CAPÍTULO 7

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Las hebras de luz solar se cuelan entre los altos arboles cubiertos de nieves. El terreno vuelve a sacudirse por cuarta vez esta mañana a causa de los combates entre algunos lobos. Están fanfarroneando descaradamente delante de nosotros, pero Dalila está más concentrada en morbosear sus abdominales, Beez esta como un tarado hablando hasta por los codos con las chicas que se encuentra sobre cosas mundanas y a mí no podría importarme menos, Mazi ni siquiera los mira y está concentrada en beber su biberón de sangre tibia.

Este de pie contra un tronco que me encontré por ahí, aburrido hasta el culo de ver aun montón de adolescentes con olor a culo sudado tratar de demostrar su inútil valía en inofensivos combates. Tomo mi sexta bolsa de sangre en la mañana bufando. Es mucho mejor si se bebe directamente del humano, pero ya que, les da miedo que les muerdan el cuello.

Del alfa no he visto ni sus narices, mando a decir con el lobo lame culos que se ocuparía de algunos asuntos en la mañana, y en la tarde veríamos los otros cadáveres que quedan almacenados. Debe estar ocupándose del bebé milagro o yo que sé, espulgándose las pulgas o algo.

«Aggh»

Malditos lobos, huelen a patas.

Sin poder soportar un minuto más me tapo la nariz, tomo a Mazi en brazos y me alejo de ese lugar, ni siquiera sé cómo llegamos ahí, simplemente nos dejamos guiar de Beez que como todo un tramador ya había conocido a la mitad de las personas en este lugar en 24 horas. Típico de él.

Caminando llegamos hasta este lugar atestado de establecimientos, como un mercado o algo así. Los lobos se quedan mirando el color rojo dentro del biberón de Mazi, pero ella ni los mira, está más distraída viendo la nieve y los colores de los lugares.

Hoy la vestí abrigada con suéteres de lana color café, con su gorrito y sus guantecitos tejidos. Se ve hermosa, como su padre.

El olor dulce de alguna clase de comida mundana llega a mi nariz, Mazi voltea hacia un pequeño puesto de colores azules, donde una señora prepara unas bolitas, llena cada una de un polvo marrón algo brillante y aplasta la bolita en una plancha con aceite. El aroma que emite es dulce.

Mazi me mira con sus grandes ojos sin dejar de tomar del biberón.

— Ya estas tomando sangre — le digo.

Parpadea.

— No sabemos qué clase de comida es esa — alego.

Parpadea más rápido.

— No.

— Papi — dice retirando el biberón.

— Ni si quiera sé qué clase de dinero usan aquí Mazikeen.

Hace un puchero pronunciado que solo significa PELIGRO. Esta niña tiene pulmones enormes.

— Deme dos por favor — una voz profunda y ronca me toma un poco por sorpresa.

Estaba ensimismado con Mazi, así que no lo sentí a mi alrededor. Su aroma es pronunciado, es raro, porque ni siquiera se a que huele. Va vestido con un pantalón blanco recto, una camisa tejida de mangas cortas color negro, por dentro de la cintura del pantalón. Hoy sus manos solo están adornadas con un reloj y una pulsera delgada. Esa camisa de mangas cortas me permite apreciar sus brazos trabajados surcados por finos vellos.

— Claro alfa — la señora coloca dos de esos platillos fritos en dos servilletas y se las entrega.

— Gracias.

El alfa da la vuelta y me las a mí. Están muy calientes para que Mazi sostenga la suya por sí misma. Las acepte con el ceño de un gruñido que a la final no salió de mi garganta. No le quiero decir gracias. Así que solo hago un ruidito.

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⏰ Last updated: May 27, 2023 ⏰

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¡Yo Voy Arriba! [Gay] [PAUSADA INDETERMINADAMENTE]Where stories live. Discover now