Capitulo 15: Hola Papá

14.4K 821 130
                                    

Menudo humor de mierda que tenía en estos momentos. La irritación y molestia salía en grandes ondas a través de mi cuerpo, estaba segura que todo ser humano cerca de mi podía sentirlo.

Pero no se me podía culpar de nada, después de un vuelo de quince horas, donde me tocó compartir asiento rodeada de una familia de cinco integrantes, (tres hijos menores a diez años según mis cálculos), donde no pude tener un momento de paz. El hecho de que la mamá me viera con asco y superioridad, y el papá con lasciva, ponía a prueba la paciencia de cualquier persona.

Me alejo lo más rápido que puedo de las personas desembarcando el avión, y buscó la salida de este laberinto de personas. Una ventaja de no haber tenido que documentar mi equipaje, (porque mi mochila no era lo suficientemente grande como para hacerlo), era que no tenía nada por lo cual retrasarme y hacerme convivir más tiempo con las personas que amenazaban con acabarse la poca paciencia que tenía.

Antes de salir del aeroupuerto me aseguré de cambiar el dinero que tenía por dolares americanos. Caminé hacía un puesto de taxis y me subí al primero que se me cruzo. A pesar de ser casi las dos de la mañana, había mucho tráfico para salir de donde estábamos, le di la dirección del departamento que me había dejado mamá, y me sumergí en mi celular el resto del trayecto. Le mandó un mensaje a Reykon para asegurarle que seguía viva, y otro  a Sabrina para decirle que extrañaba su culo y que espereba verla pronto.

Reykon me contesto de inmediato diciendo que su contacto iba a tener mi moto aquí dentro de dos días, y que él me mandaba la dirección en la que la tendría que ir a recoger. Le agradecí y seguimos hablando de cosas sin importancia. No se cuanto tiempo paso cuando el conductor del taxi me aviso que llegamos. Mi mandíbula casi toco el piso y le pregunté si estaba seguro de que estaba en la dirección correcta.

El señor solo me dio una mirada irritada antes de confirmarlo. Sin querer seguir en ese carro cargado de mala vibra le pagué y me baje. El conductor se marcho antes de que pudiera siquiera entrar al edificio.

¿Qué podía decir acerca del lugar?

Era impresionante, simplemente extravagante y costoso. Justo como la vida que tenía antes de que mamá muriera. El edifico era altísimo. De vidrio y estructura de piedra negra, contaba con cámaras de seguridad y su propio estacionamiento, se encontraba en el centro de Los Angeles. Y cuando cruce la puerta me sentí desaliñada, de repente el brusco cambio de mi apariencia que antes me era totalmente indiferente ahora era muy notorio.

Mientras mis botas hacían eco en el mármol resplandeciente de la recepción del lugar, un par de agentes de seguridad se acercaron en mi dirección, y el velador del edificio no tardo en llamar al que yo suponía, era el encargado de cuidar los departamentos.

-¿Puedo ayudarla en algo señorita?-.

Me preguntó con frialdad en inglés el señor mientras veía con asco los tatuajes en mis brazos.

-Tengo un departamento a mi nombre aquí-.

Contesté sin dejarme alterar por su actitud, el señor me dio una mirada llena de escepticismo.

-¿Puede darme alguna identificación y su nombre?, ¿Además de una prueba de que el departamento es suyo?-. Dijo con una voz burlona, pero su actitud clasista cambio en el momento en el que le di mi identificación y leyó mi nombre.

-¿Señorita Kozlov?, usted, su madre...-.

-Puso el departamento a mi nombre y mi abogado me aseguró que podía hacer uso de él de inmediato. ¿Hay algún problema con eso?-. Interrumpí mirándolo duramente. El gerente negó con la cabeza mientras enrojecía.

-Ningún problema señorita. Lamento mucho las molestias, su madre pago una suma extraordinaria de dinero para que el lugar se mantuviera intacto hasta el día de su llegada, una señora viene dos veces a la semana a hacer la limpieza y si necesita cualquier cosa, puede llamar a recepción y se le atenderá en seguida. ¿Necesita una copia de la llave?-.

Te Reto a ConocermeWhere stories live. Discover now