dieciséis: juicio

2K 330 25
                                    

STELLA ESTORNUDÓ QUEDAMENTE apenas entró

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

STELLA ESTORNUDÓ QUEDAMENTE apenas entró. Todo estaba cubierto de polvo, con un olor a viejo envolviendo el ambiente, combinado con humedad. No había mucho lugar para caminar, el lugar estaba lleno de libros desde el piso hasta el techo, formando torres. No sabía hace cuánto no se limpiaba ese lugar, pero Stella podría apostar a que años habían pasado desde ese entonces.

—Las invitaría a sentarse pero eso las alentaría a quedarse... —gruñó Webster, abriéndose paso entre las montañas de libros en su casa. Stella iba atrás, claramente temerosa de entrar en la casa de un desconocido. Sabrina, siendo la aventurera que era, caminaba con seguridad delante de ella.

Sabrina fue directo al punto.

—Señor Webster, estamos siendo acusadas de incumplir una promesa —dijo, volteando a ver a Stella. Ésta le pasó los documentos que habían recibido en el correo—. Huimos de nuestro bautismo oscuro. Sabe lo que eso es, ¿no?

—Sí, estoy familiarizado —asintió Webster, hojeando los documentos que Sabrina le había pasado—. ¿Entonces qué? ¿Volvieron a nacer? ¿Renunciaron a Satán?

—Nunca —escupió Stella, indignada de tan solo escucharlo.

—Somos mitad bruja —explicó Sabrina—. Nos mintieron y nos forzaron, pero ninguna de nosotros firmó el Libro de la Bestia. Y ahora están castigando a nuestra familia. Esta noche, en unas horas, debemos de estar en la corte y... escuchamos que usted podría ayudarnos.

Webster titubeó.

—No —negó, pasándole de vuelta los papeles a Stella—. Lo siento. Ya no ejerzo —diciendo esto, se sirvió un trago—. ¿Incumplimiento? Qué difícil.

—Sabrina, vámonos —suspiró Stella. Sabrina la miró, con los ojos abiertos de par en par.

—Pero no es justo. Solo él puede ayudarnos —insistió. Stella se encogió de hombros, rindiéndose.

—Ey, ya se me ocurrirá algo para librarnos de esta, ¿sí? Confía en mí —dijo, tratando de tranquilizar a su hermana. Sabrina asintió, aunque ambas sabían que estaban perdidas.

—Buena suerte —murmuró Webster, pero ninguna de las Spellman volteó, saliendo de la casa.

Estaban solas en esto. 

☽  ☽ ☽  

Hilda, Zelda, Sabrina y Stella se encaminaron a la corte, todas vestidas de negro formalmente. Incluso Stella había dejado su usual chaqueta de cuero en casa.

—Recuerden, damas. Nos movemos con aplomo y dignidad —musitó Zelda, mirándolas a través de sus lentes oscuros, a pesar de ser noche ya y estar todo completamente oscuro—. Admitimos nuestros errores, aceptamos el castigo e intentamos dejar atrás este problema sórdido. ¿De acuerdo, niñas? —miró a sus sobrinas fijamente. Stella asintió en el momento, pero Sabrina tardó en responder.

HOLD YOUR BREATH / chilling adventures of sabrinaWhere stories live. Discover now