Final Alternativo

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—¿Estas segura de que quieres hacer esto?

—Robb, ya lo hemos hablado. Soy la Señora de Isla del Oso y como tal tengo que acudir a la llamada del Lord al que sirvo. Esto significa que voy a viajar a Desembarco del Rey con vosotros para terminar con Cercei Lannister.

El pelirrojo aceptó poco convencido. No quería que su mujer se pusiera en peligro y tampoco le hacía mucha gracia dejar solo a su hijo. Eddard se quedaría en Invernalia con Sansa mientras ellos bajaban al sur.

—Siempre supe que cuidarías el Norte, de una forma u otra. Me alegro de estar en lo cierto —la pelirroja abrazó a Gwendoline.

—Tened mucho cuidado. Ya sabes que mi familia siempre sufre cuando viaja al sur.

—Está vez será diferente —aseguró ella—. Cuida de Eddard y de los lobos por mí.

—No te preocupes, todos cuidaremos de ellos —se abrazaron una última vez y Gwendoline pasó al pequeño.

—Haz caso a tía Sansa y ni se te ocurra irte solo a ningún lado —ordenó. Eddard observó a su madre con lágrimas en los ojos.

—¿Porqué no puedo ir con vosotros? —preguntó lanzándose a sus brazos. Ella le recibió obligándose a no llorar. Aquella sería la primera vez que se separaría de su hijo por más de un día desde que este había nacido.

—Por que a donde vamos hay gente mala que quiere hacernos daño. Y por qué aquí puedes seguir practicando a caballo. Cuando volvamos me enseñarás todas las cosas nuevas que aprendas, ¿Vale? —Eddard se separó de ella y asintió con su cabecita.

Gwendoline sintió que su corazón se detenía al ver al fantasma del pequeño Rickon Stark despidiéndose de su madre. La joven se prometió que a ella no le ocurriría como a Catelyn. Ella regresaría al Norte a por su hijo.

"Las promesas no sirven cuando vas al campo de batalla."  Le recordó su propia mente. Mas se dijo a si misma que aquella la cumpliría.

Tras despedirse del resto, la pelinegra montó sobre Snowy, su yegua blanca, y se unió a la comitiva que bajaría por el Camino del Rey. Daenerys y el resto de aliados se marcharían en barco y desde Rocadragón entrarían por mar para rodear la ciudad.

El camino fue algo largo, pero la gente se entretenía bromeando y contando historias.

Un par de días después les llegó un cuervo con malas nuevas. Euron Greyjoy había atacado a la otra comitiva. Perdieron un dragón, la flota estaba seriamente dañada y Cercei tenía a Melisandei, la consejera de la reina. Gwendoline no podía evitar comparar aquello con su otro viaje al sur y temer lo peor.

Cuando llegaron a la capital les contaron que Cercei había ejecutado a Melisandei, lo que enfureció a la reina dragón.

Se situaron al rededor de la muralla de la ciudad para sitiarla. Nadie podía salir ni entrar. Jon se había marchado a Rocadragón para ver a Daenerys mientras ellos seguían el Camino del Rey, pero Ser Davos se havía encargado de organizar las huestes.

Robb estaba escribiendo en un pergamino cuando Gwendoline entró a la tienda que compartían.

—¿Qué ocurre?

—Estoy preocupada —Robb esperó para que ella se explicara—. Sabes lo que nos dijo Jon, me preocupa lo que pueda pasarle por la cabeza a Daenerys. Más después de todo lo que ha perdido por el camino.

—Te preocupa que se vuelva loca —afirmó él. La pelinegra asintió.

—Jon es el verdadero heredero al Trono de Hierro —empezó con un susurro para que nadie la escuchara—. Y la gente le quiere, es el héroe del pueblo. Tengo miedo de que la reina sucumba a la envidia y se convierta en su padre.

La Rosa De Invierno - Robb Stark-Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz