Chapter 44

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Elsa recogió los pedazos del cayado de Jack y los mantuvo en sus manos mientras que él la observaba con el ceño fruncido.

—¿Qué piensas hacer con eso? —preguntó con sequedad.

—Fue por un impulso que rompí esto —miró el bastón —pero voy a remediar mi error —unió ambos lados del cayado e hizo que comenzara a brillar.

Jack caminó hasta ella y colocó su mano sobre las de ella.

—No lo harás —apretó sus manos —porque reconocerá tu magia y no la mía.

Elsa contempló la mirada azul de Jack Frost con una sonrisa que pretendía enviarle energía positiva para borrar ese gesto de enojo que lo acogía.

—Reconocerá la magia de ambos —comentó mientras que el cayado comenzó a iluminarse con más fuerza siendo restaurado por la magia helada de ambos guardianes.

Aquel destello de luz se expandió en medio de los dos para luego disiparse en el aire. Jack retiró la mano y observó como Elsa quitaba los dedos mostrándole que su cayado estaba completo de nuevo. Ella de inmediato se lo dio en las manos y cuando lo recibió este comenzó a brillar de nuevo reconociendo su magia.

Lo sacudió con algo de fuerza para ver como un par de copos de nieve emergían de él, confirmándole que aún funcionaba y que no había perdido la esperanza de volver a usar su poder frío. Sin embargo, también sintió el poder de la reina, puesto que se había impregnado a su bastón, esta era una nueva magia que había sido bien acogida.

Una sonrisa se dibujó en su pálido rostro. Todo atisbo de enojo desapareció, algo dentro de su pecho se restauró cuando vio su cayado en buen estado, tanto que comenzó a jugar con él un rato hasta que reparó en la risa burlona que había soltado Elsa frente a él.

—¿Qué te divierte? —preguntó.

—Nada —desvió la mirada sin perder su sonrisa.

—Fingiré que te creo —aseguró y volteó para buscar a Mavis y agradecerle por guardar su cayado, pero ella se había esfumado hace un par de minutos.

Regresó a Elsa y contempló su belleza y lo bien que lucía su cabello suelto junto con el vestido azul que tenía puesto. Sin embargo, se regañó a sí mismo por quedarse viendo demasiado tiempo la abertura que tenía su falta. Su rostro se calentó por la vergüenza, pero lo disimuló como pudo.

Carraspeo y se quedó viendo el suelo como si fuera lo más interesante de toda la casa.

—Entonces... ¿Me perdonas por romper tu bastón? —inquirió Elsa —Yo no quise hacerlo, de verdad, pero es que me dejé llevar por... —fue interrumpida por Jack quien posó sus labios sobre los de ella por unos minutos, luego se separó y sonrió.

—Claro que aceptó tus disculpas ¿por qué no lo haría? —dijo y se encogió de hombros.

Elsa saltó a su cuerpo y atrapó sus labios entre los suyos. Jack sorprendido, la sujetó con fuerza y correspondió su beso, sin embargo, se separó muy rápido y miró hacia las escaleras.

—Aquí no. Kristoff o Anna podrían vernos —le explicó a su reina y la dejó caer sobre el suelo —¿Todavía quieres venir conmigo? —acarició uno de sus cabellos sueltos.

—Claro que sí —aceptó —solo que quiero dar un paseo por los cielos ¿podrías... Hacerlo de nuevo?

—Será un honor volar de nuevo al lado de su majestad la reina Elsa —respondió e hizo una reverencia frente a la rubia. Luego la sujetó por la mano y salieron por la puerta.

Revisaron que no hubiese nadie por la calle. Cuando se percataron que estaban solos, rieron y Jack tomó a la platinada por la cintura y comenzaron a elevarse con ayuda del viento.

 Hasta El Fin Del Mundo (Jelsa) [Primer Libro]Where stories live. Discover now