho de que Camila hubiera llegado tarde- Fui a verte después de que salí de la comisaría, toqué veinte mil veces y nadie me abrió. Además te llamé al móvil y tampoco respondiste.

Camila se puso nerviosa, muy nerviosa, de hecho estaba segura de que su cara había cambiado completamente de color. Apenas había tenido tiempo para pensar en qué iba a hacer, en si iba a contarle o no a Mani lo que había pasado con Lauren.

-¿A... anoche? No... no sé... yo estuve en casa.... –Decía la pequeña, pensando que probablemente Normani había ido cuando ya se había quedado dormida.

-¿Y por qué no me abriste? –Continuaba con las preguntas Normani.

-Debo haberme quedado dormida... -Se excusaba, sentándose en su mesa y buscando algún papel, tratando de disimular su nerviosismo y evitando mirar a la cara a Austin y Normani.

-Yo fui a las ocho de la noche y acabas de decirnos que te dormiste tarde –Dijo ya más seriamente la morena, cruzándose de brazos y dándose cuenta de que Camila le estaba mintiendo.

-Tragó saliva a duras penas- Ah... bueno, es que yo a esa hora estaba.... Estaba en el doctor, sí, eso... me dolía mucho el hombro y me pincharon un calmante, por eso al llegar a casa me dormí al instante y no me enteré de nada... -Respondió ya más concretamente, pensando que había encontrado la excusa perfecta.

-¿Y cómo está tu hombro? –Preguntó Austin, cambiando completamente de tema, cosa que relajó a Camila.

-Bien, bueno, me duele un poco, pero creo que va mejorando... -Explicó con una ladeada sonrisa, pero dándose cuenta de que Normani continuaba mirándola de forma muy seria.

-Pues me alegro, si te hubiera pasado algo grave habría matado a esos imbéciles –Dijo Austin, con rabia, recordando el momento del disparo.

-Sonrió, mirando a su amigo- Estoy bien Austin, no te preocupes. Bueno... ¿tenemos alguna noticia o algo? Pónganme al día –Pidió Camila, cambiando ahora ella de tema.

-Ah, sí, sí, hay noticias –Dijo rápidamente el chico, cogiendo algunos papeles- Te acuerdas de que nos pediste que vigiláramos a la hermana de Jauregui y de que contraláramos la cuenta bancaria que habíamos identificado, ¿no? –Camila asintió con la cabeza- Pues ya hay resultados.... –Dijo, dándole un papel, aparentemente un "recibo" del banco- Jauregui usó una gran cantidad de dinero para reservar un viaje a Estados Unidos.

-¿Un viaje a Estados Unidos? –Se sorprendió la pequeña, mirando esos recibos.

-Sí, así es. Sacó cuatro pasajes. El suyo, el de su hermana, el de Justin y el de Joe–Informaba el chico.

-¿Para cuándo? –Preguntaba Camila.

-Hoy, a las 6 de la mañana, hace más de cuatro horas que deben estar en ese vuelo.

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Enemigas intimas CAMRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora