Un alma rota [AU's de Undertale X Reader]

Capitulo 79

La mansión de Mettaton 2/2
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—¡Que hermosa has quedado cariño!— me miraba en el espejo una vez que Mettaton había quitado el aluminio, lavado y secado mi cabello.

No parecía ser yo misma. Note que Papyrus no dejaba de mirarme, estaba asombrado.

—Ahora es el momento más emocionante— al voltear estaba con unos vestidos sostenidos de sus ganchos en cada mano.

—Mejor dicho el mas aterrador— dije para mí misma cuidando que nadie me escuchara.

Mettaton ya había arreglado algunos conjuntos y esta vez me ha arrastrado al interior del armario mientras que a su tacto mi cuerpo se estremece por el miedo. Al parecer lo noto porque me soltó de inmediato y siguió caminando llamando a Papyrus.

—Bien entra aquí, y una vez lista sales para poder admirarte— entre un suspiro entre a lo que parece un vestidor, había algunos conjuntos de colores brillantes, lo cual me era incómodo imaginarme con eso.

"Solo pruebalos".

Suspiré de nuevo. Se que debo resignarme así que me puse el primero; un traje rosa con una falda y una camisa blanca y salí.

—¡Wowi! Te ves muy bien humana— los ojos de Papyrus parecían brillantes, aquello solo me intimida y un sentimiento extraño me hizo voltear a otro lado queriendo esconderme.

—Hermoso conjunto pero no me convence— esas palabras me alegraron, eso quería decir que no debía de usar esas horrendas ropas.

— ¡Vamos, vamos que la noche se acaba!— regrese para tomar el siguiente conjunto una playera floreada con encaje y una falda corta, con una boina negra.

—Intentemos con otro conjunto— de nuevo me cambié tomando otro más, un vestido de una pieza con mangas, con círculos negros y un suéter delgado rosa.

—Te vez tan linda— Mettaton parecía gustarle y Papyrus por su parte le ha gustado todo lo que me he probado.

—No me siento muy comoda— me costó decirlo, en verdad, tenía miedo de su reacción sin embargo solo me sonrió y me señalo con delicadeza, para irme a probar lo que sigue.

Tenía más conjuntos en el probador, eran demasiados; Vestidos, pantalones, trajes, camisas y playeras, de todos los tamaños, colores y formas.

Probé con cada uno, probé combinaciones en las que me hizo ver diferente a como soy. Tal como un disfraz. Me miraba al espejo con vestidos de colores pastel, zapatillas o zapatos sin tacón. Con algunas prendas me veía demasiado elegante, pequeña, otras me veía como si fuera una niña de casa o de esas nerd estudiosas.

Fue una noche demasiado larga. Nada era de mi gusto o el de Mettaton. Era extraño, aterrador y frustrante. Suéters, chamarras chalecos, gabardinas de piel, cuero, tela o hasta seda.

—No me gusta ese pantalón tan ajustado, no, no, no— el conjunto parecía algo provocador según él.

—Eres muy pequeña para eso— Mettaton se levantó y reviso los conjuntos.

—¿Cómo es que eso llegó ahí?— con una copa de vino miraba lo que quedaba. Parecía molesto por ello.

—Esto no es apropiado para una niña—  ví como saco algunas ropas y las tiro, saco un vestido de encaje y lo posó sobre mi cuerpo negando con la cabeza.

—Esta muy descubierto— y lo lanzo. En ese momento el miedo en mi pecho parecía fugarse y algo empezaba a doler en su lugar.

—¡Cariño! ¿Estás bien?— sin tocarme ni hacercarse tanto se inco para tratar de mirar mi rostro el cual había llevado a mirar al suelo, notando que habían lágrimas cayendo.