Capítulo 26

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Ethan

El gran salón estaba lleno de los empleados del Holding con sus familias, todos iban bien vestidos, con sus mejores prendas. Me he mantenido al lado de Diamond un buen rato, dando la bienvenida a los invitados y siendo un buen anfitrión. Hace un rato que vi a Piper ir a la mesa de bocadillos con Hillary al lado, también vi como un chico le coqueteaba a esta última. En fin, he visto muchas cosas en media hora que tenemos aquí.

Los camareros van de un lado a otro, los hombres sirviendo el champán a los adultos y las mujeres ofreciendo cócteles a los más pequeños y menores de edad. Nos acercamos al área del escenario donde Diamond dará el discurso de apertura. Ella se gira hacia mí y sonríe levemente.

–Es difícil ser la jefa– murmura entrelazando nuestros dedos –No conozco los nombres de nadie excepto de los que trabajan cerca de mí y sin embargo los he saludado a casi todos– dejo salir una carcajada y ella golpea mi pecho tratando de parecer seria –No es gracioso.

–Claro que sí– paso un brazo por sus hombros y beso sus labios castamente.

–Buenas noches– una voz potente y con acento extranjero me hace girar separándome de Diamond. Todo mi cuerpo se pone rígido al ver al griego ex amante de mi ahora mujer, frente a nosotros.

–Darius– Di se acerca contenta y deja dos besos en sus mejillas. Yo me limito a mirarlo en silencio –¿Cómo estás?

–Muy bien. He venido a conocer a la persona que te hace sonreír– contesta mirándome y noto a mi señora sonrojarse por completo. ¿Es en serio? Yo no provoco esa reacción en ella –¿No nos presentas?

–Lo siento, que maleducada soy– se acerca a mí y se aferra a mi brazo, cosa que me brinda un poco más de seguridad –Darius Christopoulos, él es Ethan Whitmore, mi pareja– el hombre me tiende la mano y yo se la estrecho con fuerza, produciendo un gesto de sorpresa en él. Sí, yo puedo ser imponente también.

–Mucho gusto, señor Whitmore.

–El gusto es mío, señor Christopoulos– ¡mentira! Nos quedamos unos segundos retándonos con la mirada, hasta que Diamond carraspea.

–Tiene una maravillosa mujer al lado, espero que sea digno de ella.

–Que no le quepa la menor duda, señor– contesto con indiferencia.

–¿Ya terminaron de averiguar quien la tiene más grande?– la voz de la mujer nos llega fuerte y claro, haciendo que dejemos el duelo de miradas.

–Lo siento– murmuro y ella asiente mirándonos con seriedad.

–Parecen críos.

–Estoy lejos de ser un crío, Diamond. Bien lo sabes tú– el maldito hombre le guiña un ojo. ¿Acaso quiere morirse hoy? Intento dar un paso pero Di me detiene –Nos vemos en la cena.

Se da la vuelta y atisbo a ver una sonrisa maliciosa antes de que se pierda en la multitud.

–¿Qué mierda acaba de pasar, Ethan?– me reprocha y la miro incrédulo. ¿De verdad me lo pregunta? –No me gustan estas escenitas.

–Él me ha provocado, es un idiota– gruño enojado.

–Te he dicho que no te preocupes y te pones como perro rabioso ante su presencia.

Esto tiene que ser el maldito colmo. Él me incita y yo recibo el regaño como si fuera un niño pequeño. Le voy a responder con toda la rabia del mundo, cuando la voz de Caroline suena por los parlantes en todo el salón.

–Buenas noches a todos y sean bienvenidos a la décima séptima celebración de Navidad para los empleados del Hamilton Holding, auspiciada por nuestra líder Diamond Hamilton– los aplausos no se hacen esperar y todos dirigen la mirada hasta donde estamos nosotros –Gran inspiración para todo el mundo, una gran mujer dispuesta a todo por ver a su compañía en la cima, un ejemplo de persona, y dedicada a que el apellido de su padre esté siempre en alto. La empresaria joven que casi nadie quiso respaldar y que hasta hoy ha hecho una excelente labor. Señorita Hamilton, háganos el honor de subir aquí y alentarnos con sus palabras.

Mi Señora (+18)Where stories live. Discover now