CON ÉL NO

No es lo que parece...

Regulus llegó al departamento que compartía con su hermano y se encontró una extraña escena.

Remus tenía sobre su regazo a un inexpresivo Severus que tenía un libro abrazado mientras ambos hombres eran observados por un molesto Sirius desde la puerta del baño.

************************ Minutos antes ************************

- Iré un momento al baño- Sirius informó y luego se fue dejando a los otros dos solos.

- Y dime Severus ¿Me prestarías alguno de tus libros?- preguntó Remus sonriendo amablemente.

- Bueno yo...- el ojinegro parecía pensar en algo.

- ¿Si? ¿Qué sucede?- indagó Remus al verlo dudoso.

- Yo solo he prestado libros a dos personas en mi vida- respondió el ojinegro melancólico.

- Ah siento haber preguntado entonces- se disculpo el castaño avergonzado.

El ojinegro negó con la cabeza rápidamente.

- Parece que amas los libros tanto como yo así que supongo que puedo dejar uno de mis tesoros en tus manos.

Remus dejo salir una sonrisa agradecida ante las palabras del otro.

- Gracias por la confianza entonces- dijo el castaño sinceramente.

Severus se levantó y tomo un libro pero cuando iba a dárselo al ojidorado resbaló de una forma extraña cayendo sobre el regazo de este, justo en ese momento Sirius salía del baño y Regulus entraba a la sala.

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- Maldición Remus, jamás pensé que fueras un pervertido- dijo molesto Regulus.

- Lupin...- masculló entre dientes Sirius por su parte

- Esto yo...- el castaño intentaba defenderse el ojidorado de los hermanos Black- no es lo que parece.

- Vámonos Severus, no dejaré que te abusen- Regulus tomó a su amigo de la mano y desapareció por las escaleras.

- Pero yo no lo....- de nuevo intentaba aclarar el castaño.

- Remus Lupin- Sirius veía a su amigo con mucho enfado y aura asesina.

El ojidorado suspiró, le esperaban horas intentando hacer entrar en razón a su amigo.

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- Severus ¿Qué demonios pasó ahí abajo?- preguntó Regulus una vez estuvieron solos en su cuarto.

- El cruel destino me lanzo al abismo mientras intentaba pasar un tesoro invalorable y fui alojado casualmente en los regazos del castaño lector que habla demasiado- intentó Severus explicar a su modo lo sucedido.

- Ya veo ibas a darle un libro a Remus y te resbalaste sin querer- tradujo inexplicablemente el ojiplata a la perfección.

El ojinegro movió su cabeza afirmativamente.

- ¿Cómo te fue en la entrevista?- preguntó el pelinegro cambiando de tema.

- Siéntate que tengo mucho que contarte- pidió el ojiplata nervioso.