Todos quieren a Tony

Peter ama a Tony

Cuando tony entró a la última habitación, un mar de lágrimas lo inundó y fue a por su amado hijo

Lo abrazó con toda la fuerza que tenía en ese momento.

—Señor Stark, me lastima—
Dijo peter riendo débilmente, ya que él lo pasó peor.
—lo siento, Pete—
Ambos se quedaron en un silencio muy cómodo en el que Tony abrazaba al Peter mientras que este solo se acurrucaba en su dolorosa condición.

Maldito sea el día en que fue a buscar al niño para la tonta pelea por los acuerdos de Sokovia, maldito sea el día en que lo regaño por primera vez por ser tan estúpidamente imprudente y casi morir, maldito sea el día en que fue a buscar a Peter porque Karen lo había llamado de emergencia, maldito sea el día en que este niño se ganó su corazón.

—Lo siento mucho señor Stark—

Este niño con su corazón de oro iba a ser su muerte.

—¿Por qué, niño?—

—Yo nunca quise ser una molestia

—Te aseguro que me molesta más Barton respirando por mi Torre que tu muriéndote en una cama.

Peter se echo a reír de la ácida broma de su padre adoptivo, nunca había sido un problema para Tony hacer una broma en el momento más impreciso.

—Gracias, Tony—

—Cuando quieras. Claro, no estoy diciendo que te vayas echando de cabeza al peligro en todo momento, ¿verdad?. 

—Nunca es mi intención

—Lo sé, niño, lo sé

Y en un abrazo muy apretado ambos se durmieron y soñaron con un mundo donde nadie tenía que morir.