Cap 20: mia, solo mia, ¿entendido?

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—¿A qué te refieres?— pregunto nerviosa.

—Mira, quiero que seas solo mía, todo este tiempo que te estuve conociendo entendí lo perfecta que eres, nadie es perfecto... dirás, pero para mí... tú eres perfecta, y... ya no sé qué más decir, no soy bueno para estas cosas— dice él volteando su mirada, con un leve color rojo en sus mejillas.

Mis mejillas empiezan a parecerse a las de él, el problema es que el color no es leve... para nada leve.

—Bien...— digo luego de unos segundos en silencio.

Estoy aceptando ser la novia de mi jefe... de veintisiete años...

Me gusta, cada momento me gusta más, así que no puedo engañarme a mi misma diciendo que no quiero estar con él, ¿qué de malo puede pasar?

—¿Eso es un...?

—Si...— digo desviando la mirada.

—Oye— dice agarrando mi mano haciendo que me tense y que trague —quiero que te recuerdes de como soy, antes de que te arrepientas.

—Te dije que lo podemos solucionar.

—Tú no me dijiste eso.

—¿Entonces qué te dije?

—Que no te importaba.

—Bueno es lo mismo— digo cada vez más nerviosa por su mirada penetrante sobre mi.

—No no lo es, Mel, mírame...— dice apretando mi mano delicadamente.

Me volteo hacia él y lo miro nerviosa.

—¿Qué?

—Esto es en serio, ¿Estas dispuesta a aguantarme?

—Si, lo estoy— digo viéndolo ahora no nerviosa si no confiada. ¿Por qué tan insistente? Debe están exagerando.

—Bueno, entonces... con permiso— dice dejando mi mano delicadamente sobre la mesa y caminando al rededor de la misma.

Toma el collar de la caja y se coloca atrás de mi. Una fría textura cubre mi cuello.

Miro hacia abajo encontrándome con el maravilloso collar.

—¿Te gusta?

Yo mirando el collar encantada asiendo y respondo —Me encanta.

Siento su respiración en mi odio rápidamente.

Ahora, eres mía, solo mía, ¿entendido?

Yo asiento. No se ni siquiera como tomarme esto. Pero una montaña de emociones se encuentran bailando por mi cuerpo en este momento.

Él pasa por un lado y me ofrece su mano para levantarme. Me levanto y salimos de allí.

Al llegar a mi casa, antes de abrir la puerta él toma mi brazo jalándome bruscamente y pegando mi boca contra la suya.

Empieza a atacarla salvajemente y yo correspondo.

Es perfecto y es mi novio.

Mi novio...

Me separo horriblemente roja y lo miro nerviosa.

—Eres preciosa— dice viéndome muy detalladamente la cara.

—Ya basta— digo de manera tierna y nerviosa, si nerviosa y nerviosa y nerviosa, es la única palabra que tengo ahora en mente. Me hace sentir así siempre.

Él toma tiernamente mi barbilla haciendo que lo vuelva a mirar.

—Y perfecta...

—No Rick— digo ahora sonriendo, pero sigo roja.

—Y eres mía. Quiero escuchar de ti eso.

—¿Qué?

—Quiero que digas que eres mía.

Con mi voz temblorosa, y los pequeños puntos de electricidad que me manda él con su toque en mi barbilla y mi pierna digo —Soy tuya— mientras su mirada penetra la mía.

Él cierra los ojos y suspira placenteramente.

Me suelta y me dice —te veo mañana, mirada perfecta.

Me bajo del carro con el corazón a mil, las mejillas rojas y temblorosa.

Si Rick, esto es lo que causas en mí. Ahora si me tienes para ti completamente.

Entro a la casa y cierro la puerta atrás de mi. Me apoyo en la puerta y cierro los ojos mientras me deslizo hasta tocar el piso.

Ay Rick, todavía no se a qué te refieres con lo de la obsesión pero me provocas tantas sensaciones que ni se lo que puedo hacer para controlarme.

Mayor que yo [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora