Capítulo 25 (Mara y Jonathan)

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Jonathan

Me siento nervioso. Sumamente nervioso. Llego un rato antes a la empresa, necesito hablar con Carolina.

Como era de esperarse, ella ya está en la empresa. Ésta mujer no debe tener vida fuera de su trabajo.

Golpeo la puerta despacio y espero, puedo escuchar un rosario de puteadas dedicadas a cada una de las personas de mi entorno familiar...

— Adelante...— dice ya de mal humor. Creo que es en éste momento que tendría que salir corriendo y esperar un rato para volver. Pero soy macho y me la banco... Espero...

Abro la puerta despacito, como esperando que vuele algo para darme en la cabeza y entro:

—Buen día Carolina, ¿Cómo estás? ¿Podemos hablar un momento? —

—Jony... Hola. Decime. — me dice entre mal humorada y resignada.

—Mirá... no sé cómo decírtelo. Te va a parecer una estupidez y puede ser que realmente lo sea. Pero, no se...es lo primero que se ocurrió, o mejor dicho es lo único que se ocurrió...— le estoy tratando de decir cuando me interrumpe gritándome:

— ¡Jonathan! Por el amor a Dios, decime lo que sea que tenés que decir y andate, es muy temprano para escucharte con tu verborragia...—

—Está bien. Me pelee con Mara hace unos días, y la cague mal... Está enojada y para variar tiene razón. — Carolina me mira y sé que se está agarrando del sillón para no saltar por encima del escritorio y arrancarme la cabeza. Así que voy al grano — Contrate a una persona que ya había contratado hace un tiempo, para que me ayude a convencerla de que me perdone... el tema que esa persona es un stripper...— esta última palabra la digo varios tonos más bajo y tratando de dibujar una sonrisa en mi boca, que parece más que estoy estreñido.

A Carolina me mira y sé que no entiende nada.

—A ver Jony, es temprano y todavía no me tome y taza xxl de café. ¿Qué tiene que ver que te enojaste con Mara y con tu... ¿cómo lo digo?, forma pendeja de solucionar las cosas, conmigo? —

—Ese es el punto, que va a venir acá, a la oficina... —le contesto y juro que mentalmente me estoy atajando porque sé que me va a revolear algo.

Carolina hace una pausa, la deje pasmada... Se apoya en el respaldo de su sillón y me mira. Está muy pensativa... Y tengo miedo. Yo sigo delante de ella casi sin respirar.

—Te juro que no dejas de sorprenderme... Mira que pasan los años y cuando uno piensa que maduraste, zas..., venís con esto y realmente me dejas anonadada...— me dice con una calma escalofriante.

La miro. No sé exactamente que pensar... no sé si me quiere matar, si es que le da lástima Mara, o yo por ser un idiota... No sé siquiera si tengo que respirar. Después de unos segundos se apoya sobre el escritorio y mirándome con resignación me dice:

—Está bien... no hagas demasiado quilombo. Y por favor que no se pasee en pelotas por la empresa. ¡Ah! Si Mara se enoja que te mate sin que haya sangre...—

Quiero abrazarla y besarla. Pero me quedo con las ganas, si doy un paso hacia ella, sé que me va a arrancar la cabeza.

—Gracias Carolina. Te debo una...— le digo más que emocionado.

—Andate antes de que me arrepienta...— me dice y no sé si dice algo más, salgo corriendo de su oficina.

La mañana como era de esperarse pasa lenta. Cuando creo que me voy a volver loco, me suena el celular:

—Hola. —

—Hola ¿Jonathan? —

—Hola. Ahí bajo...— le digo antes de cortarle.

Tal para cual... y ellos también. [COMPLETA]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt