LAS PALABRAS de Sabrina hirieron a Stella como una daga en la espalda. Ignorando las miradas preocupadas de sus tías, Stella corrió hacia su habitación, azotando la puerta para cerrarla, con Salem siguiendo sus pasos. Hundiendo el rostro en la almohada, comenzó a gritar.
En el fondo, sabía que Sabrina tenía razón. Y eso solo hacía peor las cosas.
Mentiría si dijera que no había pensado e incluso considerado no firmar el libro, pero no podía hacerlo. No podía siquiera concebir la idea de caminar hasta los rincones del bosque, vistiendo el vestido de boda de su madre que había encontrado en el ático y que se había dedicado a arreglar, con su hermana a su lado, sin firmar el pacto sagrado. No. Tenía que hacerlo. No había otra manera. No quería que la hubiera. No quería considerar la posibilidad de que hubiera otra opción.
Aun sabiendo que solo la confundiría más, casi involuntariamente Stella marcó el número de la casa de Harvey. A los pocos instantes, él respondió.
—¿Hola?
—Hola, Harvey —murmuró Stella, odiando el tono en su voz. Mierda, sonaba tan apagada.
—Stella, hola —saludó Harvey, inmediatamente suavizando su tono de voz—. ¿Qué sucede?
—Nada —mintió automáticamente, haciendo una mueca. Se aclaró la garganta y en voz baja, admitió—: Tuve una pelea con Sabrina y me siento de la mierda.
—¿Quieres hablar al respecto? Porque sabes que soy todo oídos. Y si no, puedo contarte chistes malísimos.
Una tímida sonrisa se asomó por el rostro de Stella, apenas visible.
—Es lo mismo de siempre —suspiró—. Es por todo el estrés de... nuestro cumpleaños.
—Entonces se le pasará pronto —aseguró Harvey, tratando de hacerla sentir mejor a pesar de no comprender muy bien todo el asunto de su cumpleaños.
—Eso espero...
—Ey, ¿qué estás haciendo en este momento? —preguntó Harvey, notando que Stella estaba realmente desanimada.
—Hablando contigo —musitó Stella, como si fuera obvio. Harvey no pudo evitar sonreír ampliamente.
—Hay que hacer algo. Lo que sea.
—¿Hablas en serio?
—Sí. Paso por ti en... ¿qué? ¿Media hora?
Stella sonrió.
—Está bien.
🔮 🔮 🔮
Stella había olvidado completamente sus problemas con Sabrina hasta que volvió a pisar un pie en la casa. Haber pasado la tarde con Harvey le había hecho olvidar que, al final del día, tendría que enfrentar a Sabrina. Rogando al Señor Oscuro que su hermana estuviera dormida, caminó entre la oscuridad de su casa para llegar a su habitación.
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HOLD YOUR BREATH / chilling adventures of sabrina
FanfictionStella Spellman estaba segura que nada la haría cambiar de opinión. Renunciaría a su vida humana sin problema alguno y el día de su bautismo oscuro todo cambiaría. Pero cuando su hermana melliza, Sabrina, empieza a tener dudas al respecto, sabe que...