Chapter 42.

531 58 13
                                    

—Han encontrado la manera de salvarte. Solo que... Pasó mucho tiempo para que la hallaran, unas cuantas horas —hizo una pausa —Mmm, en realidad pasó todo un día hasta que Mavis pudo salir a buscarlo. Lamento verte así, pero estoy segura que volverás a ser el mismo en poco tiempo. Eso espero... —susurró esto último.

Elsa observaba al joven peliblanco encadenado como un animal, sintió pesar por ello, pero no podían hacer nada más. Continuaba dormido allí arrodillado, su rostro se veía impacible y sus músculos tensados gracias a la mala posición que tenía. Nadie se atrevía acercarcele, solo ella, quien con su valentía había decidido salvarlo, además, cuando ella lo tocaba no le hacía nada a diferencia de los demás.

Como bien lo dijo, pasaron muchas horas esperando a la persona que ayudaría a Jack. Entre tanto, Anna seguía inconsciente. Elsa y Kristoff estuvieron con ella todo el día esperando que el dios de la luna apareciera, pero nunca sucedió, así que debían seguir con la suplicas para que ella volviera. Sin embargo, algo de impaciencia corroía a Elsa, puesto que pensaba que la iba a perder.

Hace dos horas, apenas el sol se escondió en las montañas Mavis salió en busca de la persona anteriormente mencionada. Tuvo que esperar hasta la noche porque, como bien se sabe, los vampiros no resisten la luz del sol, y desafortunadamente, ella era la única persona que podía dar con el personaje misterioso.

Cuando ella se marchó, Elsa dejó a su hermana junto a su marido y bajó al sótano, donde se hallaba Jack vigilado por Hiccup y Mérida, que tras el aburrimiento, tuvieron que jugar un rato con el ajedrez que ella guardaba en una caja. Al llegar allí, notó que estaban jugando amenamente y que Mérida iba ganando; igual, si no fuera así, obtendría la victoria por otros medios.

La platinada les pidió que se marcharan de la casa, puesto que ya era muy tarde y debían seguir con sus actividades diarias. Los demás guardianes se habían ido en la tarde y solo quedaban ellos dos junto con Kristoff que cuidaba a Anna en la segunda planta. El par de guardianes accedieron, se despidieron de ella, y le desearon suerte.

Al estar sola frente a Jack Frost, solo se le ocurrió sentarse frente a él y verlo doblegado frente a sus ojos.

—Yo sé que la persona que luchó contra mí no fuiste tú, Jack, sino la maldad que siempre ha querido separarnos —dijo, para luego soltar un suspiro —Espero que lo que Mavis planea funcione, no quiero perderte, significas mucho para mí, aunque yo también haya tratado de lastimarte.

Elsa le hablaba como si de verdad la estuviera escuchando, aunque en realidad no sabía si lo estaba haciendo o simplemente estaba perdido en sus pensamientos, quizás oscuros.

Su charla de una sola fue interrumpida con la llegada de la vampira, quien venía acompañada por un pequeño hombrecito de piel dorada. Él se acercó a Elsa y la saludó con la mano, pero ella estaba muy sorprendida de ver ese ser tan misterioso que poseía un aura tranquila y cálida.

—¿Quién es él? —preguntó señalando al petiso.

—Su nombre es Sandman, es el guardián de los sueños. Él podrá ayudarnos con lo de Jack —respondió la pelinegra.

—¿Sandman? —dijo con duda. Comenzó a pensar sobre ese nombre y en sus pensamientos se instaló algo que Jack había dicho hace días —¡Claro! —exclamó —él es uno de los antiguos guardianes de Manny ¿verdad?

Sandy asintió con la cabeza y le dedicó una sonrisa a la reina. Él ya la había visto mucho antes, en los sueños de Jack y cuando se metía en su habitación para regalarle sueños agradables, puesto que la reina estaba llena de miedos que casi siempre la atormentaban en la noche. Sin embargo, hace poco que la visitó notó que era más feliz y que las pesadillas ya no la molestaban.

 Hasta El Fin Del Mundo (Jelsa) [Primer Libro]Where stories live. Discover now