Capítulo 29

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Diamond

El fin de semana pasó y rápidamente llegó el lunes, día en que tengo la audiencia con la constructora Amell y sus representantes. Es a las nueve de la mañana y apenas son las seis y ya estoy despierta. Espero que todo se resuma en un solo juicio, que las pruebas y lo que mi abogado exigirá sea aprobado por el juez, no me puedo permitir pagar la reforma aunque me sobre el dinero para hacerlo. No, ellos se encargarían de eso por su negligencia y su falta de profesionalismo. Es que ¿cómo se atreven? A mí, al apellido que los hizo crecer como empresa. Solo lo pienso y no me lo creo.

Me doy una ducha para despejar mi mente y pienso en todo lo que tengo por delante. Después de ir a la corte debo asistir a un almuerzo con Christopoulos para negociar la venta de White Paradise.

Cuando salgo del baño me encuentro con Ethan mirándome fijamente, sus ojos me devoran con auténtica lascivia, y aunque me gustaría más que nada quedarme en la cama con él, no puedo, debo atender cosas de suma importancia.

–Buen día– saludo caminando a hacia el cuarto del armario.

–Hola– responde con voz ronca y adormilada mientras me pongo las bragas y el sostén –¿Es hoy la audiencia, verdad?

–Sí, a las nueve– salgo a la habitación nuevamente para darme crema hidratante en la piel y colocarme mis productos de cuidado del cutis.

–Te acompaño– afirma más que preguntar y se coloca detrás de mí. Le doy una sonrisa sincera antes de agradecerle.

–Sería gratificante para mí tenerte a mi lado en ese momento.

–Que no se diga más– besa mi nuca y deja un azote en mi nalga –Me voy a dar una ducha.

–¡Auch! ¿Por qué haces eso?– le recrimino divertida y antes de desaparecer en el baño, sonríe con seducción.

–Porque quiero.

Niego con la cabeza, divirtiéndome como nunca lo he hecho en las mañanas. Definitivamente, Ethan ha traído alegría a mi vida.

Vuelvo al armario y tomo un traje de pantalón y chaqueta blanco entallado, junto a una blusa medio holgada también blanca. Me visto con las prendas que he elegido y decido utilizar unos tacones Christian Louboutin beige a juego con mi bolso de la misma marca.

Vuelvo hacia la cómoda de mi habitación para ponerme mi fragancia habitual y encuentro a Ethan terminando de colocar su saco. ¿Cómo lo hace? Digo, vestirse tan rápido. Si solo hace un rato estaba entrando al baño.

–Ya estoy listo– peina con sus dedos su pelo y se acerca para tomar un poco de mi espuma para peinar –Si me sigo quedando aquí tendré que buscar todas mis cosas.

–Eres tú quien está con la absurda idea de no querer mudarte de nuevo– replico moviendo mis cosas del último bolso que usé al de ahora.

–Porque quería llevar las cosas al paso, pero contigo es obvio que eso no se puede– me toma de las mejillas y me planta un largo beso en los labios que promete dejarme sin aliento. Respondo ávida a su contacto y trato de profundizarlo sin éxito, ya que mi hombre lo deja en un simple roce de labios –Mmm, hacía rato que quería hacer eso– deja otro corto beso en mi boca y estoy segura que lo miro como tonta enamorada –Iré a ver a Piper, sé que está durmiendo pero quiero asegurarme de que está bien.

–Bien, ve, yo voy a terminar aquí– le digo y antes de que se vaya le devuelvo el azote de minutos atrás.

–¡Hey!

–Me encanta tu culo duro– me muerdo el labio seductora y me da una mirada de advertencia.

–Como me sigas mirando así, no llegamos a la audiencia.

Mi Señora (+18)Onde histórias criam vida. Descubra agora