Capítulo 57

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Un regalo

***

Blanco, todo es blanco, apenas habría mis ojos y no hay horizonte. Siento la nostalgia, y un vacío. Sin embargo es como si fuera mio. Doy un paso y el sonido metálico de una ligera y delgada capa se hace presente tal fuera un escarabajo, al ver como mi alrededor fuera un millón de espejos moviéndose, intercalados, uno tras otro bajo el sol.

Di un paso, aquello volvió a pasar como si de mi pie hubiera salpicado una gota de agua. Di otro paso más y de pronto el lugar siguió, conforme a mis pasos parecían girar paneles de espejos a mi alrededor uno tras otro lleno de colores y formas. Como si tratarán de ponerse de acuerdo.

El ruido se volvió tenue y frecuente hasta oírse aún más fuerte y estruendoso, cubrí mis oídos al llegar ser molesto y ¿Doloroso?.

En cuanto el ruido se fue, sentia algo rozar mis piernas algo suave. Los abrí para encontrarme de nuevo ese hermoso paisaje, otra vez era aquel lugar donde me reunía con Dream hace ya tanto tiempo. Caminé entre el alto pasto llenos de flores, hacia el árbol al notar que bajo de él había algo. No alcanzaba a ver qué era hasta que estuve lo suficientemente cerca y aquello me sorprendió.

Bajo ese árbol frondoso lleno de flores blancas y unos frutos en forma de estrellas, había un escritorio ni tan pequeño ni tan grande, con hojas blancas de un lado y una pequeña caja con lápices y colores. Parecía una mesa de dibujo.

Escuche un ruido y tras de mi apareció un caballete y a su lado un buró con una caja llena de pinturas, pinceles y algunos cuadros en blanco recargados al tronco del árbol.

Levanté la vista al cielo y el tiempo parecía nublado gris, se sentía una fría brisa, muy suave y confortante.

—Tal como te gusta. ¿Cierto?— me gire para encontrarme con ella.

—¿Army?, ¿Donde estoy ahora?— sus alas se deslizaron entre las flores mientras recorría el lugar, sentía que sonreía tras esa máscara.

—¿No lo has notado?— ella río, y levanto sus alas para elevarse, parecía observar con más detalle el lugar.

—¡Deja tus misterios a un lado!— me sentí enojada, no quería que empezará con sus acertijos pero poco me escuchó, siguió dando vueltas para después dar un ligero aterrizaje.

—Es un exelente lugar, deberías agradecerlo— no supe que decir a eso. Apenas estaba reaccionando.

—Estamos en tu mente— mire el lugar, si tenía una noción, pero tampoco estaba del todo segura, no después de Nigthmare.

—Es un espacio en tu mente, construido por nuestro padre— Toque la mesa de madera, me hizo recordar a la que había destruido en la conciencia de Army

—Quizo darte un regalo— ¿Un regalo?, Uno para, ¿Mi?, Le había gritado tantas cosas, no entiendo porque lo haría.

—Un lugar para dibujar— ni diciéndo en voz alta me parecia cierto.

—Al parecer le puso mucho esmero— y vaya que si, era alucinante, fuera de la realidad, incluso era más bello que el lugar original.

—¿No piensas probarlo?— Army me extendió uno de los lápices y lo tome, al sostener aquel lápiz pude notar una brillante ornamental dorada sobre su oscuro color.

Al sentarme, recargo con delicadeza en una de las hojas y trazo una línea tras otra creando un pequeño cuerpo femenino con una pequeña cola saliendo de su columna, le dibuje un par de alas y cabello corto y sin ropa. Le detalle en ciertos puntos, el lápiz era flexible y cómodo, era muy fácil dibujar con él.

—Un exelente dibujo— sonreí, y de pronto el dibujo empezó a moverse, saliendo del papel, nos miró a ambas, para elevarse mientras aleteaba y empezar a volar por sobre el árbol y su alrededor.

—Heredaste una conveniente habilidad— Army no dejaba de mirar a la criatura revolotear.

— Puedo crear todo lo que quiera, sin límite de nada, ni nadie— eso me dió un palpitante sensación de alegría

—Aqui nadie, ni si quiera él puede prohibir nada en este lugar, tu mundo— La pequeña hada se hacerco a mi y me sonrió aún revoloteando. Extendí mi mano y esta se posó sobre mi palma.

—Mi mundo...— le miré viendo cada detalle de su cuerpo, de sus alas, cada parte de ese pequeño ser era obra mía. ¿Hace cuánto que no daba vida a un dibujo mio?. La realidad es que ya no lo recuerdo.

—Deseaba crear un mundo, quería dar vida a mi imaginación...— Recuerdo esos días, ese deseo, mamá me dijo que podía hacerlo si yo lo quería, pero...

—Al final decidí destruir todo lo que existe inclusive a mi misma— pero al ver esa pequeña criatura un remolino de emociones me envuelve.

—Ahora no estoy segura de nada— este ser era mío, mi creación. La lucha entre destruir y protegerlo pelean en mi ser. La brisa se intensificó y las nubes oscureció aún más retumbando en el cielo los rayos y truenos, las flores se doblaban al igual que el frondoso árbol y las hojas, y los cuadros parecían luchar por no salir volando. Aquel ser se empezó a encoger asustado al mirarme suplicante.

—¡Ya basta _______!— Reaccione y aquel ser salió volando tan rápido en cuanto la tormenta se volvió una suave brisa de golpe. Baje mi mano confundida.

—Este lugar está conectado contigo, debes de tener cuidado— suspiré, estaba cansada.

—Este lugar existe por ti, recuerda bien eso— asentí.

—¿Entonces si muero esto muere?— Army se quedó en silencio y asintió

—Con todo lo que haya aqui— y levantó su vista a la pequeña hada.

Escuche una campana resonar en eco, tintinendo, una, dos veces. Army respiro y miró atras suyo.

—Es hora de irse. Estás por despertar— ¿Despertar?.

—¿Entonces solo puedo estar aquí mientras duermo?— Army volvió a asentir con su cabeza

—No olvides que es tu segunda oportunidad y con ello puedes cambiarlo todo— Army se elevó del suelo al extender sus alas no dejo de mirarme mientras volaba de espalda hasta desaparecer. Mientras mi alrededor desaparecía.

Abrí mis ojos, escuche el pitido de esa máquina, mire el lugar, seguía en el laboratorio, todo parecía más limpio y ordenado. Mi brazo seguía con esos cables. Bostece, había sido agotador.

—¿Que hora será?— mire a mi lado izquierdo sin levantarme para ver en una repisa un ramo de flores y un plato de espaguetis con una nota.

Me senté en la cama, mi estómago gruñó y la saliva de mi boca empezó a acumularse.

—Que hambre tengo— agarre el plato, sabía que había riesgo imaginando de quién proviene, pero era tanto el apetito que puse el plato en mis piernas y di el primer bocado.

—¡Maldición!— di otro bocado más grande.

—¡Esto está riquísimo!— seguí comiendo, tenía ganas de comer otro plato en cuanto me lo acabe.

—Mejoro bastante— estaba sorprendida, de seguir así podría ser un gran Chef. Deje el plato en la mesa y ví la nota. La tome para verla. Era de Papyrus.

.

¡Hola humana!

Soy yo el gran Papyrus quien te ha dejado los mejores espaguetis del mundo.

Quizás tengas hambre en cuanto despiertes, así que come con libertad que en cuanto la humana Frisk y yo salgamos de la escuela te llevaremos más.

El gran Papyrus.

.

—Creo que lo único que me queda es volver a dormir—  deje la nota en la mesa y me recosté de nuevo en la cama y cerré mis ojos.

Para encontrarme en mi mundo y ser recibido por aquella hada que había recién creado.

—Probemos más esos lápices mientras ellos llegan— será extraño crear todo lo que me he guardado, pero será liberador poder tener por fin esa libertad.

Un alma rota [AU's de Undertale X Reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora