Mi Mitad

Capítulo 1💖

Hola, bienvenid@!!
Espero les guste esta nueva historia y le den mucho amor, sin más les invitó a leer el primer capítulo 😊❤️

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Lee Taemin contestó el teléfono y rezó por haber entendido mal. 

–Esto no puede estar sucediendo. Dime que no es verdad. 

–Lo es, hermanito. Y ahora respira profundo y tranquilízate. 

–Estoy tranquilo. 

–Sí, claro. Escucha Taemin... 

–¡Jinki, por favor! –lo interrumpió.

–Como tu abogado, te aconsejo que te veas con aquel hombre. 

–Nunca. 

Taemin sacó un pañuelo de una caja adornada con autitos y se secó los ojos. 

–Tae, escúchame –dijo Jinki en el tono calmado que siempre lo relajaba. Cualquiera habría pensado que Jinki era el hermano menor–. No es ningún monstruo. 

–¿Lo conoces acaso? –preguntó, pensando de inmediato en una maldición que le incluyera verrugas y calvicie. 

–No, sólo a su abogado. 

–A veces los abogados se comportan como una manada de lobos hambrientos, de modo que eso no cuenta. 

–Tiene sus derechos –le recordó Jinki con voz tensa. 

–No, no los tiene. Este niño es mío y sólo mío. Se supone que me aseguré de eso al seleccionar el donante de un banco de esperma. Si hubiera querido un padre, habría seguido el procedimiento habitual. 

–Y elegiste éste. ¿Por qué? 

–Eso no importa ahora. Ha sido un error de la clínica, que los demande a ellos. 

–No va a demandar a nadie. Sólo quiere ser parte de la vida del niño. 

Una oleada de pánico invadió a Taemin. 

–No, ¿me oyes, Jinki? Jamás! 

–Taemin, siéntate –Lee se dejó caer sobre un montón de cojines y bufó. Su hermano intuía sus pasos y lo conocía demasiado bien–. La mayoría de hombres se asustan como conejos cuando se habla de embarazos y de niños. 

Como su ex, pensó Taemin mientras  masajeaba su cuello.

–Quizá sólo quiera ofrecerte apoyo económico –añadió su hermano. 

Él hizo una mueca y luego echó un vistazo a su piso pequeño y acogedor. 

–No lo necesito. 

–Lo sé, pero dale la oportunidad de hacer las cosas bien. Si no, esto puede ponerse desagradable. 

Taemin se dio cuenta de ser así intervendría un juez y los medios de comunicación, y su hijo estaría en boca de todos. 

–Está bien, está bien. Lo haré, pero sólo te exijo algo. Una entrevista, nada más. 

–Mañana a las diez y media en mi oficina. 

Él frunció suavemente el ceño. 

–¿Tan seguro estabas de que iba a aceptar? 

–Me pagan para que sepa lo que necesitan antes de llegar a un juicio. 

–Haber vivido veinte años juntos también ayuda, ¿eh?