30. Las cartas sobre la mesa

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—Vámonos de aquí —musita Axel estrechándome contra su cálido pecho.

No me siento bien, estoy dolida. Me dijo que todo había cambiado.

—¿Por qué te cuesta tanto quererme? No lo entiendo... —entierro el rostro en su camiseta y la agarro con ambas manos.

—Rebeca, vámonos a casa, por favor —musita tomándome del mentón y obligándome a mirarle. Tiene las pupilas dilatadas, pero no me está mirando a mí, está mirando a la chica que hay detrás, a la de cabello rosa. Suspiro al darme cuenta de que ya no hay nada que hacer.

Es estúpido rogar por un poco de amor, en eso no consiste amar. Estoy haciendo el ridículo.

—¿Esta es tu novia? —pregunta, con repulsión, una voz femenina a mi espalda.

—No, solo soy un juego —digo con aparente orgullo, como si estuviese de acuerdo, y no me matase por dentro.

—Eres más que eso —susurra Axel en mi oído.

¿Soy su secreto o qué?

—Seguro que conmigo te divertías más —dice la chica con voz coqueta. Ya es suficiente, al menos para el poco amor propio que me queda.

—Roxanne —dice Axel con molestia.

Roxanne. Nunca he oído hablar de ella.

Me aparto de Axel, dándole un empujón, y me dirijo hacia la puerta. Siento una punzada en el pecho al ver que él, en lugar de seguirme, está discutiendo con la chica del pelo rosa.

Me acerco a la puerta y, justo cuando voy a tomar la manilla para abrirla, alguien se me adelanta.

—¿Ya te vas?

Es Omar, el amigo de Axel. Clavo la vista en sus oscuros ojos y le doy la sonrisa más falsa que he dado en mi vida.

—Sí, se me ha hecho tarde —digo intentando sobrepasar el volumen de la música.

—¿Y Axel? —pregunta apartando la mano de la manija.

Me encojo de hombros y salgo por la puerta.

Me recibe un soplo de aire fresco de lo más liberador. Estaba más agobiada de lo que pensaba.

* * *

Es plena madrugada cuando por fin llego al hospital; porque estaba claro que no iba a volver al piso de Axel.

Mi madre está dormida, así que, sin hacer ningún ruido, me siento en el incómodo sillón y dejo caer la cabeza hacia atrás.

Sin Axel, esto es mucho más incómodo.

Me vuelvo y subo las piernas al regazo del sillón. Hundo el rostro en el duro cojín, y suelto todo el aire.

¿Qué ha pasado? Estábamos bien...

No entiendo que le pasa a Axel. Me dice que todo ha cambiado entre nosotros, y hace esto. No le entiendo.

Saco el móvil cuando vibra, y suspiro al ver que Axel me esta llamando. Ni siquiera espero a que finalice la llamada, directamente, le cuelgo.

Es muy frustrante sentir tantas cosas por alguien y que no te corresponda. Me siento impotente, ojalá me hubiera enamorado de alguien más sencillo. Ojalá Axel no fuera tan complicado.

Desbloqueo la pantalla de mi móvil y entro en la galería. Estos días Axel y yo nos hemos tomado muchas fotos juntos, él incluso las ha estado subiendo a Instagram como hacen los enamorados. No entiendo qué le pasa. ¿Qué quiere?

Soy Más Que Un Juego [✔️] [Gallagher #2]Where stories live. Discover now