Sola

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Llevo días sin salir de casa, sin comer, sin beber, con mis pesadillas de siempre ya que Callum no estaba a mi lado para callarlas. Ni siquiera había salido en la Luna de Sangre, raramente esa noche la luna estaba blanca como la nieve, no era roja como siempre. Escuché muchos gritos, pues mi oído se agudizó, eran de Callum.

No tenía ni idea de nada que estuviera pasando fuera de mi casa, ni de Dylan, ni de Emily, ni de Stephy, ni de Madison, ni nada que tuviera que ver con el instituto, ni con nada que tuviera que ver con la familia Shadow.

Tarde o temprano la policía vendría a por mí por faltar a clases, esa regla ya me la sabía, y más si era la señora Smith la que se extrañaba por mi ausencia.

Se acercaba el día de la graduación y yo no quería saber nada, suerte que hacía los exámenes desde casa y los enviaba por correo, al menos gracias a eso me graduaría de nuevo.

Lo único que extrañaba de estar acompañada era la felicidad, la familiaridad, el amor, mi corona...todo aquello que había dejado atrás para sumergirme en mí misma, sola, en mi casa, a oscuras, llorando, sin alimentarme ni en la Luna de Sangre. ¿Dolía? Sí, mucho. No sé si dolía más la mentira de Aura o su muerte y la de mi madre, pero me acabé acostumbrando al dolor de ambas situaciones.

Eso me recordaba al pasado, cuando estaba sola por el mundo, cuando huí de mi padre, cuando me enfrentaba sola a cualquier peligro de fuera. En esos tiempos sufría mucho, y no había nadie que me consolara, nadie que se preocupara por mí. Sin embargo, el día que me quedé a vivir con la família Shadow, todo cambió. Cada uno de ellos me dio el calor y amor de una familia, todo lo que había necesitado desde que mi madre supuestamente murió y yo huí de mi padre. Ellos me lo habían dado todo, menos la verdad, había estado viviendo en una mentira, y por experiencia, odiaba las mentiras. No sólo porque sean mentiras, si no por el dolor que viene después al enterarse de la verdad y de quién te ha mentido.

En esos momentos solo me preocupaba de mi dolor y no del de los demás, no me importaba si los demás estaban sufriendo por no saber lo qué me pasaba o dónde estaba, el por qué no aparecía por clase ni por cualquier otro lugar.

Aquella misma mañana, fui despertada por dos policías mientras tenía una pesadilla, una de las más fuertes que he tenido en toda mi vida. Por fin alguien se había dado cuenta de que era raro que yo faltara tanto a clase pero luego hiciera los exámenes desde mi casa. Los dos policías me llevaron a clase, me obligaron a vestirme para la graduación, pues era ese mismo día. Lo hice porque había aprendido con el tiempo que es malo contradecir a la policía de un pueblo o ciudad.

Ellos me comentaron que la ceremonia ya había empezado. Justo entramos en el instituto cuando los profesores habían terminado de dar su discurso y estaban llamando a los alumnos para que cogieran su título.

-No, no quiero ser el centro de atención- les digo a los policías. Mi aspecto era realmente horrible, estaba muy delgada, tenía ojeras, además de la voz ronca y los ojos muy rojos y estaba más fría que de costumbre.

-Aisha Evenson- dice la señora Smith.

-Tienes que entrar- dice uno de los policías, por más que me negaba, me obligaron a entrar. Todo el mundo se dio la vuelta, perfecto, no quería ser el centro de atención y lo había logrado. Todo, absolutamente todo el mundo, se dio la vuelta para mirarme y yo me sentí fatal, vaya aspecto tendría que tener en esos momentos.

Hubo un par de ojos que me miraron distinto a los demás, los de Callum. Eran los únicos dos ojos que sentía como si me estaban quemando el cuerpo con solo mirame.

Subí al escenario y cogí mi título y bajé en seguida, me quedé al final del salón de actos de pie y esperé a que la ceremonia terminara. Cuando lo hizo, fui la primera en salir.

-Mañana debes venir a la fiesta- dice el policía a mi izquierda.

-Está bien

-Te llevaremos a casa- dice el otro, asentí mientras todos me miraban, pero era normal, había entrado con dos policías y estaba saliendo de nuevo con ellos.

-¡Aisha! Dios mío. ¿Qué te ha pasado todo este tiempo?- pregunta Emily detrás de mí.

-Mañana os contaré- miré a lo lejos a Callum con sus hermanas, los gemelos y su primo Devon- O si no, que os lo cuenten ellos, tienen mucho que ver

Me di la vuelta y seguí con mi camino, los policías me dejaron en casa y no hice nada hasta por la noche. Dormí fatal, entre las pesadillas y que no conseguía conciliar el sueño, no pegué ojo. La misma pesadilla de la noche anterior había vuelto a mí, por la mañana alguien me despertó. Abrí los ojos, grité y me caí de la cama al ver que Callum estaba allí. Me levanté corriendo y le miré.

-¿Qué estás haciendo aquí? ¡Sal de mi casa ahora mismo!- le grito.

-Nunca pensé que esta casa sería tan bonita- dice con total tranquilidad paseando por la casa.

-Vete

-No te has estado cuidando mucho, ¿verdad?

-Callum vete- repetí cuando se estaba acercando a mí.

-La Luna de Sangre por primera vez se ha puesto blanca en vez de roja por tu ausencia, por todo lo que ha pasado, me lo dijo mi padre- por primera vez me miró a los ojos directamente, pues estaba admirando la casa.

-¿Qué quieres? ¿Qué estás haciendo aquí?- pregunto cansada de que no me hiciera caso.

-Las cosas son distintas sin ti, nos falta tu presencia

-¿Hablas por toda tu familia o por tí? Creo que todos me odian por la muerte de Aura, aunque sé que fue mi culpa de todos modos. Oye, ¿qué quieres?- estaba cansada y necesitaba recoger un poco la casa antes de prepararme para la fiesta del instituto, empecé a recoger sin importarme que ahí estuviera Callum.

Al darme la vuelta tras meter ropa en la lavadora, me choqué con su pecho.

-Déjame tocarte

-No, aléjate de mí- ninguno de los dos se movía y yo mantenía mi mirada fija en su pecho, pues era más alto que yo y no pensaba mirarle a los ojos directamente.

Sus manos rozaban las mías con timidez, pero yo no me separé. Por una parte ansiaba que él me tocara, me besara...pero otra más grande quería que se separase de mí. Mi respiración era irregular y las lágrimas se acumularon en mis ojos mientras recordaba nuestro pasado, mientras recordaba el dolor que había tenido mientras nadie estaba ahí para mí...

Blood MoonWhere stories live. Discover now