—Vayamos afuera —sugirió Haruka— dejémosla descansar. Yo les contaré todo.

Los tres salieron al pasillo a platicar; no sin que antes; Haruka depositara un beso en la frente de madre e hijo.

—Serena había amanecido con molestias y su vientre estaba muy duro —comentó el joven— corrimos al hospital y… no creerán esto —agregó Haruka sonriendo irónico.

—¿Qué? —insistieron Mina y Rei.

—Darien fue, quien nos atendió en urgencias —soltó sin más el joven.

—¿Qué qué? —chillaron alarmadas ambas.

—Eso quiere decir que Darien... —señaló Mina.

—Ya sabe sobre Haru —terminó de decir Haruka— al verlo se rompió la fuente de Serena, y por ello se adelantó el parto; sumado a eso… Darien le reclamó que no le dijera la verdad.

—¡¿Pero cómo se atreve ese imbécil!? —bramó Rei enfurecida— ahora mismo iré a decirle sus verdades. Serena no está sola… juro que… —parloteaba la pelinegra ofuscada, Haruka la detuvo.

—No es necesario —manifestó— Serena lo puso en su lugar. Y pues yo… puede que lo haya golpeado un poco, en el pasillo luego.

Agrega un poco avergonzado.

—No se lo digan a bombón, por favor —suplicó al ver, cómo las chicas sonreían satisfechas.

—De acuerdo —respondieron cabizbajas.

Más tarde, cuando los médicos y enfermeras hacían su recorrido diario, las muchachas acribillaron con miradas asesinas a Darien.

El hombre las evitó a toda costa, puesto que sabía que aquellas mujeres, le harían un escándalo frente a sus superiores.

Cuando el fin todos se fueron, él se quedó un poco más; revisando a Serena y a su hijo bajo la atenta mirada de Haruka.

—No te sientas mal por no haber podido calmar al pequeño es sólo que... —comenzó a hablar, al ver afligido aún a Darien observando a su hijo.

—Lo sé —lo interrumpió— no me conoce. No estuve con su madre durante el embarazo, lo sé… me lo merezco.

—Lo siento —se disculpó sin poder evitarlo.

—Haruka —murmuró Serena, despertando al fin.

El joven se acercó a ella de inmediato.

—Dime, cariño…

—Tengo sed —susurró, todavía se sentía débil y somnolienta, aún el efecto de la anestesia no pasaba por completo.

Haruka fue por un vaso de agua fresca que la muchacha bebió gustosa, cuando se sintió satisfecha reparó en la presencia de Darién y volteó a observar a su pequeño bebé.

—Serena... me gustaría hablar contigo —suplicó el hombre, la muchacha no pudo evitar que se le removieron cosas en el corazón; Darien fue su amor por mucho tiempo y aunque quisiera, no podía evitar sentir cariño por él.

—De acuerdo —consedió algo nerviosa.

—Los dejo solos —acordó Haruka.

Ambos asintieron y se despidió besando, de manera fugaz, los labios de su prometida; miró por última vez al pequeño bebé y salió de la habitación, cerrando con cuidado la puerta.

—Lo lamento —murmuró disculpándose la muchacha— lamento no haberte dicho sobre mi embarazo, pero no quería salir lastimada una vez más… ya no quería creerte, ni caer en tus mentiras.

—¡¿Qué!? no, Serena… pequeña —susurró Darien, sentándose en la silla junto a la cama.

Tomó entre sus manos la pequeña mano de Serena; para la muchacha, oír aquel apodo cariñoso después de tanto, fue como miel para sus oídos y su corazón.

—Yo te debo una disculpa fui… fui un imbécil contigo todos estos años, no supe valorarte y me dejé llevar por el juego de Michiru —se lamentó el hombre— yo nunca quise lastimarte, actúe con egoísmo lo sé; y me dejé llevar por mi ego. Creí que podría hacer lo que yo quisiera, y que tú me perdonarías todo. En verdad lo lamento, Serena; lo siento mucho estoy muy arrepentido.

Suplicó.

Serena se sintió feliz al ver sinceridad en sus ojos y no pudo evitar conmoverse, las lágrimas se acumularon en sus orbes azules.

Darien al no tener respuesta comenzó a llorar, tembloroso parecía un niño pequeño; Serena acarició sus manos reconfortándolo.

—Lo siento tanto —repitió el hombre— te amo Serena, aún lo hago… lamento no haber sido un buen novio, perdóname por favor.

—Este es el Darien que recuerdo —murmuró Serena— el que no teme mostrar cómo se siente, el que no teme decir lo que siente, el Darien al que le importan las demás personas… —musitó acariciándole el rostro, el hombre suspiró ante su tacto y se sintió en paz— Claro que te perdono, jamás podría odiarte ni guardar rencor alguno en mí.

Darien sonrío ampliamente y llenó de besos las manos de Serena, contento de recibir el consuelo de su perdón.

—Serena… vuelve conmigo por favor, dame la oportunidad de estar en la vida de nuestro hijo, déjame apoyarte y cuidarlos a ambos.

Suplicó desesperado, no dejaría que siguieran separados, deseaba tenerlos a ambos en su vida una vez más.

—De acuerdo —respondió Serena y el corazón de Darien regresó a la vida.

Y el corazón de Haruka se rompió.

No me odien corazones 😅No odien a Serena 🙈Nada es lo que parece 🙊

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No me odien corazones 😅
No odien a Serena 🙈
Nada es lo que parece 🙊

Espero que les haya gustado el capítulo y dejen sus comentarios y estrellitas

Gracias por todo su apoyo para con la historia, son lo más ❤

Ya falta muy poquito para el final, díganme ¿Quieren que actualice lo más pronto posible y así que ya termine la novela?

¿O quieren ir leyendo el desenlace así, a pasitos lentos?

(No quiero terminar la historia) 😭😭😭😭

Ok ya.

Nos leemos

😘😘😘😘

Mi chica predilecta ©Where stories live. Discover now