—No estoy molesta –le dije simple. Me miró desconcertado.

—¿Por qué no?

—Todo eso fue antes de que estuviéramos juntos, aunque tampoco te voy a mentir, no me agrada la idea de ti acostándote con un sin fin de mujeres –suspiré.— pero me molesta que esa estúpida ande diciendo que te recuperará cuando tú ya tienes una dueña –me miró seductor.

—Mmm, ¿y quién es mi dueña? –agarró mi cintura, pegándome a su cuerpo. Mordí su labio inferior.

—¿De verdad hace falta decirlo? –uní mis labios con los suyos.

—¿De verdad hace falta decirlo? –uní mis labios con los suyos

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Alessandro sonrió en medio del beso, y yo también lo hice.

No permitiría que un intento de súper modelo sobrenatural me quitara a mi chico. Él era mío y yo era suya. Megan no tenía vela en este entierro.

—Creo que debemos entrar, seguro están preguntándose dónde estamos.

—Para lo que me importa –dijo. Y me abrazó.— amo besarte, realmente lo hago, pero lo que más amo es abrazarte, sentir tu piel contra la mía, el latido de tu corazón, poder acariciarte... me llena de paz.

—A mi también –besé su barbilla.

—Andando –tomó mi mano y entramos a la casa.







(...)





—Veo que ya encontró a su hombre, mi luna –dijo la chica con la que había hablando anteriormente.

—Así es... –hice un ademán para que dijera su nombre.

—Oh, mi nombre es Jazmín Santos.

—Lindo nombre –sonreí.

—Gracias –parecía que iba a explotar de felicidad.— mi familia no creerá que la luna sabe mi nombre –dijo emocionada.

—Y el alfa también –añadió Alessandro. Parece que alguien está de buen humor.

—¡AHHH! –gritó.— ¡se lo contaré a mis amigas! –salió corriendo.

—Creía que aquí todos te temían –le dije a Alessandro.

—Lo hacen –dijo.— esa chica es muy valiente, nadie te hubiera dirigido la palabra estando a mi lado... incluso estando sin mi, y menos con esa confianza, temerían que les cortara la cabeza –giré los ojos.

—Tienes que dejar de gobernar como un dictador.

—¿Y tú cómo sabes eso?

—Lo deduje, nadie me dice nada, y lo poco que dicen son cosas malas sobre ti, sin mencionar que tu comportamiento lo hace obvio.

ChalcedonyWhere stories live. Discover now