Capitulo 7

5.2K 305 4
                                    

Inmediatamente la chica de cabellos castaños se dio cuenta de lo que pretendía el rubio.

- No te preocupes, somos como hermanos, ¿cómo podría hacerte algo así?- rió por lo bajo. Lauren suspiró; no sabía que contestarle.

No podía decir que no le gustaba Camila, porque Dan era un boca floja. Pero, ¿qué tenía si ella decía que no le gustaba? después de todo, a ella no le importaría.

¿Y si decía que mejor le valía? pues entonces Dan descubriría que le gusta, aunque tenía la idea de que lo sospechaba.

- No me preocupo- contestó finalmente- no vine hacía aquí para hablarte de Camila, sino para hablarte de Taylor, te tengo tan en la mira que podría matarte con la mirada en este instante.

- Está bien, tranquila. Mañana vamos a lo de Zoey, ¿te parece? creo que dará una fiesta.

- ¿Una fiesta?- preguntó confundida.

- Sí, ya sabes, ella sí sabe hacer fiestas..- subió las cejas de arriba abajo. Lauren dudó por unos instantes; luego recordó que iría a la playa con su amor y sus amigos.

- No puedo, iremos a dar un paseo por la marea mañana- se mofó. Dan la miró; sabía que por ningún motivo del mundo se perdería el momento de estar con la chica. Lo entendía; aunque no. Nunca se había enamorado; pero cuando amas a alguien, no quieres estar ni un segundo lejos de esa persona.

- ¡Increíble! y es más, haremos un Pijama Party- sonrió Dan. Lauren lo miró confundida, Dan se fijó en sus ojos- ¿qué? ¿No sabes lo que es un Pijama Party?- preguntó intrigado. Dan sacudió la cabeza.

- Claro que sí sé, idiota. Pero ahora me confundiste, ¿te estás invitando a nuestra tarde de playa?- levantó una ceja.

- ¡Claro! y seremos aún más porque mañana llega Louis- hizo referencia a su primo- Adivina, ¿quién acaba de sacar su licencia para conducir?

- Supongo que él- Lauren se encogió de hombros.

- ¡Exacto!- exclamó Dan emocionado- Podemos ir en la mañana cuando el sol se está poniendo, esas horas perfectas para entrar al agua, Hacemos una fogata con malvaviscos y nos quedamos a comer allá, volveremos a la mañana del otro día, y ahora, dime que no te agrada la idea y que no soy el mejor haciendo planes.

- Pero...

- Lo soy, ¿no es así?- se dijo a si mismo.

- Claro que lo eres, Dan- Lauren lo abrazó. - ve, dile a las chicas el plan, estoy segura de que estarán encantadas de que alguien como tú se los mencione- le sonreí. Dan partió corriendo donde se encontraban las mujeres hablando de quizás que.

Primero se fijó en Taylor, se dio cuenta de que miraba de una manera especial a Dan mientras él les contaba el plan. Sonreía de costado a costado. Quizás era porque le agradaba mucho la idea o porque simplemente sentía algo por el rubio.

Se fijó en Alexa; su mejor amiga. Desde pequeñas que no cambiaba ni un poco su apariencia. Hasta podía jurar que siempre andaba con la misma polera que llevaba una frutilla de logo. El cabello recogido, y una sonrisa que nunca había visto desprender de ese rostro. Era bonita, y lo admitía, pero por alguna razón no podía ver a Alexa mas allá que una amiga, a pesar de que la morena se le declaraba descaradamente.

Y luego, la chica que tanto le quitaba el aliento. Camila se veía siempre hermosa; cuando tenía siete años, y cuando tenía dieciséis. Siempre tenía la misma mirada dulce, las mejillas arriba.

Vio como llamaban a Lauren desde donde estaban.

La chica se levantó y fue hasta donde estaban ellos. Se acercaba cada vez mas a lo que sería escuchar nuevamente la hermosa voz de Camila.

- ¡Les ha encantado la idea!- soltó Dan cuando llegó. Las tres chicas asintieron con la cabeza mirando a Lauren. Ella les sonrió de vuelta- bien chicas, entonces pueden venir a casa a las once de la mañana, le encargaré a Louis que compre todo lo necesario.

- Bien- dijeron al unísono. Minutos después todos fueron a sus respectivos hogares.

Lauren acompañó a Camila hasta su casa. La miraba caminar por detrás sin poner sus ojos en una parte indebida. No podía evitar sentir mariposas en el estomago cada vez que esos cabellos se le movían.

- Sana y salva en la puerta de tu casa- le dijo Lauren. Camila le sonrió.

- Quizás me puedan asaltar de camino a tu casa a la mía. -bromeó, tomando en cuenta que sus casas estaban afortunadamente cerca.

- Por las dudas, no quiero que te pase algo y torturarme la vida completa pensando que fue mi culpa.- respondió tierna.

- Mi abuela quiere saludarte, quizás quieras entrar para decirle hola, ¿sabes? creo que le agradas bastante- Lauren asintió y la siguió por atrás. Después de tocar a puerta, el rostro del anciano apareció allí.

- Hola Lauren- le dijo a la chica. Lauren le tendió la mano, y el viejo hombre se corrió para que entráramos. Enseguida apareció la abuela de Camila.

- ¿Cómo estás Lauren?- le preguntó mientras se acercaba a ella. La chica le tendió la mano amistosa.

- Muy bien, ¿cómo está usted?- la mujer sonrió. Adoraba a esa chica desde que la conoció; siempre era cariñosa con aquella familia.

- De maravilla, no te habías pasado por aquí en un par de semanas, que desgraciada de tu parte- la miró frunciendo el ceño. La chica se pasó la mano por el pelo.

- Lo lamento...

- Claro que ahora tienes razones para venir todos los días, ¿no?- miró a su nieta. La chica se colocó roja como un tomate.

- Mañana iremos a la playa, nos quedaremos a dormir allá- soltó ella. Sabía que si Lauren se encontraba presente sería fácil conseguir el permiso.

- ¿A la playa? ¿dónde dormirán?- preguntó levantando una ceja.

- Dan tiene una cabaña allá- soltó Lauren.

- ¿Me la vas a cuidar?- le preguntó la anciana. Lauren asintió con la cabeza.

- Señora, usted tiene el derecho de matarme si es que le llega a pasar algo a su nieta- sonrió Lauren. La anciana rió divertida, ¡que lindo que era el amor adolescente! ¡Y que lindo era tener a alguien que cuide de su nieta! Asintió, sabía que con Lauren, todo estaría bien. La chica se retiró del lugar. Camila se dirigió a arreglar sus cosas para mañana.

Se tendió en la cama. Primer día y había sido perfecto. No podía evitar aquello que sentía por Lauren.

Entonces cerró los ojos, y pensó en ella, y pensó en ella, y pensó. Y dejó de pensar, hasta que soñó con ella, y amaneció pensando en ella nuevamente.

- ¡Despierta!- sintió como una voz conocida ponía todo su peso encima de ella. La chica gritó molesta.

- ¿Qué haces idiota? - miró el reloj que se encontraba en su velador- ¡son las nueve de la mañana!

- Llegué hace media hora..- se quejó Harry- Lo único que quería hacer era hablar con la mejor prima del mundo.

- La única que tienes.- reparó ella.

- Como sea, ¿por qué hay un bolso? ¿a dónde piensas ir sin mi?- preguntó el rizado. La chica aún no conseguía reconciliar el sueño.- ¿Lauren decidió ir a vivir contigo?- bromeó. La chica se sentó en la cama con una mirada fulminante.

- Eso nunca dio risa- lo miró- iremos a la playa hoy, así que ve a hacer tu bolso si es que también quieres ir.

- ¿Irá Alexa?- preguntó, como haciendo que no le importaba si es que ella iba o no. Camila asintió y vio como sus ojos enseguida se llenaban de un brillo especial.- ¿Y Zoey?- la chica detuvo su corazón por un segundo.

- ¿Cómo es que sabes de ella?- le preguntó. El chico comenzó a reír.

- Pues vengo aquí todos los fines de semana, sé muchas cosas que tú no sabes. Me agrada ella, pero no me agrada su hermano, una vez lo vi, que suerte que ya no está aquí- el chico suspiró.

- ¿Su hermano? ¿Cómo se llama?

- Zac- respondió él- espero de todo corazón que no esté aquí.

Una Simple Canción De Verano. -EDITANDO- (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora