Mayor que yo [✔️]

cap 44: mirada profunda.

—Emmm... Hola— respondo nerviosa, empezando a respirar aceleradamente. Simplemente el hecho de tener esa mirada profunda que parece que me atraviesa sobre mi, me hace estremecer.

—¿Estás bien? Te veo un poco pálida— dice haciéndome retroceder y apartar mi mirada de la suya.

—Si, es el alcohol.

—Venga, deberías tomar un poco de aire— dice tocando mi hombro y agachándose ligeramente hasta quedar muy cerca de mi —te veo la mirada perdida, sígueme— su cara demuestra preocupación. Me pongo todavía más nerviosa, no se si confiar en él.

El chico parece notar mi cara de desconfianza y suelta mi hombro.

Yo procedo a hablar —no hace falta, ya encontraré a mis amigos y nos iremos.

Él asiente —vale, oye disculpa de verdad, no quería asustarte, solo quería ayudarte, espero que puedas encontrar a tus amigos— mientras dice esto empiezo a detallar más su cara, ya que solo me había fijado en su oscura mirada. Tiene unos labios carnosos y una nariz hecha a la perfección ¿será que se operó? Es que es demasiado perfecta. Dios mío... hacía tiempo que no veía un hombre tan... guapo.

Cálmate Mel.

Yo asiento y cuando él estaba listo para irse tomo su brazo, el cual es muy grande y definido.

—Oye... pensándolo bien, va a ser difícil encontrar a mis amigos entre esta gente y si necesito salir de aquí— le sonrío dejándome llevar, no sé si es el alcohol o soy yo que quiero quedarme con él.

—¿Estás segura?

—Si.

—Vale— me da una sonrisa de boca cerrada y me extiende su mano, la tomo rápidamente y él me guía a través de toda esa gente, pero mi atención está en él, en su brazo definido, en su cabello oscuro desordenado.

Él sigue hasta llegar a una puerta que da hacia un balcón, me hace entrar y cierra la puerta atrás de mi.

Al sentir aire fresco me relajo, camino hacia la varanda y me apoyo dejando que el aire me refresque.

Su voz me hace girarme —¿te sientes mejor?

—Si, gracias.

—De nada, ahora, me voy no quiero incomodarte— dice sorprendiéndome y regalándome una tierna sonrisa mientras rasca la parte de atrás de su cabeza.

—No hace falta que te vayas, por favor, quédate— digo casi suplicando.

¿Qué coño me pasa? No se cuales son las intenciones de este hombre ni lo conozco y aun así quiero que se quede.

—¿De verdad? No quiero molestarte.

—Que no, que está bien de verdad.

Él decide sentarse en una silla que está ahí y pregunta —¿tu nombre?

Yo, al poder tener una mejor visión de él lo ignoro sin querer. Tiene unas piernas muy largas las cuales en ese pantalón se ven muy definidas al igual que sus brazos que descansan sobre su pecho, su tierna y perfecta cara tiene una expresión de confusión como intentando entender por qué coño no le respondo.

¡Melany! Despierta.

—Mmm disculpa... estoy un poco tonta— él ríe mostrando sus dientes blancos casi perfectos —soy Melany ¿tu?

—Soy Harry.

—Espera... ¿como Harry Potter?— digo despegándome de la varanda y poniendo mis manos en la boca.