Chapter 35

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Jack, contra su voluntad, siguió a los que se hacían pasar por guardianes hasta que llegaron a un lugar bastante curioso, sin embargo, no se encontraban solos, cuatro personas también se hallaban cerca.

Cuando sintieron su presencia se giraron para verse a las caras. Un rostro femenino le resultó muy conocido, tan pálido y hermoso.

—¿Jack? —preguntó la platinada con los ojos bien abiertos —N... No... Puedo creer que seas tú.

—¿Y por qué no tendría que ser yo, Elsa? —caminó hasta donde se situaba la mujer —¿Qué haces tú aquí? ¿Y que es todo esto? —señaló la formación de plataformas en forma de círculo.

Un leve temblor sacudió las manos de la reina de las nieves, todo comenzaba a encajar en su cabeza, aunque no lo podía creer ¿acaso Jack también era un guardián? Hace un par de minutos trató de mirar los nombres que estaban tallados en los círculos, pero un poderoso sortilegio evitó que pudiera hacerlo, pero no creía que allí estuviera el nombre de Jack Frost.

Miró tras el hombro de Jack para ver a dos personas más que le acompañaban uno de ellos era su mejor amigo, que lucía un traje muy extraño, y una chica con vestiduras negras y piel demasiado blanca más que la de los albinos.

Jack tomó su mentón entre sus dedos y la atrajo hacia él.

—Mírame a mí y responde lo que te he preguntado —exigió solenme.

Elsa se perdió en la mirada furibunda del peliblanco, notando su impaciencia y enojo, al parecer él no sabía que todos los presentes eran guardianes. Hasta ahora ya eran siete, solo faltaban tres, bueno eso creía ella, sin embargo no podía decir que todo aquel que llegara al  lugar místico o como decidió llamarle: el área de elección, puede considerarse como uno de los elegidos.

Tomó aire por la nariz y dejó escapar su asombro y sus nervios. Si Jack resultaba ser uno de los guardianes era algo bueno porque trabajarían juntos y él no volvería alejarse de su lado, contaba con ello.

—Yo tampoco sé por qué terminamos todos aquí —mintió —Te lo juro.

Jack soltó su rostro para después alejarse de ella y encarar al dúo de guardianes que se encontraban a su espalda. Ellos si debían ser claros o vería la forma de que le hablaran de una vez por todas.

—Quiero respuestas —pidió, sujetando su cayado con más fuerza de la necesaria —o poseeremos muchos problemas.

—¿Es una amenaza? —preguntó Hiccup con el ceño fruncido. Al parecer su lazo de amistad estaba muriendo en ese momento.

El castaño des cruzó sus brazos y dirigió una de sus manos hasta donde colgaba su espada de fuego. Jack observó ese pequeña movimiento y apretó las mandíbulas, muy enfadado.

—Claro que lo es —sentenció.

Los demás presentes solo miraban al par de muchachos discutir. En especial Elsa que no le quitaba la mirada de encima a Jack. Anna sacó con disimulo su espada mágica por si las cosas llegaban a complicarse. Kristoff se mantuvo a un lado de su esposa sin perder de vista sus movimientos, él también estaba preparado ante cualquier eventualidad. Rapunzel y Mavis se mantenían relajadas en un discreto segundo plano.

Elsa dio un paso vacilante hacia Jack, pero no estaba segura de la reacción que tendría a continuación, solo esperaba que no perdiera el control y congelara todo el lugar porque era su deber detenerlo por si trataba de hacerlo.

No obstante, detenerlo no era necesario porque cerca de donde estaban reunidos todos, se escuchó una imponente y celestial voz.

—Yo seré quien les brinde las respuestas que requieren. Es mi deber hacerlo —mencionó.

 Hasta El Fin Del Mundo (Jelsa) [Primer Libro]Where stories live. Discover now